Estudio realizado por la investigadora Nora Ligia Rugama González, el trabajo advierte que la crisis sociosanitaria ha exacerbado desigualdades existentes.
La asociación de mujeres profesionales de los medios de comunicación (AMECO) ha presentado un informe en el que analiza el impacto y repercusión de la pandemia de la Covid 19 en la labor cotidiana de las periodistas en España. El trabajo, realizado por la investigadora Nora Ligia Rugama González, muestra cómo las medidas de confinamiento y distanciamiento social impuestas por la crisis sanitaria han modificado las rutinas periodísticas en todos los medios, con serias consecuencias para la vida de estas profesionales.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), en sus orientaciones sobre COVID 19, al respecto de la información indica que es importante que llegue a todas las personas y por lo tanto que las y los “periodistas y los medios de comunicación deberían poder informar sobre la pandemia, incluida la cobertura que sea crítica de las respuestas del gobierno, sin miedo ni censura. Deben realizarse esfuerzos concertados a nivel internacional y nacional para contrarrestar la información falsa o engañosa que alimenta el miedo y los prejuicios”.
En contraste, un Informe de la Unesco sobre Periodismo, libertad de prensa y COVID-19 (2020) resalta que ciertas prohibiciones tomadas por la pandemia restringen el derecho de acceso a la información y la facultad de los medios de comunicación para combatir las mentiras. Particularmente la libertad de prensa y expresión se han visto restringidas con la intención de contrarrestar las falsedades, pero esto podría tener como efecto la criminalización de las y los periodistas; otro elemento de la libertad de prensa que se ha visto coartado ha sido por la suspensión en algunos casos del derecho público a solicitar información. Además, la libertad de prensa se enfrenta a la crisis económica que está generando el cierre de muchas organizaciones de medios, se habla de una recesión comparada con la de los años 30, según el fondo monetario internacional y de altas tasas de pérdidas de empleo en contraste con el aumento de la audiencia, y la baja de ingresos publicitarios que suman un 70 por ciento, según el Foro Mundial sobre el Desarrollo de Medios. “¿Quién sobrevivirá? ¿Cuáles son los riesgos? La menor sobrevivencia la tendrán los medios locales y/o comunitarios que cuentan con menos recursos en comparación con las organizaciones mediáticas, mientras que el grave riesgo que está en que la desinfodemia llene el vacío de la ausencia de medios”.
Viejas desigualdades que se exacerban
Si bien es cierto, la pandemia tiene efectos generalizados que evidencian las graves consecuencias de esta a nivel mundial, las viejas desigualdades se exacerban y en el caso de las mujeres periodistas, que es el foco de atención informe, la situación es más compleja.
El periodismo fue calificado como una actividad esencial en todo el mundo y las y los periodistas están consideradas como “trabajadores esenciales”. Esta identificación del periodismo como un servicio público es muy importante de cara al futuro y la relevancia que tendrán los medios de comunicación en un mundo urgido de contar con información científica y verdadera.
Siendo entonces el periodismo una actividad esencial durante la pandemia y a pesar de la paralización de la actividad laboral generalizada en España que supuso la crisis sanitaria, hay una realidad que al día de hoy tendrá serias consecuencias, porque este tiempo originó un amplio aumento del consumo periodístico. Particularmente en televisión supuso un récord histórico para los meses de marzo y de abril del año 2020 porque significó un aumento del 37 y 40 por ciento respectivamente. Sin embargo, este aumento del consumo del periodismo fue una realidad a pesar de que los datos indican que, en plena pandemia aumentó el paro de las y los periodistas, creció un 25 por ciento en 2020 con respecto al mismo mes de 2019 (Asociación de la Prensa de Madrid, 2021). Particularmente se observa que el desempleo de las periodistas se mantiene por encima del 60 por ciento con proyecciones cercanas al 65 por ciento. (Cano y Ruiz 2021).
Asunción Bernárdez señala que los estudios sobre mujeres, medios y Covid giran en torno al tema de la conciliación, se repiten los mismos principios y análisis por los que se ve a las mujeres en los medios, con los mismos sesgos de clase, género y raza que se dan cuando se trabajan estos problemas, y apunta que hay una tendencia a ver los problemas de manera muy local.
La catedrática, que intervino en el Congreso Internacional Retos de la era COVID desde una perspectiva feminista, organizado por el Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM, cuestiona por qué las mujeres en el ámbito periodístico tienen que soportar largas jornadas de trabajo y considera que, en el fondo, igual que antes de la llegada de la pandemia, están la precarización del trabajo y la segregación horizontal y vertical.
Conclusiones
El informe de AMECO incorpora algunas conclusiones y recomendaciones. Durante la pandemia, las periodistas han trabajado en un contexto financiero, físico y psicológico desgastante, concluye el informe: es un período que se caracteriza por el desgaste, a lo cual se agrega un entorno social complaciente con la “desinfodemia”.
Encontrar formas de acercar a la sociedad esta realidad con perspectiva de género ha sido uno de los retos que han tenido que enfrentar los medios y, en concreto las periodistas. Es fundamental atender a las necesidades en la salud mental, física y el establecimiento de medidas para afrontar el paro, el acoso y las dificultades en la conciliación para evitar que se agraven los impactos perjudiciales de la COVID-19 en el periodismo.
En ese sentido, el informe advierte que las consecuencias de la pandemia en las mujeres periodistas “convoca a todos los sectores sociales” a que asuman un “compromiso sostenible” para trabajar por la promoción de relaciones de respeto, equidad, participación, es decir “mantener sostenible un ritmo de coordinación y articulación de esfuerzos, de saberes, de todas y todos, de tal forma que en la sistematicidad estratégica del trabajo se mantenga en una dinámica que garantiza procesos de formación, multiplicación, divulgación, actuación”.
El estudio recomienda abordar la situación de las mujeres periodistas en futuros análisis a partir del fortalecimiento de los compromisos y pactos internacionales suscritos por el estado, porque en la medida en que estos compromisos se cumplan se estará contribuyendo a la disminución de las brechas de género. Esto implica la obligatoriedad de procurar estudios específicos sobre la situación de las periodistas en España que analicen los factores protectores y factores de riesgo a los que se enfrentan, vistos con perspectiva de género.
Otro reto que enfrentan las mujeres periodistas es el tejer estrategias de afrontamiento al discurso patriarcal presente que apela constantemente a una naturaleza dicotómica de los sexos propia de los mandatos sexistas del patriarcado, porque es una realidad que se presenta y se necesita analizar por su repercusión en las propuestas de medidas de conciliación de la vida laboral y personal.
Es importante en este sentido priorizar las medidas, teniendo en cuenta el contexto y el grupo de población, es decir, compartir y planificar las acciones a realizar, uniendo esfuerzos para aportar ejecución de propuestas que garantizan la salud mental, la conciliación laboral y personal, y la prevención de la violencia en todas sus formas. Con este objetivo y para profundizar las características de las circunstancias es importante generar datos con perspectiva de género, que apunten a un análisis más amplio de las circunstancias que atraviesan las mujeres periodistas a raíz de la Covid 19.
La pandemia evidencia la brecha de género y con ello los retos de las empresas de comunicación necesarias para implementar la fiscalización laboral para que las mujeres puedan continuar trabajando en un contexto de crisis y que no sigan obstaculizando los avances hacia la igualdad de género ni deterioren la autonomía de las mujeres.