Loretta Napoleoni es una economista y politóloga italiana, autora de bestsellers como “Economia Canalla” y el reciente “El Fénix islamico. El Estado Islámico y el rediseño del Oriente Próximo”, ediciones Paidós, un libro inicialmente rechazado por una editorial de New York, y traducido después en 20 idiomas.
El dia 9 de octubre dió una conferencia en el CC del Born en Barcelona, tratando el tema “Europa frente al desafío terrorista”.
En la conferencia, Loretta Napoleoni recordó cómo, a diferencia de Al Qaeda y otros movimientos terroristas, el EI se plantea construir un estado que va de Siria e Iraq hasta Israel, tomando el control de sus recursos (petróleo y agua) y, buscando el reconocimiento de toda la Umma, la comunidad islámica.
Combina una política de terror hacia el enemigo Occidente, difundiendo videos de alta calidad donde se muestran ejecucions masivas, con la seducción de jóvenes de todo el mundo, sobre todo en la red, para que se trasladen en el EI como combatientes. A ellos ofrecen casa, un sueldo mensual y el acceso a un mercado de esclavas, entre las millares de mujeres yazidíes (una minoría étnica kurda) capturadas en el norte de Iraq en 2014. Las jóvenes cuestan 180 o 350 euro según sus atractivos físicos, y son sujetas a todo tipo de vejaciones.
La esclavitud, según los integrantes del EI que escriben en la publicación digital Dabiq, es permitida por el Corán tratándose de “infieles idolatras”. (Un libro recién editado por Fayard en Francia, “Esclave de Daesh”, recoge el testimonio de Janan, una yazidi de 18 años, que cuenta cómo funciona el mercado de esclavas).
Reclutas en Europa
Actualmente en el Estado Islamico según la ONU hay casi 30.000 foreign fighters, jóvenes extranjeros reclutados en 100 diferentes países del mundo, que se han asomado a los 40.000 combatientes locales presentes en el país, y las cifras van creciendo. Entre ellos hay más de 5.000 europeos.
En su mayoría se trata de jóvenes nacidos en Occidente pero con padres de diferente nacionalidad, que viven problemas de identidad. Sin embargo, para consolidar el Estado, además de varones inquietos, dispuestos a morir como héroes, se necesitan muchas esposas que procreen y estabilicen la población. Por eso se aceptan también familias enteras, como las 14 familias españolas emigradas al EI (entre los 115 hijaidistas ibéricos), que han recibido cada una por los 4 miembros familiares una prima de 20.000 dólares.
Mujeres seducidas
En cambio, la dote por cada mujer que se casa en el EI, va de 1.200 a 1.400 dólares. ¿Cómo atraer las chicas? De acuerdo a lo explicado, en la red hay reclutadoras musulmanas, expertas en psicología femenina, que establecen un diálogo con jóvenes que manifiestan por uno u otro motivo su inconformidad con la sociedad en la que viven, o con su propio destino.
¿Critica social? ¿Temor a quedarse sin marido o poder formar una familia? ¿Se sienten rodeadas de hombres poco interesantes, cobardes o aburridos? ¿Falta sentido en sus vidas? Todo puede servir para tratar de integrarla en el Estado “que deberá dominar el mundo”.
El caso de Maria Giulia
En Italia ha dado mucho que hablar el caso de una chica de 28 años, Maria Giulia Sergio, originaria de la provincia de Nápoles, pero asentada desde tiempo con su familia en el hinterland de Milán, donde en los últimos años estudiaba biotecnología en la Universidad Estatal.
Desde su conversión al Islam, Giulia comenzó a usar el hijab, el velo, afirmando en televisión que debería ser usado por las mujeres, para no excitar los hombres, hasta llegar a cubrirse totalmente con el nikab, dejando solo los ojos a la vista. Se cambió el nombre en Fátima, se casó primero con un tunecino, (que considera poco radical), y después con un albanés más decidido con quién se trasladó en septiembre del 2014 al EI en Siria, desapareciendo del mapa.
Pero quiso la familia con ella. Dale y dale, martilló a su padre con llamadas (interceptadas por la policía) donde le decía: “Aquí (o sea en el EI) manda el hombre, entonces toma mi mamá por los pelos, si es necesario, y llegad a Siria pasando por Turquía, con maletas ligeras para no llamar la atención. Ah, y antes saca los 25.000 euros de liquidación que te debe tu empresa, ¿¿ok??”.
