Una vez más, conmemorando este 26 de abril, las mujeres lesbianas salimos a la calle para hacer un ejercicio colectivo de visibilidad y para animar a quienes aún no lo han hecho a vivir una vida plena, libre y honesta para con ellas mismas, su entorno y la sociedad. Porque la vida está fuera del armario.
En este Día de la Visibilidad Lésbica dejamos a un lado nuestros miedos y nos mostramos como lo que somos, mujeres libres y felices, mujeres de pleno derecho.
Y por ello, por quinto año consecutivo, reclamamos nuestro espacio en la sociedad, un espacio negado y silenciado por quienes piensan que la diversidad sexual de las mujeres no cuenta.
Así, hoy nosotras alzamos la voz, porque siendo visibles ganamos todas, ganamos más referentes, más salud, más libertad, más placer, más plenitud.
Siendo visibles podemos exigir a las instituciones un compromiso público y firme de apoyo a la visibilidad lésbica, adoptando las medidas necesarias que nos dejen desarrollarnos plenamente en el entorno familiar, laboral, sanitario, educativo y social, de una manera real. Para que esta lucha por la visibilidad sea una realidad le pedimos a las mujeres lesbianas públicas que se unan a nosotras, que den un paso al frente, que hagan una apuesta por la libertad, la felicidad y la honestidad, una apuesta por su propia vida.
Hoy, por séptimo año consecutivo, exigimos al partido de Gobierno que retire el recurso de inconstitucionalidad sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. No podemos aceptar que siete años más tarde nuestras familias se encuentren en la incertidumbre jurídica. Nuestras familias existen, importan y no son menos que ninguna otra. Hoy y siempre, y con la sociedad de nuestro lado, decimos SÍ al Matrimonio Igualitario!
Y también hoy y cada día, le decimos a los poderes públicos que nuestra salud importa y no nos cansaremos de decirlo, hasta que no haya estudios suficientes que nos formen e informen de nuestras vulnerabilidades, riesgos, y sus consecuencias. Hasta que no nos incluyan en los estudios y tengan en cuenta la diversidad afectivo-sexual en nuestra sociedad, evitando juicios morales y huyendo de estereotipos sociales y culturales.
Exigimos a las instituciones sanitarias protocolos sanitarios, especialmente ginecológicos, sobre la salud sexual de las mujeres lesbianas y las ITS.
Decimos una vez más NO, a la presunción de heterosexualidad, nuestra especificidad tiene que ser tomada en cuenta, porque la atención médica y de salud sin la existencia de discriminación alguna es un derecho. Para ello exigimos formación específica y adecuada del personal sanitario, no sólo en salud sexual, sino de la realidad y diversidad sexual. Exigimos un mayor compromiso y responsabilidad en la promoción y protección de la salud sexual de las mujeres que tenemos sexo con mujeres, y en especial con la prevención de las ITS y el fomento del sexo más seguro, y que la atención de la salud sexual se separe de la de la salud reproductiva.
Además, exigimos a las instituciones que ponga fin a la discriminación en el acceso a los tratamientos de reproducción asistida como en casos como los ocurridos en Asturias, donde se interrumpieron en 2011 los tratamientos que se venían realizando desde el 2006 a las mujeres lesbianas por el hecho de serlo, y que no deben ocurrir en ninguna Comunidad Autónoma. La maternidad de las mujeres, de todas las mujeres, independientemente de la orientación sexual, es un derecho amparado por la ley, y no puede ser socavado por el hecho de no tener pareja o que nuestra pareja no sea un hombre.
Asimismo, alentamos a las mujeres lesbianas a que tomen la palabra y alcen la voz en los espacios públicos y privados, a que ocupen puestos de responsabilidad, a que se hagan cómplices del movimiento asociativo LGBT y del movimiento feminista, a que se conviertan en protagonistas de su propia vida e historia, a que se visibilicen y empoderen. Somos mujeres que decidimos sobre nuestras vidas, nuestros amores, nuestros cuerpos, nuestro deseo y placer. Y así se lo mostramos al mundo.
Somos mujeres, lesbianas, activistas y feministas y como tal, luchamos cada día por conseguir erradicar los machismos y micromachismos existentes en la sociedad de la que formamos parte. Porque no podemos obviar que las mujeres no estamos en igualdad de condiciones respecto a los hombres, porque aún hoy a las mujeres se nos impone como vivir nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, así, exigimos aborto libre y gratuito.
Exigimos, como mujeres, que no se dinamiten leyes que atentan contra nuestra independencia afectiva, económica y familiar como sucede con la supresión de la ley de dependencia, no podemos olvidar que el 84% de las personas cuidadoras de personas dependientes somos mujeres. Seguimos cobrando un 30% menos en puestos de igual responsabilidad, nuestras tasas de paro son mayores, así como la precariedad laboral, la pobreza sigue teniendo nombre de mujer.
No dejaremos de mencionar la lesbofobia en el ámbito laboral, no queremos tener que elegir entre nuestros trabajos o nuestra visibilidad, esta reforma laboral no nos protege, nos deja en una situación absoluta de vulnerabilidad.
No al miedo a perder nuestro empleo por ser lesbianas.
Rechazamos y denunciamos la injerencia de la ideología del odio sembrada por el gobierno y la jerarquía católica hacia nuestras familias, nuestras relaciones, la sexualidad y la diversidad, amparada en una crisis financiera y de valores que no hemos provocado las y los ciudadanos y ciudadanas. Basta ya de la hipocresía más reaccionaria que pretende negarnos y relegarnos a los armarios más oscuros y sórdidos.
Hoy estamos aquí para gritar bien alto: Nuestra dignidad y visibilidad como mujeres y como lesbianas no está en venta. No pagaremos su crisis, ni con nuestros derechos, ni mucho menos con nuestra dignidad, no en nuestro nombre, no con nuestras vidas ni nuestros cuerpos. No a la ideología del odio.
Hoy es nuestro día, y una vez más celebramos nuestra lucha diaria por la visibilidad de nuestra realidad. Somos mujeres diversas, mujeres que sabemos que el mejor valor de la sociedad radica en su diversidad, mujeres que sabemos que la democracia sin nosotras, no es democracia. Y así, hoy como cada día damos un portazo a los armarios, por nosotras y nuestra felicidad, por la libertad de las generaciones futuras, por la dignidad de quienes lucharon por la visibilidad, cuando realmente todo, lo tenían en contra.
Porque la vida, nuestra vida, está fuera del armario. Porque no estamos solas.
Porque como mujeres lesbianas existimos, trabajamos, amamos, creamos, tenemos hijas e hijos, pagamos nuestros impuestos, votamos, decidimos. Es el momento de romper el silencio de una vez por todas, el momento de vivir una vida plena, el momento de darnos a nosotras mismas el derecho a la felicidad. Sólo con IGUALDAD y VISIBILIDAD otra política, realidad y sociedad son posibles. Por una sociedad en la que todas y todos somos diferentes e iguales en derechos.
No es sólo nuestra lucha, es la de todas las mujeres, es la de toda una sociedad que cree en la igualdad, en la libertad de todas y todos.
¡Porque todos los días sean VisibLES! nuestra visibilidad es la base de nuestra felicidad, de nuestro ORGULLO, el orgullo de ser lesbianas.
Lesbianes a Catalunya (LesCat)
Paula Alcaide, coordinadora