Esperanza Huayama Aguirre, Presidenta de la AMHBA © Sara Cuentas
Esperanza Huayama, activista, defensora de derechos humanos y lideresa de las mujeres esterilizadas de manera forzada de Huancabamba (Piura-Perú), habla claro y sin temor del contexto adverso, de las distintas opresiones que las afectan, y de su energía vindicativa que sigue persistiendo más de 18 años.
En la conversación Esperanza Huayama saluda a: la Red de Migración, Género y Desarrollo, a mis hermanas de Senegal de la organización GIE , a las hermanas de la Fundación Mujer y Futuro de Colombia, a la Agencia Catalana de Cooperación, a las hermanas de CEAR Euskadi (… ) y también a las hermanas periodistas de La Independent por hacer que nuestro mensaje llegue a miles de mujeres en América Latina y Europa.
Antes de empezar la entrevista, le expreso que es una mujer admirable y de mucho coraje que ha demostrado tener una gran capacidad para resistir la adversidad que arremete contra su salud, su autonomía y su espacio comunitario. Ella escucha en silencio, sonríe y mira sus montañas huaringeñas, su espacio ancestral que tuvo un pasado matriarcal, antes de la llegada de los conquistadores.
Esperanza, en todos estos años de de acción vindicativa en favor de los derechos humanos y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que fueron afectadas por las esterilizaciones forzadas, has pensado alguna vez en renunciar, en dejar tu acción como presidenta en la Asociación de Mujeres de la Provincia de Huancabamba (AMHBA)?
Nunca. Aquí sigo fuerte, por mis hermanas que como yo fuimos obligadas a ligarnos (esterilizarnos) sin nuestro consentimiento, que como animales nos cortaron para impedirnos tener más familia. Aquí estoy, aunque me amenacen, aquí doy la cara. Pero no estoy sola, estoy con todas mis hermanas de la organización, de los distintos distritos y caseríos de Huancabamba. Estamos todas juntas, unidas y organizadas.
¿Qué tipo de amenazas has recibido?. ¿Sientes que se han intensificado?
Me llaman por teléfono y no se identifican. A veces, son voces de mujeres y otras de hombres. Dicen mi nombre, me amenazan que algo malo me va a pasar, que si sigo haciéndome la valiente al final voy a llorar. Me han dicho que me va a pasar igual que otros dirigentes, a quienes golpearon y mataron en otras partes del país. Antes, llamaban de vez en cuando, una o dos veces al mes, pero ahora son más veces. También están haciendo que mi familia tenga miedo, que mis hijos y mis hijas se pongan en contra de la organización que represento, porque dicen que me van a hacer daño, que algo me va a pasar por culpa de la organización, que no saco nada. Dicen en mi comunidad que eso de la organización es mentira, que salgo a tomar por allí con otras mujeres, que me paseo y no hago nada.
Han intentado también dividir a la AMHBA ofreciendo apoyo para que se cree otra organización dedicada a las artesanías; incluso personas en las que confiábamos, y que pueden parecer solidarias con nosotras, han estado involucradas en este tipo de acciones para dividir a nuestra organización.
¿De quiénes crees que vienen estas amenazas y por qué motivo?
De la gente que está en contra de la AMHBA, de quienes no quieren que las mujeres ligadas de manera forzada tengamos justicia y reparación. Nos amenazan las personas que no quieren que denunciemos a Fujimori y a sus ex ministros de salud como los principales culpables de este delito de lesa humanidad. Y ahora que estamos en un momento de elecciones presidenciales todo es mucho peor, pues hay intereses de partidos políticos que quieren utilizar nuestra realidad para su beneficio.
Antes de pasar a hablar del contexto electoral, explícame si has tomado algún tipo de acción respecto a las amenazas.
Sí, he denunciado el día jueves 18 de febrero ante la fiscalía de Huancabamba sobre esta situación y he pedido garantías para mi persona. Ya la autoridad sabe y tiene conocimiento. Cualquier cosa que me llegara a pasar, ya expuse el motivo, por eso he pedido protección.
¿Puedo leer un párrafo y compartirlo?