No podemos saber cuál fue el proceso mental que llevó sus padres a convertirse, sino que la idea de la “paridad de la mujer”, supuestamente difundida y arraigada en la opinión pública italiana desde décadas, se esfumó en su cabeza como nieve al sol. Su padre se hizo crecer la barba, su madre y su hermana se pusieron el velo, compraron las maletas ligeras, pero ya con estas maletas en la mano, fueron detenidos por la policia italiana, acusados de favorecer el terrorismo.
En la cárcel, la hermana, el padre y la madre fueron aislados unos de otro. El padre no quería ir a pasear en la hora de recreo. La mamá se quejaba de este tratamiento que le parecía inhumano.
Maria Giulia Sergi en un canal de tv italiano.
Madres de una nación
Recientemente, ha habido un contacto telefónico entre Giulia-Fatima, y una periodista del “Corriere della sera”, Marta Serafini.
¿Dónde están vuestros derechos humanos?” Espeta la joven neo ciudadana del EI. “Mis padres no han hecho nada, y están en la cárcel”. La periodista responde: ¿De qué derechos humanos puede hablar el EI, que esclaviza mujeres, deguellas cristianos y minorías étnicas?
“Estas son críticas falsas, el EI honra las mujeres. Nosotras somos las madres, las fundadoras de una nación.”. Esta es una clave importante para entender cómo ella y otras chicas europeas hayan podido dar un vuelco tran dramático a sus vidas. Renuncian a una “paridad” con el hombre a veces más téorica que práctica en Occidente, a cambio de ser reconocidas como “heroinas fundadoras de imperios”.
Que sea como esposa, o como viuda de un héroe, da casi igual. Del resto cualquier grupo humano que ha querido definirse una nación ha tenido que construir una “narrativa”, buscando origenes divinas o semidivinas, o exaltando el papel de sus primeros habitantes. (Véase como ejemplo la epopeya de los pioneros y pioneras del Far West, que perdura en Estados Unidos también en la pasión desmedida hacia las armas).
“¿Pero la sharia y los degollamentos?” Insiste la periodista. “Nosotros somos el estado perfecto: si un ladrón roba, mejor cortarle la mano, así no sigue robando. Y “nosotros” degollamos los espías, los traídores, los que nos pueden hacer daño”. Normal, nomás. El lavado del cerebro está completo.
Después de unos meses de cárcel, los padres y hermana de Giulia-Fatima son liberados. La mamá muere al día siguiente.
Estudio sobre motivaciones
¿Hay otras motivaciones que guían las centenares de mujeres europeas que se trasladan al EI? Al parecer, sí. Tres investigadoras inglesas, Carolyn Hoyle, Alexandra Bradford y Ross Frenett han presentado recientemente un estudio al Instituto para el Diálogo Estratégico de Londres, analizando las motivaciones que han llevado 550 mujeres del Reino Unido, Holanda, Francia, Austria al EI, y superan su esfera personal.
La mayoría de ellas quiere “rebelarse a la opresión que viven las poblaciones musulmanas desde Bosnia hasta Birmania y Mali, bajo los ataques a la Umma desde Occidente”, y quieren crear una sociedad alternativa.
Conferencia de Napoleoni
Regresando a la conferencia de Napoleoni, allí se habló de que estamos observando y favoreciendo una “tercera guerra mundial”, constituida por una nebulosa de conflictos, cuyo hilo rojo es el fundamentalismo. En muchos países se ha hundido el Estado, por intervención occidental, como en Siria, Libia, Iraq, donde ahora hay luchas entre caudillos, terroristas y mercenarios, para conquistar poblaciones y recursos.
Se trata de guerras premodernas, sin Estados que las declaren, o campos de batalla, pero con armas modernísimas, vendidas hipócritamente por las potencias occidentales a los diferentes contricantes, mientras afirman combatir el terrorismo.
El proceso de islamización de estos países en conflicto ha avanzado en paralelo al empobreciemiento de la población, por la globalización y/o el cambio climático. La globalización ha favorecido países como China o Brasil, y empobrecido Oriente Próximo y Africa.
En ciertas regiones africanas la crisis alimentaria, causada por el cambio climático o por la carrera de países ricos para apoderarse de las tierras fértiles del continente (land grabbing), ha agudizado los conflictos religiosos y étnicos en el continente. Y ha empeorado enormemente la condición de la mujer.
En Iraq, el país que tenia la escolaridad más alta del mundo árabe, las mujeres ahora no tienen derecho a trabajar, para que puedan hacerlo los padres de familia. También la oleada de prófugos, hombres y mujeres, que huyen de guerras y hambre hasta la “fortaleza Europa” es una faceta más del desorden y la desigualdad imperante en la economía. Todo en un planeta que quiere decirse civilizado.