jueves 28 marzo 2024

jueves 28 marzo 2024

Alex Guillamón: “¡Berta Cáceres no ha muerto, se ha multiplicado!”

Alex Guillamón

 

La madrugada del jueves 3 de marzo, la activista por los Derechos Humanos Berta Cáceres era asesinada, en la ciudad de La Esperanza, a unos 300 kilómetros de la capital de Honduras, Tegucigalpa.

 

Se había enfrentado a grandes adversarios: multinacionales chinas, el Banco Mundial, los golpistas que se hicieron con el poder en el país en 2009.Una semana antes de su asesinato había denunciado, en una rueda de prensa, la muerte de cuatro compañeros de su comunidad, la lenca, también asesinados por defender el derecho a la tierra, al medio ambiente, dañado y amenazado por los intereses de las grandes empresas extractoras multinacionales.

 

 

 

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Berta Cáceres había recibido, en abril del año pasado, el premio Goldman que distingue el activismo medioambiental.

Era coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y colaboraba con ongds como Entrepueblos.

 

Entrevistamos a Àlex Guillamón, coordinador d’Entrepueblos

 

En un artículo en memoria de Berta Cáceres que publicaste en ‘La Directa'” al día siguiente de su asesinato decías que “su sueño es nuestro sueño” y que este sueño seguirá vivo después de su muerte. ¿Cómo explicarías el sueño de Berta Cáceres?

Destacamos esto porque la mataron mientras estaba durmiendo. El sueño de Berta Cáceres era el sueño de una ciudadanía global y, sobre todo, de la defensa del planeta único que tenemos, empezando por su casa, que era el territorio de la comunidad lenca. Y también el sueño de la igualdad de las mujeres y los hombres. Un sueño tejido de luchas diferentes en las que se había implicado, como, por ejemplo, la lucha antimilitarista contra las bases de Estados Unidos que intentaban ampliar en Honduras.

Y, sobre todo, el sueño de la solidaridad internacional, que habíamos compartido con ella, como si fuera una compañera más de Entrepueblos o de cualquiera de las otras organizaciones que han colaborado con ella.

 

A pesar de que las amenazas eran evidentes, que se había pedido que se velara por la seguridad de Berta Cáceres, la han acabado matando… La sensación de impotencia e impunidad es muy grande

Ya hace más de un año que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la OEA, le había otorgado medidas cautelares. Tenía que ser protegida por el Gobierno. Había discutido con el Gobierno sobre la protección que tenía y hasta qué punto le permitía sentirse segura. Lo cierto es que era consciente del riesgo que tenía pero, como muchos otros activistas, mujeres y hombres, tanto en Honduras como en Latinoamérica, siguieron defendiendo con valentía el proceso de su pueblo.

 

¿Cómo te explicas que se puedan cometer crímenes como este, que podríamos decir que son muertes anunciadas?

Me gustaría recalcar que nosotros teníamos un conocimiento directo, podríamos decir que una amistad con Berta, pero hacía sólo una semana que ella había anunciado la muerte de cuatro compañeros indígenas lencas en el contexto del conflicto contra una represa. En el último año se habían denunciado veinte asesinatos de miembros de esta comunidad. Entre 2002 y 2014 se ha contabilizado el asesinato de 111 personas que defendían el territorio, ambientalistas.

Con la muerte de Berta emerge, una vez más, lo que estaba muy silenciado dentro de la comunidad internacional y es la impunidad con la que actúa el Gobierno de Honduras. Quien la ha matado envía el mensaje de que nada le importa, que era consciente de que el asesinato de Berta Cáceres tendría una gran repercusión internacional pero que no le importa.

 

¿Cómo ha golpeado el asesinato de Berta Cáceres a la comunidad lenca y al activismo medioambiental y por los derechos humanos en Honduras?

En un primer momento ha sido un golpe muy duro. Por un lado no fue una sorpresa, pero llevaba muchos años bajo amenaza y nunca nadie espera algo así. El 8 de marzo, día de la Mujer Trabajadora, se gritaron consignas como “Berta no ha muerto, se ha multiplicado”. Esto alentará a muchos a seguir luchando, como una referencia, como un estímulo a seguir su camino.

En este sentido, quien ha decidido matarla se ha equivocado. El 17 de marzo se han convocado movilizaciones en Honduras. Habrá que estar atentos a los acontecimientos.

Hay que saber que Gustavo Castro, un compañero mejicano de la ong “Otros mundos”, que es filial de “Amigos de la Tierra-Méjico”, continúa detenido. Estaba alojado en la casa de Berta porque había ido a un encuentro que se hacía en Honduras y resultó herido aquella noche. Es el único testigo. Se le ha tomado declaración varias veces. Está reclamando salir del país y se le ha dicho que no puede salir en treinta días. Estamos impulsando una acción urgente internacional diplomática, política, para que liberen a este compañero, que es un testigo, no un sospechoso.

 

Ha habido muestras de solidaridad en muchos lugares del mundo, Barcelona incluida. ¿Servirán para algo?

La reacción de solidaridad desde los movimientos sociales, internacionales e institucionales ha sido importante. El mismo día que estuvimos en el consulado de Honduras, la cónsul nos comentó que la acababan de telefonear del Ayuntamiento de Barcelona. Esperamos que el Parlamento también se pronuncie. Incluso se está hablando de la posibilidad hacer una misión internacional en Honduras, con presencia institucional, para intentar frenar la represión, la impunidad que denunciamos. Esta situación viene de lejos, desde el golpe de Estado de 2009.

 

Al final del artículo citas unas palabras de Berta Cáceres, en 2015, cuando recibió el premio Goldman. Decía: “Despertemos, despertemos Humanidad. Ya no hay tiempo. Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de limitarnos a contemplar la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal”. Esto resume su pensamiento.

Es como una cápsula que resume su pensamiento, preocupaciones y sentimientos. En muchos casos, en las comunidades indígenas no hay separación entre el ser humano y la naturaleza. Ella pensaba así y por eso luchaba ella y sigue luchando mucha gente.

Representa a una generación de mujeres que en Latinoamérica, en diferentes contextos, han salido del segundo término en el que siempre habían estado y se han puesto al frente de diferentes luchas, sobre todo de defensa del territorio, a la vez que defienden los derechos de las mujeres.

En Perú, Guatemala, Ecuador, Colombia… en situaciones de mucha represión y dureza, defienden la tierra frente al extractivismo, proyectos mineros, hidroeléctricos o los grandes latifundios con monocultivos.

 

 

 

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Tona Gusi

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Fundadora i Co-coordinadora de La Independent. També és psicòloga menció en Psicologia d'Intervenció Clínica i menció en Psicologia del Treball i les Organitzacions.
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