viernes 26 abril 2024

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“Mujeres que luchan: historias que inspiran”. Francina Giménez

Francina Giménez es una vecina de l’Esquerra de l’Eixample de toda la vida, hasta que por la jubilación y el alto precio de alquileres, por la gentrificación, se convirtió en una de estas personas que han dejado Barcelona no sin pesar. Actualmente solo cuenta cosas positivas del pueblo donde fijó su residencia, Vacarisses a los pies de Montserrat.

Entrevista realitzada por Tona Gusi en marzo de 2023.

Es una mujer muy participativa. De intereses múltiples, siempre se ha considerado feminista y luchadora por los derechos sociales y de las personas. Sindicalista y activista vecinal, nunca le ha gustado la obediencia ni la disciplina de partidos. Mujer de espíritu libre, independiente y rebelde.

Así se define ella misma: “Me llamo Francina, tengo 76 años. Mi nacimiento fue el 16 de diciembre de 1947. He sido feminista y rebelde desde que nací, creo. Sindicalista y voluntaria en muchas tareas distintas”.

Tona Gusi: En primer lugar, gracias por dejarnos entrevistarte. Empezemos directamente: ¿Cuáles son las discriminaciones que identificas a lo largo de tu vida por condición de género, identidad…?

La primera de todas fue de muy joven y me llegó de mi padre. Yo quería ser enfermera y no me dejó, según él las enfermeras se entendían con los médicos (se ríe) … cosas de aquella época. ¡Ahora ya soy muy mayor! Ésta fue la primera, luego no dejarme salir de noche, no dejarme dormir fuera de casa. ¡Después ya llegó mi hermano al que se le permitía todo! Explicación de mi padre:” Él es un chico”. Las primeras discriminaciones pues ya las viví en mi casa. Con las tareas de casa, tenías que ayudar y ya protesté, porque así soy yo y dije que si el niño no recogía la mesa yo tampoco. Y así poco a poco fui educando un poquito a mi padre. También quería ir a hacer de O paire a Londres y tampoco me dejó. Y esa fue la última vez que me pegó una santa ostia que fui del comedor directa a mi cama. Me levanté, sólo lo miré. No dijimos nada ninguno de los dos y yo sé que después el hombre lo pasó fatal, ¡pero en fin! Yo me quedé sin ir a Londres a perfeccionar el inglés que estaba estudiando.

¡Si a mí ahora me pasaran las mismas cosas en el momento actual…! ¡Lo que yo pasé! Pensad que yo me divorcié poco después de casarme. De entrada, los del PSUC me pusieron a subir de un burro porque “la mujer no deja a su compañero”. Se ve que el compañero sí puede dejar a la mujer, ¡pero la mujer a su compañero no! Y muy tercos en que no me separara. Y eso el PSUC, ¡eh! Que parece que seamos muy modernos, pero…

En cuanto a mi vida laboral, yo era secretaria de dirección, que es lo que me hizo estudiar mi padre. He recibido de todo: insinuaciones, invitaciones, bromas que ahora serían impensables… Ahora cuando pienso en ello, la entrevista me lo ha hecho recordar porque son cosas que tenemos aparcadas desde hace muchos años. Cuando lo pienso, fueron acosos de todo tipo.  ¿Te invito a cenar decían? y yo respondía y “al resopón qué? Y aquí se acababa la historia, ¿me entiendes? Y después he tenido dos jefes…

¿Acosadores?

Sí acosadores. ¡Y uno se me echó encima y para escaparme me di un golpe en la riñonada del copón! Luego supongo que me hice mayor o ya no interactuaba tanto con tantos hombres… y la cosa fue disminuyendo. Evidentemente referente a mis hijos, que son dos hombres, creo que en lo que se refiere a la educación, lo he hecho bien. Que ellos ahora lo hagan bien o mal, esto ya no lo sé, pero yo lo he hecho bien.

Y ahora, que ya tienes 76 años, tú sientes alguna discriminación por el hecho de ser una mujer mayor de edad, porque puede que haya un trato diferente con las personas mayores y con las mujeres mayores especialmente.

