Las mujeres víctimas de mutilación genital y de trata y tráfico de personas son merecedoras de obtener el estatus de refugiadas amparadas en el estatuto de la Convención para los Refugiados de 1951. Así lo ha manifestado Carlos Boggio, ex representante en España de la ACNUR y actual miembro del Institut de Drets Humans de Catalunya
Boggio fue uno de los invitados a la ceremonia que conmemoró, el pasado 20 de junio, el Día Mundial de las Personas Refugiadas. En esta reunión compartió mesa de honor con Raquel Ayora, de Médicos sin Fronteras; con el Director General para la Inmigración de la Generalitat de Catalunya, Xavier Bosch i Garcia, y con Inmaculada Moraleda, regidora responsable del Área de Bienestar i Cohesión Territorial del Ayuntamiento de Barcelona.
En declaraciones a La Independent Carlos Boggio señaló que las mujeres – tanto niñas como adultas – conforman el 56% de los más de 36 millones de personas refugiadas y desplazadas que existen en el mundo, según la estadística del ACNUR, siendo así el grupo humano más vulnerable.
“Los defensores del derecho humanitario internacional deben tener presente esta situación y prestar un soporte y una atención especial a las mujeres, toda vez que existen los instrumentos legales para hacerlo ”, señala Boggio.
El tercer mundo más solidario con las personas refugiadas
Un dato que llama la atención, y que fue dado a conocer en esta reunión, es el referido a los países que abren sus puertas a las personas refugiadas. Según informes de la ACNUR, el 84% de las personas refugiadas en el mundo han sido acogidas en países del África, Asia y Latinoamérica. Es decir, que las naciones en vías de desarrollo son más sensibles a esta problemática antes que los países desarrollados.
En el caso de España, el 95% de las solicitudes de asilo son rechazadas y el país ocupa el puesto 89 en el ranking de naciones a las que se solicita refugio.
“Las políticas agresivas de puertas cerradas que aplican varios países de la Unión Europea, sobre todo en el contexto actual de los conflictos en el norte de áfrica, hacen que las personas refugiadas caigan en un limbo”, dijo a su turno Raquel Ayora. “El cierre de fronteras hace impacto en las organizaciones que trabajamos en este campo, y debemos buscar formas distintas de ayudar a los refugiados”, añade la representante de Médicos sin Fronteras.
En ese sentido, Xavier Bosch i Garcia, manifestó que desde la Generalitat existe el deseo de impulsar la realización de un plan de ayuda a los refugiados, aspiración que reforzaría incluso el apoyo que se brinda a las 1,600 personas refugiadas que viven en Cataluña.