Sí
“Teniendo en cuenta que ejerzo el cargo de Presidenta de la AMBHA y actualmente Vicepresidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Peruanas Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas, y teniendo en cuenta que, desde la asociación, venimos exigiendo justicia, verdad y reparación para el caso de las esterilizaciones forzadas de las que fuimos víctimas miles de mujeres durante el gobierno de Fujimori, cuya investigación No. 29-2011, a la fecha se encuentra en trámite por ante la Segunda Fiscalía Provincial Suprapenal de Lima a cargo de la Dra. Marcelita Gutiérrez, considero que para callarme me hacen estas amenazas, pretendiendo intimidarme”.
La formación de la Asociación Nacional de Mujeres Peruanas Afectadas por las Esterilizaciones forzadas ha sido reciente, ¿qué representa para ustedes?
Nosotras, las hermanas de Piura – AMHBA y Cusco – AMAEFC (Asociación de Mujeres Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas de Cusco), decidimos formar la Asociación Nacional para estar más fuertes, más organizadas y para hablar por nosotras mismas. Estamos cansadas que otras gentes y algunas ONG nos hagan ver sólo como víctimas, sin voz, como analfabetas que no sabemos qué decir. Nosotras tenemos voz, sabemos lo que queremos: queremos justicia y reparación, y que se sepa la verdad de lo que nos hicieron. Estamos cansadas que otras gentes se pongan a dar conferencias de nosotras, de hablar de nuestros problemas como si no pudiéramos hacerlo, sin preguntarnos siquiera si queremos que hablen en nuestro nombre. Estamos cansadas de que aparezcan expertas en las esterilizaciones cuando nunca han trabajado en nuestras comunidades y sólo han pasado a tomar fotos, a entrevistarnos, y sin nuestro consentimiento han publicado libros con nuestra información para su propio beneficio. Por ejemplo, nos han querido imponer símbolos para las mujeres ligadas, nos han venido a decir que nos tiremos al piso como una alfombra roja, sin pensar que así nos recordaban a la sangre, a cómo fuimos ligadas a la fuerza, tiradas al lado de la otra, con nuestros vientres llenos de sangre. Ni tampoco piensan que en la época del terrorismo también vimos cómo mataron a mucha gente y que ese color rojo es para nosotras solo dolor. Es una falta de respeto a las mujeres ligadas y a nuestra cultura indígena.
¿Y en el marco del contexto electoral cómo evalúa tu organización la acción de los partidos políticos?
En este tiempo de elecciones nosotras vemos que hay partidos políticos que nos utilizan en sus discursos. Gentes de partidos que nunca nos han apoyado, nunca les hemos visto en nuestros plantones y vigilias en Lima, y ahora hablan de nosotras, o gente que se aprovechó a través de nuestra lucha para ser candidatas. Vemos como nos hacen ver como mentirosas, como que nos inventamos todo el daño que nos han hecho en nuestro cuerpo. Pero nosotras exigimos que sea quien sea que llegue al gobierno en estas elecciones, tiene la obligación de hacernos justicia y reparación. Nosotras no pertenecemos a ningún partido político, pero si estamos atentas a conocer las propuestas de reparación y de justicia que puede haber con nosotras. Y si no se llegara a cumplir vamos a ir ante la justicia internacional.
¿Cómo viven actualmente las mujeres esterilizadas de manera forzada?
Vivimos con mucho dolor en nuestro cuerpo, en nuestro vientre, en nuestra espalda. Allí donde nos operaron muchas tienen tumores, a algunas les ha dado cáncer y otras ya han muerto. Vivimos tristes, a veces sólo nos queda llorar. Nuestros esposos nos han abandonado porque ya no se puede disfrutar de las relaciones sexuales, otros piensan que les engañamos y se ponen más machistas. Y nuestros hijos e hijas se han ido a las grandes ciudades a trabajar para poder ayudarse y ayudarnos, porque nuestras familias han quedado más pobres. Además, sufrimos el desprecio y la burla de la gente del pueblo que no quiere nuestra organización, que es racista y somos maltratadas por el personal de salud en nuestras comunidades.