A ver, si hablamos en general, sí, pero yo personalmente tengo que decirte que no, porque vivo en un pueblo, en Vacarisses, por circunstancias de la vida y me relaciono con niños y niñas hasta personas de más de ochenta, con gente joven, con las madres… No me siento discriminada, pero en general sí hay discriminación. En mi caso, quizás es por mi actitud, mi forma de ser, pero no es lo habitual, es como una excepción lo mío.

¿Y en cuanto a tus amistades y personas conocidas, viviste o conociste discriminaciones de identidad o por ser trans?

Personalmente he tenido mucha amistad con mujeres lesbianas, actualmente me relaciono con dos parejas y con hombres gais también, uno de los hombres que más he querido en esta vida (ahora está muerto) lo era. Yo me siento bien, pero también os digo que me cuesta un poco entender (quizás porque ya soy mayor) a las personas que no se sienten ni hombre ni mujer, pero me da igual, a mí lo que me interesa es la persona, el ser humano. Han sido durante tantos años discriminados, golpeados… Además, está lleno de países donde todavía la homosexualidad está penada y los mandan a la prisión, los pegan y si no se está al caso, los matan. Y no hace falta que vayamos tan lejos, aquí han matado a gente por ser gay. Con las mujeres no lo he visto tanto, pero con hombres sí. Éste es un tema de educación, cada uno y cada una debe quererse para poder amar al otro o a la otra. ¡Si te gustan los hombres, que te gusten los hombres! si te gustan las mujeres pues que te gusten las mujeres! Si has tenido la desgracia, porque esto lo considero una desgracia, de nacer en un cuerpo equivocado y puedes arreglarlo y tú ser feliz… ¡Hazlo! Es que tenemos sólo una vida y es corta y es necesario disfrutarla. Se merecen todos mis respetos. El 1 de diciembre hacíamos las manifestaciones del Día Internacional contra el Sida y allí estaba todo el mundo: directores, prostitutas, trabajadores, sindicatos…todo el mundo a la una. Yo creo que lo más importante es quererse como eres, si tú no te amas como porque eres un hombre y por dentro tienes una mujer, haz todo lo que puedas para ser una mujer. Yo estaré a tu lado.

Y entre las diferencias entre hombre y mujeres, ¿cuáles serían las más importantes según tu experiencia?

¡Mujer! Yo lo que he tenido siempre son grandes amigas, también dos grandes amigos. De niña fui a una escuela mixta y no he tenido problemas de relación. Pienso que con un amigo o con una amiga te puedes ir a la cama, no tiene nada que ver una cosa con la otra (sexualidad y amistad), pero cuanto mayor me hago, yo entre mis amigas me encuentro más feliz, apoyada, con muchas cosas de que hablar, ¡las quiero! A los hombres también los quiero, justamente uno de a los que más amé había sido mi amigo de la infancia, de la adolescencia, de la juventud. Fue (y se emociona mucho) una persona única. ¡Vaya, por dios! Ya me han salido dos que ya no están.

Hay estudios que señalan que las mujeres mayores son víctimas invisibles de violencias machistas. ¿Qué piensas y por qué?

Las mujeres mayores son víctimas de las violencias machistas, efectivamente, porque llega un momento en que somos un poco invisibles, quienes vienen detrás de nosotros, no todos, quieren hacer de padre. Dejas de ser tú la madre y el tu hijo y pasa a ser tu padre. ¡Has vivido lo de tu padre, lo de tu marido – si lo has tenido- y ahora te toca tu hijo! Y son capaces “como tú no entiendes de nada o tú de números no sabes” según ellos… de venderte la casa y tú eres como un mueble que molesta. Y de eso tampoco nadie habla y es real. Yo os lo puedo decir porque conozco casos de mujeres que te dicen por ejemplo “yo quiero estar todo el día en el Casal de la Gent Gran”. ¿Por qué? porque ahí están acompañadas. Es que está claro… “¡ahora me han puesto en una habitación que no tiene ni ventana!”. Esta señora, en concreto, tenía una casa preciosa y el hijo la vendió. En otros casos se han instalado hijo y acompañante en la casa. Y esto no deja de ser violencia también. ¡A ver! Lo que tú tienes es tuyo, si tú quieres darlo lo das, pero eso que por la fuerza o por engaño, les dicen “Firma este papel, mamá. No tiene importancia. Es una carta que necesito por el banco”. ¡Y ya has caído! ¡Esto está muy mal! Eso, y perdona. es ser unos hijos de la Gran Bretaña, porque hacerle esto a tu madre ya no tiene perdón. Con un hombre es distinto.

