En la red se difunde el programa “Hacia el Sur en el Atlántico” destinado a este tema, donde Monserrat Cano da una clara explicación del origen de este amor. Las activas Feministas Indignadas convocaron a una pegada de adhesivos en productos que habitualmente se regalan en estas fechas.
El arquetipo femenino ha cambiado, al menos en occidente e influencias, es el de una mujer ejecutiva, decisiva y sexualmente activa; sin embargo, la losa que arrastra y que la iguala a la mujer virginal, ama de casa devota y obediente es el amor ideal, el príncipe azul siempre a encontrar, y este amor romántico es uno de los más fuertes obstáculos para establecer relaciones en condiciones de igualdad, condiciones por las que luchan los movimientos feministas.
En esta fecha, San Valentín, abundan los mensajes que, además de tener un contenido comercial, reafirman este tipo de amor insalubre, nocivo, y es por eso que, por ejemplo, las Feministas Indignadas han convocado a realizar una pegada de adhesivos, que ellas facilitan en su web, para utilizarse en productos que habitualmente se regalan en estas fechas.
Por otra parte, en la red se difunde el programa “Hacia el Sur en el Atlántico” donde la experta en género Montserrat Cano con gran calidad da una explicación de qué es el amor romántico, sus orígenes y sus consecuencias para la mujer.
El rechazo al amor romántico parecería un ataque al amor, a ese amor que gran parte de las personas considera natural, inherente al ser humano, vital. Quien lo rechaza es alguien que ha sufrido una mala experiencia o que está en contra del amor mujer-hombre. No es así, del todo.
Montserrat Cano recuerda que el tipo de relaciones de pareja que se establecen son construcciones culturales y que, en occidente, el comportamiento del considerado amor romántico surge finales del siglo XVIII y principios del XIX. Hasta entonces el matrimonio y el amor eran ámbitos separados, el matrimonio se concertaba con el fin de asegurar descendencia y mantener el estatus social. En este escenario, la mujer sólo hacía de procreadora e instrumento para lograr patrimonio o prestigio social.
Surge el amor romántico, un amor único, eterno y cuya realización máxima es el matrimonio. En su momento es un modelo libertario porque reivindica el derecho de las personas de búsqueda de su felicidad, de tener una relación basada en los instintos naturales. “Lo que pasa es que al unir el instinto y la pasión con la institución matrimonial, se permite el control de la institución sobre el instinto. Lo contrario de lo que se pretendía”, dice Cano.
En este nuevo escenario, no cambia el sistema androcéntrico, la mujer no deja de ser objeto, se la controla igualmente. A través de la literatura, la poesía y las artes en general se la empuja a buscar y desear “ese amor único, fuente de plenitud y felicidad, que conlleva al sacrificio permanente y que, además, es voluntario”.
“Lo perverso de esta construcción es que la mujer cree que actúa con absoluta libertad”, es una anulación consciente de la individualidad en aras de lo importante, lo prioritario: el matrimonio, el marido y los hijos, añade Cano.
Las Feministas Indignadas agregan que este modelo amoroso afecta a la mujer porque está basado el amor como pasión sufriente, que no sólo convierte al amor en el objetivo fundamental de su vida, sino que por sus características incrementa las posibilidades de tolerar la violencia. La violencia machista ocurre principalmente en el entorno sentimental y familiar, ya son ocho las mujeres asesinadas en lo que va del año (hasta el 6 de febrero). Es por ello que afirman que “el amor romántico mata”.
El amor romántico plantea que es posible un ideal imposible, plantea un estado de enamoramiento perpetuo, un deseo sexual inmutable, una felicidad completa. No habla de valores más reales y alcanzables, como el cariño, el compañerismo, la sexualidad placentera, la libertad dentro de la relación.
Cano señala que el amor romántico se divulga hasta la fatiga a través de la música, la literatura, las series de televisión y por toda la cultura en general, una cultura que en este tema ya no es elitista, sino que llega a todas las clases sociales.
“Tras el acceso de la mujer al trabajo, el arquetipo femenino ha cambiado, ya no es una virgen dócil casera, sino es que es ejecutiva, decisiva, activa sexualmente. Pero la meta del amor romántico se mantiene intacta”. Es decir que socialmente la formulación estética cambia, pero el fondo se mantiene, por lo que las reivindicaciones de las mujeres deben comenzar de cero con cada generación, afirma.
Este tipo de amor romántico no sólo se da en parejas heterosexuales, sino también entre gays y lesbianas, porque se trata de estructuras mentales construidas socialmente.
“Consideramos y analizamos el amor romántico, no simplemente como esfera de sentimientos, sino como construcción cultural, parte fundamental del sistema de poder entre géneros, relegando a las mujeres a un rol de subordinación, carencia y necesidad”, señala el colectivo Feministas Indignadas.
Es así que las Feministas Indignadas, en el día de San Valentín, crearon una acción que advierte del “peligro del amor romántico como fórmula social patriarcal mediante la cual las mujeres creemos en la idea de que sólo encontrando nuestra media naranja estaremos completas”.
Invitan a participar en la pegada de adhesivos contra este tipo de amor.
http://feministesindignades.blogspot.com.es/2012/02/el-amor-romantico-mata.html
http://haciaelsurenelatlantico.wordpress.com/2013/02/09/programa-02-los-mitos-del-amor-romantico/