La secretaria Estado de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, ha comunicado esta semana desde el edificio del tribunal de La Haya que enviará un equipo para reunir pruebas sobre posibles crímenes de guerra ocurridos desde la invasión rusa del 24 de febrero. La Corte Penal Internacional y la fiscalía de Ucrania también han iniciado el proceso de recogida de pruebas y testigos de víctimas y testigos.
Se trata de un comunicación trealizado tras una reunión con el funcionariado de la Corte Internacional Penal (CPI, sus siglas en inglés), en el que Trusha transmitió a los medios de comunicación que el equipo británico se dirigirá a Ucrania el mes de mayo, haciendo especial énfasis en la investigación de la violación como posible crimen de guerra.
Según las declaraciones, el objetivo es reunir pruebas, declaraciones de testigos, pruebas forenses y pruebas de vídeo para detenerlo. La pretensión es poder llevar a las personas que están cometiendo los crímenes ante la justicia, para evitar así que continúen las atrocidades en Ucrania, incluidas aquellas contra las mujeres. De esta manera, también apunta que se quiere enviar el mensaje de que las personas que utilizan la violación como un arma de guerra tendrán que rendir cuentas. Según declaró Truss, se están estudiando todas las posibles formas, incluida la de perseguir el crimen de agresión.
Bretaña da apoyo al enjuiciamiento de las personas líderes rusas por crimenes de guerra y de agresión, en las que la CPI tiene jurisdicción sobre los crímenes de guerra cometidos en suelo ucraniano, incluidas las cometidas por los soldados rusos, pero no puede presentar cargos por agresión ya que Rusia no es miembro.
La ONU, siguiendo con su política, al igual que lo hizo en otras guerras como la de Bosnia, comunica que en estos momentos ha enviado hasta 40 toneladas de suministros de salud reproductiva a Ucrania y 33 equipos de Gestión Clínica de la Violación (CMR) y Profilaxis Post-Exposición (PEP) en 19 hospitales de 10 regiones, ante la situación de crisis por los casos denunciados, que son probablemente la punta de iceberg.
* Publicat en Diario Feminista