Estás hablando de violencias económicas… y emocionales porque si se lo apropian… ¡Esto ya es emocional! Que estas mujeres te digan que aquí se sienten acompañadas, cuando es gente que no se conocía, no somos ni familia ni nada y en cambio en casa con nietos y nietas y familia no se sienten bien, porque claro ya no es su casa. A un hombre esto no se lo hacen. ¡Garantizado! Primero porque los hombres en esta sociedad machista son quienes van al banco, quienes se encargan de la hipoteca, quienes hacen esto y aquello. Yo supongo que, ahora, con la nueva generación ha cambiado, pero aún queda mucho, mucho que limpiar.

Me gustaría que nos hablaras del mundo laboral porque a lo largo de la vida se puede haber tenido trabajos diferentes, más o menos estables, pero es evidente que socialmente ha habido una discriminación laboral hacia las mujeres, tanto por tipos de trabajos como por los sueldos. ¿Tú la has vivido a lo largo de tu vida profesional?

¡Por supuesto! ¡Sí que la he vivido! Yo he tenido tres vidas laborales, primero fui secretaría de dirección general, bajo un jefe directo y no me sentí discriminada. ¡Eh! en cuestión de sueldo, el resto ya os lo he contado.

 Después me quedé sin trabajo, tuve a los hijos…y cuando me salió la posibilidad estudié para trabajadora social que ya se acercaba más al trabajo que quería hacer cuando era joven. Trabajé muchos años sin estar asegurada porque era por agencias no demasiado legales. Había muchos trabajos así, que te pagaban con billetes en un sobre. Evidentemente era un trabajo muy mal pagado, y en ocasiones eran tareas muy desagradables. Ahora recuerdo el caso de un paciente – ¡se me había olvidado!- que cuando me agachaba a ponerle bien el oxígeno me metía mano en el pecho, ¡te lo juro! ¡Y era alto como una torre y yo soy tan poquita cosa! Ahora me hace reír esto…

Pero pasaste malos ratos….

Sí, sí, sí. Además, tuve la mala suerte de quedarme un día hecha un cuatro al levantar a una persona de la cama y ahora lo estoy pagando. Después de pruebas y pruebas me diagnosticaron fibromialgia y tuve mucha suerte de que me hicieran la diagnosis porque en esa época la mayoría de las médicos decían que no existía. Contacté con una asociación de este tema en la que todo eran mujeres, aunque conozco a hombres que la padecen. Respiré un poco más tranquila porque pude decirme “no me lo estoy inventando”. Aparte, se me ha olvidado deciros que soy ansiolítica y depresiva crónica desde los 21 años. Bien, me decían que todo esto eran los nervios. ¡No, no son los nervios! Allí me sentí muy apoyada, pero era evidente que no podía seguir trabajando, cuidando personas enfermas.

Entonces, a través de Barcelona Activa tuve la posibilidad de estudiar Medio Ambiente y en los últimos años trabajé en este campo… ¡Iba a decir un disparate! Allí de considerada nada, trabajaba en un Punt Verd (gracias a una gestión que debo agradecer a un político del barrio) y después ya me jubilé.

Pero pensad que la vida es muy larga, que tener hijos, educarlos… (aquí se emociona mucho) yo muchas veces me iba que aún dormían ellos, su padre los llevaba al colegio y a veces yo regresaba que ya estaban en la cama (se emociona más aún, a punto de derramar lágrimas). ¡Mi hijo pequeño me lo recuerda todavía ahora! Pero eran circunstancias…

Estas incapacidades que decías costaba mucho que las reconocieran para bajas laborales. ¿A ti te pasó?

¡Por supuesto! Lo presenté todo y la psiquiatra forense me dijo que ¡yo estaba como una rosa!

