Tras meses y meses de ardua lucha con la Federación de Tenis, las jugadoras profesionales han podido llegar a un acuerdo gracias en parte al Consejo Superior de Deportes.
Parece ser que este órgano deportivo está más que acostumbrado a intermediar entre las federaciones y sus deportistas o miembros… Una lástima que tengamos que llegar a ellos para solucionar problemas que, en teoría, benefician al deporte.
El caso es que por fin, las jugadoras, que se merecen todo el respeto del mundo, respeto que ya consiguieron sus colegas masculinos hace mucho tiempo, han ganado algunos derechos, como por ejemplo, la creación de un consejo presidido por el presidente de la Federación de Tenis, José Luis Escañuela, y el Consejo de Deportes, que incluirá a representantes de las jugadoras y las entrenadoras.
Las seis cabezas visibles de éste deporte femenino, María José Martínez, Carla Suárez, Anabel Medina, Lourdes Domínguez, Arantxa Parra y Núria Llagostera, se plantaron el 16 de septiembre de este año cuando se dio a conocer la convocatoria de competición de la Copa Federación debido al trato que la Federación estaba teniendo hasta entonces, no sólo con ellas, sino en general, con el tenis femenino. Las quejas no solo se centraban en la poca financiación que recibían, sino también en el aspecto médico, que les dejaba a expensas de las necesidades de los chicos. A todo ello se unía el hecho de que la misma Federación no les apoyaba ni realizaban todos los acuerdos pactados previamente.
Muchas voces se mostraron contrarias a las jugadoras achacándoles los pocos éxitos profesionales que habían acumulado hasta la fecha, sobre todo, comparándolos con Rafa Nadal e incluso con Arantxa Sánchez Vicario o Conchita Martínez. Y por supuesto, no queremos desmerecer a nadie, pero de Rafas Nadales, Arantxas y Conchitas en esta vida se consiguen pocos y pocas y no se puede esperar que cada generación tenga a su crack mundial en nómina y desde luego mucho menos en el tenis femenino.
Y esto sucede porque principalmente no se cuida el deporte base. Los entrenadores no potencian a las niñas igual que a los niños, los torneos que ellas disputan distan mucho de tener algo de seriedad, sin embargo, ellos están colmados de toda la atención disponible. Así que, con esta base, cuando una joven tiene que empezar a plantearse su futuro no duda ni un solo segundo, opta por seguir una carrera profesional alejada del tenis ya que hasta entonces, no le han hecho ver su verdadero potencial.
Esperemos que gracias a este “plantón” de las jugadoras profesionales al más alto nivel del Estado español, el futuro del tenis femenino pueda cambiar, aunque sea poco a poco. Y es que se debe confiar en el progreso de las futuras estrellas tenísticas, sean del sexo que sean, y para ello, la Federación de Tenis tiene la obligación de potenciar a las y a los jóvenes que vea con expectativas de futuro, sean del género que sean.