OPINIÓN
El pasado día 4 un numeroso grupo de amigas celebramos el 85 aniversario de la historiadora granadina Antonina Rodrigo.
Mujeres de tres generaciones nos reunimos cerca de la Sagrada Familia de Barcelona para homenajear a la insigne escritora, invitadas por ella como hace cada año. Amigas de diversas comunidades del Estado español y también de Uruguay y Chile. Mujeres de distintas ideologías: anarquistas, comunistas, republicanas, socialistas y todas feministas.
Había escritoras, poetas, documentalista, cantantes de ópera, actriz, pintora, periodistas, profesoras, directora de cine, maestras, dramaturga, pedagoga, historiadora, laborante y una abogada, yo.
Esos desayunos de celebración que repetimos año tras año, siempre invitadas por ella, son una absoluta maravilla. La sororidad, el compañerismo, la empatía y ternura entre todas, las risas y la exposición de proyectos de cada una son dignos de comentar.
Antonina no quiere regalos, pero siempre obtiene muchos, todos muy prácticos y necesarios.
Antonina es una mujer admirable. Siendo como es una reconocidísima historiadora, está siempre dispuesta para atender a sus amigas, humilde, cariñosa, alegre, positiva, sencilla y generosa. Y luchadora siempre.
Autora de tantos y tantos libros de biografías feministas : Mariana Pineda, María Lejárrega, Margarita Xirgu, Amparo Poch o Federica Montseny. Y una de las mejores especialistas españolas en Federico García Lorca. Una de las primeras estudiosas de la igualdad de género y de la Memoria Histórica de mujeres relevantes y anónimas.
Su último libro “Mujeres granadinas represaliadas “ (2.018) ha sido estela de los libros de otros dos insignes historiadores andaluces, Alfonso Martínez Foronda y Juan Hidalgo Cámara, que la siguieron en la investigación y publicación de sus libros sobre la represión franquista contra mujeres de su tierra.
Dice de ella el poeta Pablo García Baena “destacada por su coherencia con el testimonio de su propia vida, por el constante mantenimiento de la ética civil y personal”
Ha recibido una veintena de premios, de entre los últimos, la Medalla de oro al Mérito de la Ciudad de Granada y la Medalla de Andalucía. Y probablemente de los que más orgullosa se siente: una calle y una Placeta del Albaycin, Granada, su barrio de nacimiento, llevan su nombre desde 2.018.
Celebramos con ella esos 85 años de vida tan rica en experiencias y libros. Y le deseamos larga vida, con buena salud, rodeada siempre de buenas amigas.