De casi cinco millones de parados en España, en muchos lugares el 50 por ciento es gente joven. Han heredado una crisis que no originaron y un sistema económico que los margina constantemente. La respuesta que esperaron no ha llegado y desde el 15 de mayo están en las calles. Este domingo 22 de mayo hay elecciones municipales y habrá que elegir. Ahora no solo la juventud está indignada y no son los únicos que están manifestándose, nos cuenta Jeanette L. Mauricio Becerra en FEMINISTIK PERSPEKTIV .
Mucha gente joven ha escuchado la frase de ‘tienes que ser algo en la vida’. ‘estudia y vencerás’, ‘si te esfuerzas obtendrás lo que te mereces. La juventud española es de las más preparada en toda su historia, la más comprometida (muchos realizan labores de cooperación y de voluntariado) y sin embargo esa merecimiento no les ha llegado. Lo único que les ha llegado es un problema heredado, una crisis que no originaron y un sistema económico que los margina constante.
El pasado 15 de mayo miles de personas, pero sobre todo gente joven, salieron a las calles para decir basta, para mostrar su indignación, para decir alto y claro que este sistema no les representa. Porque están indignados de haber sido engañados, porque con estudiar mas no han obtenido mejores trabajos, porque de casi cinco millones de parados, en muchos lugares el 50% son jóvenes, porque los contratos actuales son peores que los que tenían sus padres, porque les han aumentado la edad de jubilación, porque ni siquiera son mileuristas como la generación anterior, porque además de todo no dejan de ser criticados. Eso indigna.
Un sistema engañoso
El sistema actual – patriarcal y paternalista – se encarga de desacreditar a la generación actual por su juventud y uso de nuevos medios de comunicación como si fuera un signo de debilidad cuando son ellos – políticos y banqueros – quienes han demostrado que no son capaces de promover la igualdad, equidad y un justo reparto social de las riquezas. Piden a gritos que no se les regule los sueldos pero exigen que se controle internet, porque nuevamente ha sido el medio utilizado para organizar estas manifestaciones, porque es un medio que no es el tradicional y por tanto desconocen.
Pero no solo las y los jóvenes salieron [recuérdese que en España se es joven hasta los 30 años], también se unieron las personas desencantadas con el sistema que antes creían, personas que no pueden pagar la hipoteca, que ya no reciben ninguna ayuda social, gente del funcionariado que han visto como les han reducido el salario, pensionistas a quienes les han congelado el sueldo, organizaciones feministas que vienen desde hace tiempo cuestionando la forma hegemónica y vertical de ejercer el poder, gente que en el pasado luchó para ganar esos derechos que ahora se vulneran descaradamente. Ellos y ellas también están indignados.
Esperando respuesta
Francia, Inglaterra, Irlanda incluso Portugal tuvieron sus manifestación. España no. España aguantó y esperó a que la respuesta llegara. No llegó. Lo único que llegó fue la campaña electoral de las elecciones municipales. Este domingo 22 de mayo se eligen nuevos representantes en las diferentes comunidades autonómicas. La gente esperaba respuestas, medidas concretas para salir de la crisis y solo han obtenido una feria de circo por parte de los dos grandes partidos: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero (PSOE). No había forma de soportar a tanta rabia y frustración. Estaban y están indignados y no es para menos. Quieren y se merecen un cambio.
Otra vez es Mayo, pero no estamos en el 68, estamos en el 2011 en el mundo de las nuevas tecnologías donde a muchos les encanta hablar de globalización pero solo para referirse a la economía, como unos pocos globalizan los mercados, porque la globalización de los derechos aun no ha llegado, porque a quien critica el sistema se le llama antisistema cuando el sistema ha demostrado que es un ‘antinosotros’, como rezan algunas de las pancartas en la Puerta del Sol, en Madrid. Lo interesante de este mayo es que la juventud española ha despertado, la conciencia española ha despertado, está indignada y ha salido a la calle.