OPINIÓN
Uno de los acontecimientos más sorprendentes que ha serpenteado todo el verano en los escenarios de debate de la política, ya bastante caldeada por la negativa de Mariano Rajoy a que el pueblo de Cataluña pueda llevar a cabo la consulta que lleva tanto tiempo y esfuerzos anhelando, ha sido la confesión de quien presidió el gobierno de ese mismo país durante 23 años, recibiendo por ello el tratamiento de Muy Honorable
Además, Jordi Pujol Soley ha sido tratado de “virrey” gracias a una biografía autorizada que el periodista José Antich publicó en 1994.
la confesión
La confesión del padre de la saga Pujol ha puesto sobre la mesa uno de los fraudes fiscales más acuciantes de los que hemos vivido. Punzante por venir de quien -se supone- debía dar ejemplo ante quienes representa y por quien -supuestamente- se gobierna. La expresión grandilocuente “España nos roba” pronunciada desde el Palau de la Generalitat y dirigida a los gobernantes de turno del estado, resonaba en nuestros oídos como una bofetada al honor de todos los disciplinados contribuyentes que creemos que tenemos que pagar nuestros impuestos para hacer país, un país que queremos y de lo que nos sentimos corresponsables.
El “tufo” de una herencia que no cuela
El dinero no declarado, decía, hacíendo referencia a una herencia que no había tenido tiempo de ejecutar, es decir, tramitar su aceptación y hacerla llegar a sus destinatarios (como una hija del finado que necesitó dinero para el etapa final de su vida). Pero esto no se lo cree nadie. Como también cuesta creer que no tuviera conocimiento de cómo se administraban los bienes y patrimonio de su familia con siete hijos a no ser que, en un acto premeditado, haya optado por ofrecerse é, de chivo expiatorio, para proteger a su descendencia. Él, por ser quien es y por razones de edad, no es probable que tenga que ir a la cárcel.
Hijos que no se quieren hacer grandes
Si un hijo es, como tiene que ser, no debería permitir que su padre asumiera responsabilidades contraídas por uno mismo, a no ser que-como hijos de Papa- hubieran apostado -a conciencia- de vivir a sus espaldas, enriqueciéndose con dinero fácil, simplemente por ser quien es su padre y tener el lugar de responsabilidad que ostenta en el gobierno.. En este caso, además de aprovecharse del tráfico de influencias, prevaricar y de otros delitos, en lo que se convierten es, en unos vividores y unos verdaderos malos hijos.
Habla el ex fiscal del caso Banca Catalana
A la luz han salido asuntos oscuros de la quiebra de Banca Catalana. Según ha explicado el antiguo Fiscal Carlos Jiménez Villarejo, ya en el año 1986 la Audiencia de Barcelona rechazó el proceso por entender que no había suficientes indicios racionales de criminalidad en la actuación de Pujol. Una percepción que se extendería hasta 1990, cuando la misma Audiencia decretó el sobreseimiento definitivo de la causa. Jiménez Villarejo ha explicado que el Tribunal se equivocó al no dar la razón a los fiscales y piensa que “había una cierta connivencia para evitar que fuera procesado”, y ahora lo estamos pagando muy caro, afirma.
Tergiversar el sentido de la ética
Pero quizás es aún más grave lo que ha hecho a través de la “Fundación Jordi Pujol, especializada en ética política, pues ha destruido el legado cultural de la resistencia antifranquista catalana del PSUC, el principal y, a veces, casi el único partido que resistió de verdad no pocas veces. Personas como Manuel Sacristan, Josep Fontana, Feliu Formosa o Francisco Vicente, con una enorme solvencia intelectual, siempre han arrastrado sinsabores y penurias infinitamente superiores a los dos años de prisión del banquero.
Proscritos y no restituidos
Con motivo de la presentación de las Memorias de Raimon Galí, el diario “El País” reproducía y recogía el 6 de octubre de 2004 lo siguiente: “Las universidades catalanas fueron gobernadas por profesores marxistas de valía, como Manuel Sacristan y Pierre Vilar, que durante muchas generaciones permitieron triturar nuestra memoria histórica e impidieron a la juventud catalana, ver y juzgar rectamente su pasado “. Pero, en una carta publicada en el mismo diario el 16 de octubre, el admirado Paco Fernández Buey, ya fallecido, escribió una Carta al Director titulada “respecto a las personas y a las palabras”. Entre otras cosas se decía: “la juventud catalana de hoy debe saber, en primer lugar, que Manuel Sacristán y Pierre Vilar no “gobernaron” nunca las universidades catalanas, al contrario, fueron censurados y perseguidos por quienes – en aquel tiempo-gobernaban. En segundo lugar, aquellos marxistas no trituraron la historia ni impidieron juzgar rectamente nuestro pasado, al contrario: la juventud de entonces aprendimos la historia de Cataluña leyendo a escondidas (y contra los que mandaban verdaderamente) las obras de Pierre Vilar; y aprendimos a juzgar rectamente escuchando y leyendo a Manuel Sacristán. También escuchando Raimon, que nos acercaba a poetas como Ausiàs March o Salvador Espriu, quien nos invitaba a decir un NO lindo, de rebeldía, de no querer pertenecer a un mundo que nos ahogaba …
Las mujeres silenciadas, algunos nombres
No puedo pasar por alto la aportación que hizo Maria Aurèlia Capmany sobre el papel de la mujer en Cataluña, ni la enorme huella que dejó en muchas de nosotros la intrépida escritora Montserrat Roig, con retratos de historia y personajes imborrables; tampoco a Teresa Pàmies que nos explicó el papel en la sombra que jugaron las mujeres en la clandestinidad de la lucha antifranquista, ni la añorada Maria-Mercè Marçal y su compromiso a favor de la lengua y el movimiento feminista, y la que recientemente nos ha dejado, Montserrat Abelló que -de su pluma- hemos vivido feminismo y poesía cogidas de la mano …
Rearmarse culturalmente frente otro desencanto
Me preocupa, como no, el desencanto que planea sobre tanta gente, otro desencanto acumulado en nuestras vidas. Por eso recupero de nuestra historia todo lo que -pese haberlo querido situar en el baúl del olvido, siempre ha motivado a la gente a salir adelante. En este sentido me viene a la memoria, aquel Inicio de cántico en el Templo, de Salvador Espriu, porque con nueva hoz seguemos las malas hierbas que encontremos en el camino, para cantar a los jóvenes labios eclosionados tras la oscuridad: “Hemos vivido por salvaros las palabras, para devolveros el nombre de cada cosa, para que siguierais el recto camino de acceso al pleno dominio de la tierra. Cisternas secas se convierten en cumbres subidas por escalones de lentas horas. Ahora decid: nosotros escuchamos las voces del viento por la alta mar de espigas. Ahora decid: nos mantendremos fieles para siempre al servicio de este pueblo “.
* He tenido en cuenta información publicada en una editorial de Sin Permiso.