En otra ocasión, después de una mala caída al suelo mientras estaba trabajando, la doctora me dijo: “ya sé que volverás, pero tengo que darte el alta”. Y yo le dije a mi jefe: “Si quien no ve trabaja con gafas pues yo seguiré trabajando con el bastón”, y necesitába cobrar el sueldo.

Costaba mucho que se reconociera la fibromialgia como enfermedad. La alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Manuela de Madre, poco después de mi diagnosis hizo público que la sufría y que lucharía por el reconocimiento de incapacitación. No sé si a ella le dieron la invalidez total. A mí me dieron sólo un 51 o 52%, y creo que me lo concedieron más por la depresión y la ansiedad crónica que por la fibromialgia.

¿Y cómo crees que los medios de comunicación reflejan, la vida, las ideas, la actividad de las personas mayores? ¿Suficiente, poco? ¿Existen diferencias en cómo visualizan los hombres o mujeres, los roles sociales?

¡Sí de entrada la mayoría son directores!, eso ya es significativo. Para mí, evidentemente, no reflejan en absoluto lo que es la vida de una persona mayor. ¡A ver!, tema de las muertes de Covid aparte, pero eso no es reflejar la vida de la gente mayor. La gente mayor de lo que sufre más es de soledad, que nada tiene que ver con vivir solitaria. Yo he escogido estar sola, pero yo estoy bien así. Muchas personas quieren estar solas. Aquí ya hay una diferencia muy importante entre estar sola o estar solo y esto lo veo casi a diario. Los hombres de nuestra generación, se les muere la mujer y ya está… ¡no saben hacer nada de casa, no saben ni poner una lavadora! La mujer se espabila, el hombre no.

Esto los medios de comunicación nunca lo han dicho. Cuántos hombres viudos y mayores toman a una mujer, no porque la quieran, la toman com criada. ¡Esto es horroroso! Es algo impensable y de eso no hablan.

No hablan de la sexualidad. ¿Que por qué yo tenga 75 años y sea viuda desde hace 17 no debo tener mis deseos sexuales? ¡Evidentemente que tienes! Y quizás si fuera una multimillonaria, mirad lo que os voy a decir, mira si soy sincera, de vez en cuando me buscaría la vida y si no pues ¡claro! Hacemos manitas, que somos mujeres y debemos conocer nuestro cuerpo. Y de eso, primero no se habla, parece un tema tabú, a partir de cierta edad. ¿Y ellos? Que llegan a los 80 y pico y todavía te están intentando entrarte por detrás. ¿Por qué? ¿Dónde está la diferencia entre el hombre y la mujer? ¡Si es al revés! Digámoslo pulidamente, sufren impotencia erectil. En cambio las mujeres lubricamos y si no lo hacemos de forma natural hay geles que te ayudan a hacerlo. La mujer disfruta mucho más del sexo y más cuando eres mayor. No tienes ese problema de… ¡ay! quedaré embarazada, como nos ocurría años atrás cuando no había casi ningún método anticonceptivo. ¿Verdad que encontramos normal que un hombre de 80 años siga haciendo el amor, porque una mujer de 80 y pico no puede hacer el amor con quien le dé la gana?

Hemos pasado o acabamos de pasar la pandemia. ¿Cómo mujer cómo te ha afectado esta enfermedad? tanto en salud física, mental y emocional. ¿Cómo has estado, cómo has podido resolver las necesidades?

¡A ver! Debo decir que el primer mes que estuvimos encerradas bajo llave, estuve como una reina. Hacía Thai Chi, caminaba por casa, bailaba, pintaba… También es verdad que, en el pueblo, en la Calle Mayor, donde vivo yo cada día ponían música, una canción y salíamos por las ventanas y eso nos daba vida. Al levantar la restricción salimos a la calle, pero salimos con las manos desvalidas. No sé si fue esto o darme cuenta de golpe de la vida, escuchabas aquellos rumores de las residencias, de quitarse a la gente mayor de encima, eso es escalofriante… ¡yo también soy mayor claro! pero estoy en casa. Es que es un horror, es que no quiero ni pensar (dice muy disgustada) porque me pongo muy nerviosa. Quiero decir que nadie ha pagado la responsabilidad por estas muertes y estas personas ¡ya no están!¡Horroroso! Entonces empecé a tener ataques de angustia. ¡Y me decía a mí misma, pero si lo he llevado tan bien hasta ahora! Cada noche me iba a andar y sólo me encontraba con la policía local que unicamente me decían buenas noches, Francina.

