Las mujeres que viven en procesos migratorios continúan invisibles, discriminadas y postergadas de las políticas internacionales y nacionales manifiesta Sara Cuentas a La Independent.
La Fundación INDERA es una institución que desde 2007 trabaja para impulsar acciones y procesos encaminados a promover y proteger los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
Cuando faltan pocos días para celebrar el Seminario Internacional Ciudadanas Globales. Procesos migratorios, derechos, reivindicaciones y perspectivas, los días 17 y 18 de mayo en la Casa del Mar de Barcelona, hablamos con su directora, Sara Cuentas.
Nos puedes explicar como directora de la Fundación Indera-los principales objetivos de su Fundación?
Es una organización de principios feministas, es decir, comprometida con la equidad de género, la justicia social y la superación de las desigualdades estructurales que generan la exclusión y la subordinación de las personas. Esto implica trabajar para la eliminación de todas las formas de discriminación basadas en factores socioeconómicos y culturales de la identidad de género, tales como: el origen étnico, la orientación sexual, la opción religiosa, la edad y la clase social.
La misión de la Fundación INDERA es la reivindicación de los derechos de las mujeres y las niñas, mediante el fortalecimiento y la movilización de personas, grupos, organizaciones e instituciones que generen alianzas y trabajos en red para la incidencia política.
A pesar de los avances de las mujeres en el ejercicio de sus derechos, persisten graves obstáculos y resistencias para que puedan disfrutar de una ciudadanía plena, tanto en el ámbito público como en el privado.
Nos lo puedes concretar?
La Fundación INDER trabaja para: Fomentar procesos hacia apoderamiento individual, colectivo e institucional para el ejercicio de una ciudadanía activa basada en la equidad de género; Impulsar procesos de intercambio intergeneracional e interinstitucional entre mujeres y hombres de ámbitos socioeconómicos, políticos y culturales diversos; alentar diferentes grupos de mujeres y hombres para un trabajo pro-equidad tanto en el espacio público como en el privado; promover procesos de reflexión para crear visiones alternativas a las interpretaciones hegemónicas de las identidades masculinas y femeninas, y crear recursos para fortalecer las capacidades de las personas y las instituciones que actúan reivindicando los derechos de las mujeres.
Es por ello que colaboramos con redes de mujeres en la reivindicación de sus derechos y generamos alianzas entre mujeres activistas y feministas.
¿Cuáles han sido vuestras actividades en Cataluña?
Desde finales del 2007, hemos impulsado acciones de educación para el desarrollo y de cooperación internacional, como una serie de acciones encaminadas a promover el conocimiento de la CEDAW (siglas en inglés de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres) y su protocolo facultativo entre el sector de la cooperación.
“Ciudadanas globales. Procesos migratorios, derechos, reivindicaciones y perspectivas”. Es bajo este nombre que está a puntio de celebrarse, los próximos días 17 y 18 de mayo, un seminario internacional de cierta dimensión sobre la migración y el codesarrollo. ¿Por qué este es uno de los temas que más se está enfocando y tratando actualmente desde la visión de género? (Trabajo, comunicación, trata ..)
Desde las últimas décadas del siglo XX, el debate en relación a las mujeres y el desarrollo ha ocupado un rol fundamental en los espacios académicos y políticos, y entre el movimiento social de mujeres, en correspondencia con la importancia que fue asumiendo la perspectiva de género en el desarrollo. Fue adquiriendo más visibilidad a nivel internacional a mediados de los ochenta, en el contexto de la II Conferencia Mundial de la ONU, y diez años después, a partir de la Conferencia d ela Mujer de Beijing (1995) adquiere más relevancia.
En un primer momento el debate fue sobre las mujeres en el desarrollo conocido como enfoque MED (Enfoque de Mujeres en el Desarrollo, en castellano) que sólo veía las mujeres como actoras pasivas en el espacio productivo. Posteriormente entró en el debate la relación género y desarrollo, donde se analiza las relaciones de poder entre hombres y mujeres y los mecanismos de exclusión que inciden en una situación de desventaja de unas frente a los demás, conocido como enfoque GED (Género en Desarrollo). Este cambio de enfoque es lo que ha permitido analizar diversas situaciones sociales desde una visión de género.
