Lydia Cacho conversa con Mariane Pearl sobre amor y rebeldía
A punto de cumplir 60 años y cuando le acaban de dar su pasaporte en España, la periodista mexicana Lydia Cacho se resiste a criticar a los medios de comunicación españoles, pero no deja de señalar que estamos viviendo un momento muy difícil que tiene que ver con todos los efectos secundarios de la violencia, un paradigma ideal para manipular y falsear las noticias. “Aquí (en España) no te matan a balazos, como en México, aquí te desaparecen de los medios, te borran, no vuelves a tener trabajo”.
La defensora de los derechos humanos de niñas y niños, que ha sufrido en carne propia las torturas, un secuestro, amenazas de muerte y el exilio forzado en Madrid sostuvo un encuentro con Mariane Pearl (Francia, 1967), en la Librería Finestres de Barcelona, par presentar Cartas de Amor y Rebeldía (Debate, 2022), su libro más valiente, íntimo y revelador. En este libro, la autora se sumerge en cuarenta y seis años de diarios, fotografías e intercambios epistolares que ha ido conservando y donde reflexiona sobre todo lo vivido. Durante las preguntas que le hizo el público al final de la conversación, señaló que para los periodistas y para ella es agotador seguir documentando la violencia. Habló del miedo y el dolor que todavía siente de sentirse perseguida y del síndrome del exilio: “La mitad de tu corazón se queda donde naciste. La tarea es encontrar o traer esa otra mitad de tu corazón”.
Entre otros asuntos, también pidió no juzgar la manera en que construimos nuestro feminismo y cuestionarnos desde donde ejercemos la violencia. Entender los mecanismos psíquicos y sociales que nos atraviesan. Contó que fue su madre quien llevó a México el feminismo europeo y que siente una energía vital que la sigue moviendo par dar la batalla cultural que se necesita.
Los movimientos moralistas, las etiquetas llenas de rabia e incomprensión destruye el debate entre las mujeres y los hombres, sin entender que ambos son atravesados por las pasiones, el amor y el entendimiento. “El Feminismo necesita retomar el amor, porque es el nuevo movimiento punk, nos está dividiendo y hay que volver a ese lugar en donde somos capaces de reconocernos”, manifestó.
Mariane Pearl le pidió hablar de una niña que iba a ser adoptada por Lydia pero que la mafia mexicana manipulo de tal forma que se convirtió en su adversaria. “Edith no pudo levantarse frente sus agresores”. Sufrió el Síndrome de Estocolmo, tal como lo cuento en el libro Los demonios del edén, sobre las redes de pedofilia. Ni la protección, ni el acceso a terapia, nada fue suficiente. “Son mujeres que intentamos ayudar y se vuelven contra nosotros”.
¿Cómo sigues sin ser derrotada por el cinismo y el sarcasmo?, preguntó Pearl.
Lydia Cacho respondió: “Como saben, tenía un refugio contra la trata de personas. Y Edith fue uno de los casos que nos llegaron. Soy periodista y humana y establecí un vínculo. No nos damos cuenta porque estamos en la batalla campal todo el tiempo”.
Edith fue llamada por los mafiosos. El gobernador y los tratantes la secuestraron y torturaron y cuando comienzo a ganarles el caso, aparece la niña y empieza a declarar contra ella. La periodista tuvo que defenderse, denunciarla.
Hay que entender lo que es la estructura de las mafias. Las niñas no tienen un yo concreto, hay una escisión de su personalidad. Se salvan 100 pero hay 200 que no se pueden salvar y son maltratados y utilizados como instrumentos de venganza. “No pude ser cómplice. El centro del sistema es ella. No ha tenido capacidad para salir adelanté. No puedo dejar de defenderme solo porque soy feminista”, declaró.
Pearl comentó que a los hombres les cuesta estar con una mujer más fuerte que ellos, porque hay miedo e inseguridad. Cacho para poder seguir ha tenido que dejar a varios hombres.
A lo que Lydia Cacho respondió: “Yo estuve casada, pero mi idea de pareja no entraba en la idea de trabajo de Salvador. Si yo fuera un hombre, la mujer de mi vida estaría rendida hacía mí”, pero en el caso contrario las mujeres acaban haciéndose pequeñas. Tienen que guardar silencio. Excepto uno de los hombres con los que se relacioné, nunca le pidió que cediera en su trabajo. “Yo pasé de ser la más valiente a qué me dijeran que parará. Incluso Salman Rushdie me dijo en una ocasión que tuvimos un encuentro, que parara. He aprendido a mentir para no preocupar a la gente”.
El tema del autocuidado es una forma de asumir las heridas, frente a tantas violencias, es una forma de protección. A veces hasta la depresión es una manera de autoprotegerse. “Yo elegí otro camino. Pero hay mucha depresión y mucho dolor”, dijo.
“He tenido muchísimas ganas de amanecer muerta. Sientes que te consume. Es lo que hace la violencia: derrumbar”.
No es una casualidad la artritis que padece, pero tiene que matizar cosas, practicar yoga, un ejercicio para sacarse “toda la mierda”, reunirse con las amigas y reírse del amor, del sexo, de estupideces.
No faltó la típica pregunta sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. Lydia Cacho contestó que fue un pequeño grupo de cuatro mujeres las primeras que documentaron el feminicidio en esa ciudad, pero ahora entre 10 y 11 mujeres son asesinadas diariamente en todo el país. “Lo que me consuela es que hay muchos feminicidas en la cárcel y que las mujeres jóvenes tienen más conciencia”.
*Mariane Pearls, periodista e impulsora de varios proyectos con la finalidad de dar voz y poder a mujeres y niñas, entre ellos Chime for Change (creada por Salma Hayek y Beyoncé y financiada por Gucci), The Meteor (plataforma para dar visibilidad a historias de mujeres en formatos múltiples) y Women Bylines (talleres de periodismo y storytelling). En 2004, Pearl publicó Corazón invencible (Martínez Roca, 2004), una memoria sobre el secuestro y asesinato de su marido y periodista Daniel Pearl, en Paquistán, que luego fue llevada a la pantalla por Brad Pitt y Angelina Jolie.
*Lydia Cacho (México, D.F. 1963). Durante 25 años ha ejercido el periodismo como editora, conductora, cronista y columnista en radio y televisión así como en diversos diarios y revistas nacionales e internacionales. Es cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe. Fundó el centro de atención para mujeres y sus hij@s víctimas de violencia CIAM Cancún A.C, certificado por el National Training Center for Domestic and Sexual Violence (E.U.A). Es experta en ciber seguridad infantil y en pedagogía de la entrevista de víctimas menores de 18 años. Sus valientes investigaciones periodísticas la han llevado por 132 países y la convirtieron en la periodista más premiada de México con 55 preseas internacionales. Newsweek & The Daily Beast la consideran Una de las 100 mujeres que mueven al mundo. Autora de los libros Los Demonios del Edén, Muérdele el corazón, Esta boca es mía, Memorias de una Infamia; Con mi hij@ no, Esclavas del poder, En busca de Kayla, Sexo y Amor en tiempos de crisis, The Sorrows of Mexico, When We Are Bold: Women Who Turn Our Upsidedown World Right, así como de seis obras colectivas. Sus libros han sido traducidos a más de diez idiomas y ha recibido múltiples reconocimientos internacionales por su trabajo y trayectoria.
