Alba Salceda. Diario Feminista/La Independent
La violencia contra las mujeres continúa siendo un desafío urgente en nuestra sociedad y a nivel mundial y el acceso a los servicios de atención y protección a víctimas de violencia de género puede suponer un desafío para las mujeres pertenecientes a poblaciones minoritarias como la romaní.
El estudio Weaving Strong Relationships Within Roma Women Associations to Overcome Violence Against Women, publicado en la revista científica ‘International Journal of Roma Studies’, explora el papel clave desempeñado por dos asociaciones de mujeres gitanas (Asociación de Mujeres Drom Kotar Mestipen, de Cataluña; y Sim Romi, del País Vasco) en la prevención y superación de la violencia de género. A través de la metodología comunicativa, esta investigación tiende puentes entre las participantes y el conocimiento científico en un proceso de co-creación para ilustrar cómo, a pesar de las barreras sistémicas, estas dos asociaciones de mujeres gitanas están tejiendo redes sólidas que contribuyen a la superación de esta violencia.
Más del 35% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia sexual en algún momento de sus vidas, ya sea por parte de la pareja o no. Del mismo modo, las mujeres gitanas también están expuestas a esta problemática social.
Diversas investigaciones ya han demostrado que las desigualdades y dificultades a las que se enfrentan las mujeres en una situación de vulnerabilidad a la violencia se incrementan cuando esta se cruza con otros factores de discriminación, como los que a menudo afectan a quienes pertenecen a grupos minoritarios. Entre estos obstáculos que excluyen a las mujeres gitanas de los circuitos oficiales, se han identificado: a) la consideración de la violencia como un problema privado de los gitanos; b) el escaso uso de los servicios de atención primaria; c) la desconfianza de las mujeres hacia los y las profesionales de atención primaria como recursos para buscar ayuda; d) la falta de profesionales de etnia gitana en los servicios de salud; e) la falta de sensibilidad de los y las profesionales de la salud en relación con la población gitana; y f) el hecho de que los protocolos sanitarios de actuación frente a la violencia se centren en la denuncia.
Los resultados de esta investigación, realizada a través de una metodología comunicativa, se dividen en dos categorías. En primer lugar, aquellos resultados que pueden contribuir a prevenir la violencia de género en la comunidad gitana y, en segundo lugar, las aportaciones desarrolladas por las asociaciones gitanas con impacto en la superación de estas violencias.
Las asociaciones identifican la formación en violencia de género como necesidad entre las mujeres gitanas. Teniendo en cuenta que la familia juega un papel muy destacado en la comunidad gitana, es muy positivo impartir esta formación a las mujeres y sus familias, para dotar de más herramientas que les permitan prevenir y detectar situaciones de violencia, más allá de la violencia física, incluyendo también al entorno de las mujeres para reforzar la solidaridad entre ellas y construir una alianza femenina entre las familias. En este sentido, la responsabilidad de las mujeres en la familia es garantizar el bienestar de las parejas, para ayudar a prevenir cualquier comportamiento violento y estar alerta a cualquier señal de la violencia para poder intervenir y ayudar.
Se evidencia la necesidad de mejorar el acceso a circuitos oficiales mediante el acompañamiento a víctimas, ya que existe una gran desconfianza hacia las instituciones por la falta de sensibilidad hacia las diferencias culturales, específicamente a la identidad gitana, la discriminación y el racismo institucional que suelen percibir las mujeres gitanas. Se ha comprobado que el acompañamiento de las víctimas por parte de las asociaciones durante el acceso y el paso por los circuitos oficiales mejora su confianza, ya que las asociaciones de mujeres gitanas suponen un enorme apoyo para las víctimas.
Las mujeres gitanas reivindican la necesidad de que una persona de confianza pueda acompañar a la víctima cuando da el paso de denunciar y acude a los servicios de atención víctimas de violencia de género.
Otro de los aspectos importantes en el abordaje de la violencia de género, radica en el asesoramiento, por lo que las asociaciones de mujeres ya están brindando asesoría legal a mujeres gitanas. Este consejo a veces viene de la mano de otra mujer gitana que se ha formado como agente de igualdad y que, por tanto, domina los recursos disponibles y sabe responder a las inquietudes de la víctima. A menudo, estas agentes de igualdad ya han establecido un vínculo con las víctimas y entienden su realidad gitana porque ellas también la viven o se han formado para comprender los matices de la comunidad.
Esta investigación ilustra algunas de las claves que están impulsando el éxito de las intervenciones con mujeres gitanas víctimas de violencia y que son muy significativas a la hora de eliminar estas barreras de acceso y erradicar la violencia de género. Se constata, por tanto, la importancia de:
Trabajar e incorporar recursos internos y valores de la identidad gitana (la solidaridad, la organización comunitaria, la mediación familiar o el respeto a los derechos ancianos).
Garantizar el acompañamiento de la víctima en el acceso a circuitos oficiales para evitar la desconfianza y la soledad en un contexto alejado de la realidad gitana.
Asegurar el asesoramiento jurídico para responder a la desinformación y desconfianza hacia los sistemas de protección.
Es responsabilidad de toda la sociedad hacernos eco de estas actuaciones concretas, sencillas y tangibles, que pueden facilitar el acceso a los circuitos de protección para todas las mujeres y facilitar la prevención y los procesos de recuperación de las víctimas.