La prolífica producción de Victoria Sau como escritora va desde los textos de referencia dentro del pensamiento feminista hasta las incursiones en la novela romántica. Su faceta más desconocida.
Aunque el grueso de sus escritos se da en el campo de la psicología y el feminismo, Victoria Sau trató también temas y géneros muy variados. Así aunó la necesidad de ganarse la vida durante la dictadura con lo que más deseaba: ser escritora. “Cuando el DNI todavía incluía el dato de la profesión, siendo ya psicóloga, hacia constar escritora”, declaraba en la revista Dones en septiembre de 2002.
En 1964 publica en Toray ABC de las ciencias ocultas, donde “hace un resumen de forma clara, sencilla y amena”, dice la reseña del libro, de materias como la astrología, la cartomancia, la grafología, la quiromancia, el lenguaje de las flores, la interpretación de los sueños o la influencia del nombre en las personas. La misma reseña apunta: “Con este libro, el lector podrá hacer su propio horóscopo, leer la palma de la mano o saber, por lo que ha soñado, qué problemas atormentan su subconsciente”.
También en Toray, en 1967 publica una guía práctica titulada: ABC de las artes caseras: La decoración del hogar. El 1972 con Editorial Picazo, aborda otro tema: Historia antropológica de la canción, un estudio sobre los orígenes de la canción y lo que ha representado en diversas sociedades.
Siguiendo con esta línea, Sectas Cristianas (Aura 1972) hace un recorrido esquemático por estos principios doctrinales y su origen histórico. La misma editorial publica el año siguiente El catalán, un bandolerismo español, título probablemente impuesto por el franquismo ya que habla exclusivamente del bandolerismo en Catalunya. Y por último, en 1975 vuelve a las artes domésticas con Aprenda a cocinar sin errores, donde da consejos de qué comprar y cómo cocinarlo; un hecho que no deja de ser chocante, ya que, según testimonios directos, no era especialmente hábil a la cocina.
Pero su producción más curiosa y quizás la que merece más atención es la serie de novelas románticas que escribió para las editoriales Bruguera y Toray entre los años 1955 y 1966, 35 títulos (más uno aparecido en el año 1980) con el pseudónimo de Vicky Lorca.
Siguiendo los cánones del género, son novelas que narran les peripecias que ha de pasar una pareja de enamorados para conseguir que su amor triunfe ante la adversidad. En muchas de ellas, la acción tiene lugar en emblemáticas ciudades europeas: Verona (Fin de semana en Verona, 1955), Liechtenstein (La pérfida señora Smain 1955), París (Danza mortal 1959) o Brujas (Flor de Abismo 1960) serian algunos ejemplos.
A pesar de que la censura franquista no permitía mucho margen de actuación, Vicky Lorca siempre apostó por la paridad y otorgaba a la mujer un papel activo en la historia. Presenta protagonistas con criterio propio y carácter resolutivo, que toman decisiones y luchan por sus objetivos y su independencia, un modelo muy alejado del estereotipo de mujer sumisa y ángel del hogar propio de la época. Tocaba, además, temas sociales, como el racismo o los problemas de la gente joven para encontrar piso, dando a las mujeres una perspectiva más abierta, muy poco habitual en aquel momento.
También los personajes masculinos están tratados con condescendencia: hombres sensibles, comprensivos, que valoran a la mujer más allá de sus cualidades estéticas. Aun habiendo malicia y bondad, los personajes son “buenos” o “malos” independientemente de su género. Las tramas suelen crear intriga y mantienen la tensión. Hay mucha acción y un ritmo ágil a pesar del estilo recargado, de un barroquismo enternecedor y no exento de sutiles toques de humor. Estos serían algunos ejemplos:
“En el casco viejo de la ciudad, un dédalo de callejuelas antañosas” (El coraje de amar).
“Colosales nubarrones se estremecían de cuando en cuando en epilépticos relámpagos” (La pérfida Sra. Smain).
“Ese recurso antipático y molesto que nos protege, sin embargo, de calarnos hasta los huesos” (Flor de Abismo).
O la impagable, sublime definición que hace del play boy en la novela homónima donde corona otras perlas con esta sentencia: “Un “play boy” es la mínima expresión de hombre entre los Hombres de hoy”.
Al contrario de lo que dice la web Bolsillos Bruguera: “Vicky Lorca una novelista “rosa” emboscada…”, Victoria Sau no negó nunca esta faceta suya. Dejó de escribir estas novelas cuando Bruguera le propuso un contrato para producir una al mes.
Esta sorprendente producción, que merecería un estudio mucho más profundo, culmina con su actividad como guionista de tebeos en las colecciones Rosas Blancas, Serenata y Azucena, Revista Juvenil Femenina. En esta última colaboró con la dibujante Gemma Sales, una unión propiciada por el destino, que derivó en una profunda amistad. “En aquellos años —dice Sales— no era nada fácil conocer a otras dibujantes o guionistas”, Toray las citaba por separado, pero la casualidad quiso que coincidieran, salieran juntas de la editorial y tomaran el mismo autobús. Fue el primer paso para una relación que perduraría en el tiempo más allá de la actividad profesional. Entre los años 1969 y 1971 Victoria Sau escribió y firmó con su nombre los guiones de Carol y Gemma Sales dio vida con su magnífica línea de dibujo a este personaje lleno de alegría y de modernidad que, como se destaca en Presentes. Autoras de tebeos de ayer y de hoy, “ya apuntaba otras maneras en el papel de la mujer como sujeto romántico”