¡Pues así es, físicamente la pandemia me ha anulado totalmente! Yo era de esas que cada día descendía al arroyo o subía a la cima, siempre con algún perro del vecindario. ¡Era feliz! Ahora hace casi tres años que no lo hago y por la noche (se emociona) y por la noche me digo: ¡Mañana iré! Y al día siguiente me quedo sentada en el sofá.

¿Y crees que es a causa de la Covid o del ambiente? ¿Tú la sufriste la enfermedad?

Yo no. ¡No la he tenido! Pero ha habido gente próxima que ha estado muy mal. Y no sólo eso, a mí me han puesto tres vacunas y no me ha pasado nada, pero tengo gente conocida que ha tenido fiebre, encontrándose mal más de una semana en cama. En esto he sido afortunada.

Para los problemas de logística, la vecindad es muy importante. Desde las casas vecinas nos vemos, y por ejemplo una vecina me llamaba: Niña, voy al supermercado, ¿qué necesitas? Y me lo traía. La vecindad ayuda mucho. Mi vecina del rellano y la de enfrente igualmente unas por otras…

Me he fijado en que has hablado de tres vecinas, tres mujeres…

¡Y hay más! Los vecinos hombres me ayudan en otros temas, de bricolaje, a buscar el butano… Ahora bien, esto es así porque vivo en el centro. Hay señoras que viven en urbanizaciones que lo tienen más difícil.

Estábamos hablando de la importancia de la vecindad como una red de cuidados en tiempo de Covid, pero en general en tu vida ha habido redes de apoyo, has participado en organizaciones, asociaciones de mujeres…

Nunca he estado afiliada a ningún partido. La obediencia y la disciplina no es lo mío, ni todas estas mandingas… (y estalla en risas).

Estaba apuntada en CCOO cuando todavía era ilegal y muchos compañeros fueron encarcelados y torturados. Yo pude escaquearme.

Estuve en la AVV de la Izquierda del Eixample durante muchos años, en un grupo que ayudábamos a mujeres migrantes que tenían diversas necesidades y desde la AVV las ayudábamos con gestiones, comida y con los regalos de reyes.

También participé en una asociación de enfermedades reumáticas y en una asociación que acompañábamos a personas enfermas del Sida en el Hospital de Mar y en su casa. Esta última, ha sido una de las experiencias más bonitas y valiosas y donde me he sentido más valorada. Y eso, quieras que no, te llena. Había muchos estigmas, había chicos que se morían solos. Al cabo de un tiempo de acompañarlos cada vez que moría uno era un duelo que tenías que pasar y eso era durillo pero gratificante por ser útil, reconocida y te lo agradecen muchísimo.

¿Y actualmente estás participando en algún colectivo?

Sí, en Cáritas años atrás se plantearon en Vacarisses – que es el pueblo, pero también las urbanizaciones donde hay mucha gente que vive sola y muchas mujeres solas sin coche- hacer el “Almuerzo en compañía”, es decir los martes y jueves hay almuerzos comunitarios de catering en el Casal y yo soy una de las voluntarias. Me apunté enseguida. La gente come junta, se encuentra bien, charla. Hay personas viudas, más mujeres, pero también hombres… En fin, que es una tarea muy bonita.

También he seguido haciendo actividades culturales. Estuve en el Club de Lectura de la biblioteca, pero yo quiero escoger los libros que leo y ahora estoy apuntada en el Club de la Poesía, ya que la poesía es una de mis debilidades. Y me gusta muchísimo, ¡la verdad!

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Tona Gusi

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Fundadora i Co-coordinadora de La Independent. També és psicòloga menció en Psicologia d'Intervenció Clínica i menció en Psicologia del Treball i les Organitzacions.
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