Las activistas canarias se solidarizan con la causa saharaoui
“El miedo es una reacción primaria, pero se pasa, poniendo por encima de todo las convicciones y así se crece… somos muy maduras y nuestros actos están muy reflexionados” respondía Conchi Reyes Fernandez, presidenta de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaoui, a si ha sentido algún temor, cuando fue retenida hace escasos días por las autoridades marroquíes, junto a otras siete personas en el puerto del Aaiún. Ella y otras activistas canarias se dirigían a Gdeim Izik, el denominado “campamento de la dignidad, la justicia y la libertad”, situado a 13 kilómetros del Aaiún. Allá se han ido agrupando desde hace casi un mes, cerca de 20.000 personas procedentes de diferentes zonas del Sahara Occidental, para acabar con la situación de marginalidad que sufren en los que ellas consideran ‘territorios ocupados’ del Sáhara Occidental.
A ese campamento es donde se dirigían Conchi Reyes y el resto de integrantes de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaoui, “con motivo de la invitación realizada por distintas agrupaciones saharaouis, que denuncian estar padeciendo un cerco militar y policial de las fuerzas de ocupación marroquíes desde hacía ya 21 días”, según sus propias palabras. Las activistas afirman que su intención era solamente “presentar las condolencias a la familia de Nayem Elghari (el menor asesinado por la policía marroquí el pasado domingo 24 de Octubre)”.
Conchi Reyes, junto con el resto de personas de su Asociación y en colaboración con la comunidad universitaria, han promovido desde su llegada una gran acampada en el campus central de la Universidad de La Laguna, que se acaba de inaugurar este miércoles 3 de noviembre en Tenerife. Así es como quiere dar se a conocer la situación en la que se encuentran la colectividad saharaoui que habita en el campamento Gdeim Izik, bloqueado militarmente, con la consecuente escasez de víveres, agua potable y con la dificultad de entrada a los medios de comunicación internacionales que tratan de informar de lo que allí sucede.
Críticas por la suavidad de las declaraciones de Trinidad Jiménez
Las activistas pro saharaouis están “preocupadas por la falta de condena del Gobierno español de hechos tan cruentos” como el del asesinato y entierro clandestino del menor saharaoui, ametrallado al intentar llegar al campamento. También protestan por la falta de denuncia a las reiteradas agresiones a la libertad de expresión que están sufriendo la población de esos territorios. Estas organizaciones de activistas de derechos humanos han criticado que la reciente nombrada ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, se ha limitado solamente a “lamentar” esa muerte, en unas recientes declaraciones tras una reunión con su homólogo marroquí, Taieb Fassi Fihri, convocada a propósito de estos acontecimientos.
Hace casi un mes saltaba a la prensa la imagen del rostro amoratado de Carmen Roger, otra compañera y activista tinerfeña, quien junto con otro grupo de activistas, fue golpeada por la policía marroquí durante su participación en una manifestación pro saharaui en la misma ciudad. Tras este acontecimiento, y al año de la huelga de hambre que Aminatou Haidar hizo durante 32 días en la isla de Lanzarote, todos los pronósticos indicaban que la situación de del pueblo saharaui iba a tonarse cada vez más intranquila.
Conchi Reyes -solidaria desde hace más de 15 años con la lucha de las mujeres saharaouis- piensa que “como pueblo de origen nómada, están sintiéndose libres al volver al desierto. Son principalmente las mujeres las que están, junto con los jóvenes saharauis, gestionando la organización del campamento”. Concluye: “esto demuestra una vez más que las mujeres saharaouis siempre han estado en la vanguardia dentro de sus estructuras y que también han logrado altas cuotas de representación, dentro de sus organismos, en comparación con otros pueblos de cultura musulmana”.