Sé que tienen una Casa de la Mujer Andina en Huancabamba y que, precisamente, quienes se oponen a la organización de las mujeres esterilizadas de manera forzada en Huancabamba, quieren hacer todo lo posible por quitarles ese espacio donde las mujeres se reúnen y organizan…
Sí, nosotras junto al Convenio IAMAMC-AMHBA, que tenemos con el Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres Campesinas, logramos con mucho esfuerzo tener un espacio para nosotras las mujeres de la AMHBA. Allí hacemos nuestras asambleas, talleres de derechos, reuniones y tenemos huertos donde producimos alimentos de nuestra tierra. Además, tenemos una pequeña granjita de cuyes y conejos. Y ya hace varios años, un grupo de la Comunidad de Quispampa, que se opone a la organización de las mujeres ligadas, intentó invadir y quitarnos el terreno. Por ello, siempre vivimos con esa preocupación, de pensar que pueden venir en cualquier momento a quitarnos la casa. Ya una vez intentaron hacerlo y la Justicia nos dio la razón. Pero en estos tiempos, nuevamente han vuelto las amenazas. Pero ahí estamos, bien unidas para que no nos lo quiten.
Sabemos que existe una iniciativa del actual gobierno, el REVIESFO (Registro de Víctimas de Esterilización Forzada) que permitirá evidenciar cuántas mujeres y hombres fueron afectados y además tener acceso prioritario al Seguro Integral de Salud, a atención en salud mental y en servicio a defensa legal gratuita?
Sí. Hemos coordinado directamente con el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Salud y con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. El REVIESFO es un primer paso en todo el camino que nos queda. Y nosotras pensamos que nos da dignidad, porque nos reconoce como afectadas por la ligadura forzada, y nos reconoce el derecho a la atención integral en salud y en atención legal. El REVIESFO no es ni reparación ni justicia, pero es un primer paso. Y este logro del REVIESFO ha sido gracias la lucha de la AMHBA y AMAEFC y gracias a personas como la parlamentaria Hilaria Supa y a organizaciones IAMAMC y el Movimiento Amplio de Mujeres – Línea Fundacional, con quienes accionamos hace más de 20 años, y que han estado dialogando con los diferentes ministerios junto con nosotras, para que se de este Registro Nacional de Víctimas.
Y desde el Ministerio Público, en cambio, es todo lo contrario….
Sí, en la Fiscalía que dirige la Fiscala Marcelita Gutierrez, acaban de postergar para más meses el resultado de su investigación que en febrero ya debía estar listo. Y ahora será después de las elecciones. ¿Cómo puede ser? nos preguntamos, o es que nos quieren negar la justicia.
¿Qué acciones para los próximos meses Esperanza, cómo van a superar estos obstáculos?
Primero es la organización, el fortalecernos entre todas, el que nuestras hermanas de otras partes del país vengan a formar parte de la Asociación Nacional de Mujeres Peruanas Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas.
Segundo, que tengamos más voz y estemos presentes en los lugares donde el público nos pueda escuchar, sin que tengamos alguien que hable por nosotras, o al menos que no hable sin nuestro consentimiento.
Tercero, que sigamos teniendo la solidaridad internacional, de otras mujeres y hombres y organizaciones del mundo, que nos apoyen para nuestra defensa legal, para medicinas, para tener iniciativas productivas las mujeres esterilizadas, para que dejemos atrás la pobreza.
Y cuarto, seguir demandando Verdad, Justicia y Reparación. Nosotras aquí estamos y nos cansamos.
¿Algunas palabras más Esperanza?
Sí, quiero agradecer a mis hermanas de la Red de Migración, Género y Desarrollo, a mis hermanas de Senegal de la organización GIE, a las hermanas de la Fundación Mujer y Futuro de Colombia por ir haciendo juntas la realidad los derechos sexuales y reproductivos; y también a la Agencia Catalana de Cooperación. Agradezco a las hermanas de CEAR Euskadi por recibir a nuestra defensora Obdulia Guevara Neyra para denunciar sobre las esterilizaciones forzadas en España. Y también a las hermanas periodistas de La Independent por hacer que nuestro mensaje llegue a miles de mujeres en América Latina y Europa.
Esperanza dialoga con sus hermanas de la AMHBA © Sara Cuentas