En los últimos años, el aumento de las mujeres en el proceso migratorio, los motivos por los que migran, su contribuiciones económica en los países de destino y de origen, los análisis feministas sobre la posición y condición de las mujeres en determinados contextos como la trata y la condición laboral y de trabajo de cuidados, el flujo de las remesas, etc, han incidido en la manera de entender el desarrollo en contextos de migración.
Pensad que … actualmente, según la Organización Mundial para la Migración (OIM) son 214 millones de personas personas las que están viviendo en situación de migración en el mundo, de las cuales el 49% son mujeres.
Representa prácticamente la mitad …
Es por este motivo, que la agenda política internacional sobre migración cambia su mirada sobre las mujeres migradas, incorporando la perspectiva de género en sus directrices y recomendaciones. Incorporando el codesarrollo para reconocer que las personas migradas son agentes de cambio social y actores y actoras del desarrollo. Pero aún no se desarrollan ni políticas ni programas que permitan que este reconocimiento se concrete en la realidad. Hay que aclarar que este cambio ha sido sólo a nivel del discurso y de análisis. Pero no se han realizado acciones concretas, ni el reconocimiento de agendas y de las demandas de los colectivos de las personas migradas que permitirían una intervención y gestión coherentes desde un enfoque de género y derechos humans.Les mujeres que viven en procesos migratorios continúan invisibles, discriminadas y postergadas de las políticas internacionales y nacionales.
Desde INDERA consideramos que la relación de la migración en su relación con el desarrollo desde una visión de género pone de relieve la condición y posición de las mujeres durante el proceso migratorio. La perspectiva de género aplicada en el análisis y la manera de gestionar este fenómenos social e inherente a la condición humana permite identificar, analizar, evidenciar y reconocer identidades, condiciones de vida, relaciones de poder y situaciones de desventaja y discriminación.Es decir, evidencia cuáles son las especificidades y los condicionantes sociales, políticos, económicos y culturales que afectan a las mujeres durante su experiencia migratoria, sus causas y ámbitos donde se producen, que pasan desde su espacio familiar, la salud, la empleo, la condición social, la protección de sus derechos y el acceso a su plena ciudadanía independientemente de su origen.
Por este motivo, es importante abrir espacios, desde la sociedad civil para incidicir con las propias organizaciones y colectivos de mujeres en condiciones de migración en una agenda común que permita evidenciar que es necesario el cambio de políticas públicas, pero también los programas e intervenciones gubernamentales que gestionan la migración a Cataluña.
De ahí la diversidad que recoge en el programa del Seminario Internacional. Ponencias y debates que van del local a lo global: desde “Las migradas en Cataluña”, o “Iniciativa de las mujeres pakisteneses …”, por ejemplo, a” Contrageografías de la Globalización en contextos de Migraciones “o” Sinergias globales: actuando para la ciudadanía transnacional de las mujeres “. Es fundamental preguntarnos sobre estas realidades para poder las mujeres transformar el mundo?
Sí, es fundamental evidenciar cuál es la relación que existe entre migración y desarrollo, cuáles son los factores que operan, y cómo se dan los impactos en la vida de las mujeres, en el cambio de roles, en su autonomía económica, en su capacidad de decidir, de negociar, de construirse una nueva vida lejos de su espacio social, familiar, afectivo.
Es en este contexto que y cuando las mujeres que viven procesos migratorios transforman el mundo. No sólo desde sus propias experiencias vividas que, en muchas ocasiones, han sido duras o lo siguen siendo. Sino en las capacidades que se han agenciado para superarlas, en cómo se han consolidado como ciudadanas transnacionales, ciudadanas del mundo, que viven, comparten, piensan, aquí … en el país de destino y allí en el país de origen.
Debemos considerar la movilidad humana como un derecho inherente a todas las personas. Que consideramos que el estatus de ciudadanía no debería ser otorgado por unas normas legales, sino por ser seres humanos. Que las mujeres que viven procesos de migración son mujeres que han adquirido capacidades, desde el momento mismo de emprender su viaje hacia otras realidades y países.
