Hoy me he despertado con una desazón en el cuerpo poco habitual. No quiero ver que pasa en el mundo, y tampoco lo que pasa aquí, en casa. Aun así, me voy enterando de muchas cosas: la gente que creíamos sin conciencia, está despertando: médicos que promueven huelgas y que movilizan a equipos completos del ámbito de la salud para operar gratis, pero los hospitales se niegan a ceder una infraestructura que implicaría un costo casi cero para la administración. Jaume Torras, médico cirujano catalán dice que quieren operar gratis porque las listas de espera son infinitas, aunque las autoridades dicen que los recortes no las han afectado. Curioso. Esto pasa cuando políticos sin escrúpulos toman decisiones que requieren cierta “humanidad”.
Me pregunto por qué este tipo de iniciativas ciudadanas no cuentan a la hora de observar a España “rozando la zona de rescate”. El sistema está mal montado, y quienes lo han promovido, mantenido y engordado, no quieren asumir que la ciudadanía, cuando no sea oída ni en las urnas ni en las calles (como señalara Cospedal hace un par de días, así, con toda la tranquilidad del mundo), se caerá primero en la pena, en la rabia, y luego en la ira: se está promoviendo el poner en cada persona, una bomba de tiempo activada como con un potro medieval, que nos intenta desmembrar como masa, como movimiento y como sociedad, y que nos tensará como personas hasta o acabar con nuestras ganas de luchar por nuestros derechos o en una rebelión.
Yo no puedo votar. Mi carácter de migrante no me lo permite ni aquí, ni en mi moderno país de origen, donde hoy gobierna la derecha y un Berlusconi aun más bananero que el original (si cabe), que ha hipotecado en 2 años las aguas, los mares, los cielos y las tierras (con sus escuelas, hospitales, vías de transporte, etc.) a favor de los más ricos de dentro y de fuera del país. Este lunes, si los vaticinios de las encuestas se cumplen, aquí también nos gobernará la derecha con un programa que tiene la intención de generar la marca “España” al servicio de los exportadores e inversores, para dar la imagen de un país de excelencia en todos los ámbitos. Es decir: cargarse a la pequeña y mediana empresa e hipotecar los recursos de la península. También quieren “facilitar” la gestión activa del patrimonio “dañado” de las entidades financieras. Es decir: se seguirá cubriendo la espantosa gestión de bancos y cajas sin tomar en cuenta a las personas que realmente necesitan que les “rescaten”. Hablan de facilitar la liquidación de las deudas hipotecarias, tras la ejecución del patrimonio embargable, después de haber sido esta derecha, el jabón de la burbuja inmobiliaria. Hablan de empleo “seguro” y “flexible”, lo que es totalmente contradictorio, diciendo que dotarán de mecanismos de seguridad a los trabajadores (las trabajadoras quedamos fuera en todo su discurso) para que afronten con “confianza” los retos de la economía internacional.
Entonces y al parecer, si gana el PP el panadero de mi barrio estará preparado para las debacles económicas internacionales, vaivenes de las bolsas e inyecciones de capital extranjero en la economía nacional, donde mi casero, con su nueva preparación, podrá tomar decisiones relevantes.
Quieren favorecer la movilidad y la formación continua para LOS trabajadores: ¡Adiós, adiós, hombres de seño duro!: os vais fuera de casa, que si no, se os acaba el chollo del paro. Pero una de las mejores propuestas a nivel de trabajo es esta: “Promoveremos mecanismos efectivos de flexibilidad interna en las condiciones de trabajo en las empresas que mejoren su adaptación a los cambios en los mercados y promuevan el mantenimiento del empleo”: dejadme ver: te contratan con un contrato basura, por un sueldo X, unas horas X, y si la empresa decide que no tiene suficientes utilidades, tienes 3 opciones: o aceptas trabajar más por menos, o menos por menos o pueden despedirte sin costo y con esto de la movilidad, te puedes ir haciendo las maletas a Melilla o a la Isla Perejil, que tanto le gusta de lugar de ocio a las tropas y al “Honoris Causa” Aznar.
Si la gente vota a esto, me da por pensar que la alimentación en España es deficiente y el azúcar no circula por los cerebros de la gente, que POR SUPUESTO habrán leído en este programa que “el fomento del espíritu emprendedor exige eliminar el exceso de licencias, regulaciones y controles a priori que lastran gravemente la competitividad y la creación de empleo”. Empleos cada vez más miserables, bajada de impuestos a quienes más poseen e impactos socioambientales ya están aquí, señoras y señores, y vais provocar la eutanasia del Estado de Bienestar a través de vuestro voto o de vuestro no-voto: Por 4 años de PP, os auguro decenios de tragedias, malvivir, pataletas en casa (que en la calle estarán prohibidas y reprimidas por esos agentes del orden que con tanto cariño nos tratan a las personas), dobles y triples jornadas laborales, aumento en las diferencias entre ricos y pobres, jubilaciones precarias a edades avanzadas… ¿seguimos?
Después de esta CRISIS, la educación, la salud, el empleo y la vivienda jamás volverán a ser lo mismo, pero desde este lunes, comenzarán a ser irreconocibles y un sueño irrealizable para vuestras descendencias, y os preguntareis dónde están esas personas que algún día se dedicaron al arte, a la cultura, a la educación y a la salud, como este Torras que me cae bien sólo por levantar la voz y ofrecerse de carnaza al Govern de la Generalitat. Esas personas estarán invisibilizadas, estigmatizadas por su hipismo rotundo, antisistema, por ser males de cabeza que terminarán migrando, como yo, para ir a otras sociedades, donde la derecha descarada y descarnada aun no gobierna o ya han perdido el poder. Ya estamos pidiendo visado para Islandia, colegas. Ustedes, que pueden, no se lo sigan pensando.