Los CDR (Comités de Defensa de la República) han incorporado el ideario, las consignas feministas y un lenguaje no sexista.
Así, en las primeras manifestaciones por la libertad de los Jordis y de las consejeras y los consejeros sólo era necesario que cuando toda la marcha coreaba “Libertad presos políticos”, una o 2 mujeres gritaran “libertad presas políticas” para que la multitud cambiase rápidamente de registro y hablara en femenino. Es un proceso natural, gracias a las mujeres de los CDR, que la “República catalana” se sustantiva como “República Feminista” o “República catalana feminista”.
Si bien los CDR ya convocaron actos en barrios y pueblos para el 25 de noviembre contra la violencia machista, las convocatorias para dar voz a las mujeres han estallado este 8 de marzo de 2018. Y no han sido sólo los CDR, también han hecho camino en este sentido asociaciones juveniles, de vecindad o culturales de todo el territorio.
Uno de estos actos fue el convocado por el CDR de San Antoni (Barcelona) el martes, al que se sumó el CDR de l’Esquerra de l’Eixample. Al mismo tiempo se celebraba en las Cotxeres de Sants el acto central de la Asamblea de Mujeres del ANC, y tantos otros actos.
El CDR San Antoni inauguró con una mesa redonda feminista una serie de charlas y debates sobre los ejes principales de la nueva republica, que sólo creen posible con participación ciudadana. Así pues esta fue la primera charla de los valores de la Republica de unos ejes no cerrados aún: Feminismo, ciudadanía, política y participación, vivienda, fiscalidad, proceso constituyente, relaciones exteriores, medio ambiente …
El acto se estructuró con intervenciones de las 3 invitadas Tania Verge, Marta Bolinches y Beatriz Cantero, turnos de preguntas a continuación y un debate final.
La profesora de Ciencia Política y directora de la Unidad de Igualdad de la UPF, Tania Verge hizo la primera de las tres intervenciones y comenzó con contundencia: “La Republica no será feminista o no será, no está en discusión sólo se trata de cómo se ‘llena de contenidos “. El feminismo, dijo, viene de la tradición política de la libertad, la igualdad, la fraternidad y la virtud cívica. La libertad no requiere dominación, se trata de la igualdad entre iguales, ya que por ejemplo si hay necesidad económica no hay posibilidad de autodeterminarse, expuso.
Por esta profesora es importante cómo se define la virtud cívica o cómo se trabaja por los valores. Recordó que el Feminismo no es la igualdad entre hombres y mujeres y que en la sociedad occidental hay los mismos derechos pero no la misma libertad debido a la discriminación. La autodeterminación es el derecho y la capacidad real para tomar decisiones sobre la propia vida, y por un país libre pero también independientes del capitalismo y el armamentismo. Así el capitalismo y el patriarcado están muy bien avenidos, y el machismo hace la asignación de roles conformando unos estatus determinados en el mundo laboral, como las tareas de cuidado casi siempre no remuneradas o con salarios bajos en el mundo laboral.
Si bien se obvia la falta paridad, la desigualdad en servicios, los salarios un 25 por ciento más bajos… los feminicidios, es imposible que las mujeres queramos ser igual que los hombres. No en estas categorías ni como modelo de referencia. La injusticia de recursos va ligada con la injusticia de reconocimiento. Las jerarquías del estatus de poder lo impregna todo, es el androcentrismo generalizado. Vivimos en sociedades estructuradas a partir del género, sociedades patriarcales, expuso Tània Verge.
Afirmó que por el contrario la libertad Republicana tiene un buen encaje con el feminismo, y es por eso que propone que hay que tener la justa representatividad en todo el proceso constituyente ya que “es imposible combatir injusticias si no estamos presentes en los espacios de representación. El bien Común, debe poner a las personas en el centro, y todo el mundo tiene la capacidad de autodeterminarse. O bien es que el proceso constituyente podrá ser sólo del 40 por ciento de los hombres ?”, preguntó.
La propuesta de Tània Verge cara al Proceso Constituyente, conocida la experiencia islandesa, si tiene que ver con asambleas ciudadanas, es que no hay que abrir todos los temas al inicio ya que conllevaría un riesgo para las mujeres, que tienen menos recursos e influencias que, por ejemplo, los grupos religiosos. Y por otro lado hay que asentar ciertos temas que ya no estan en discusión como los derechos sexuales y reproductivos.Por otro lado si los debates circulan por redes, hay que tener en cuenta que las mujeres son mucho más agredidas, que estas les sons un espacio hostil y por tanto habría menos participación. Y, finalmente, si el proceso se hace territorialmente, habrá que hacer cuota. Ya que es necesario que haya transversalidad en todas partes. Y puede haber multireferèndums que quizás no incluyan la perspectiva de género.
Por último, pidió la paridad en partidos instituciones y movimiento autónomo entre el 40 al 60 por ciento de feministas. “Si no se hace así faltarán los valores republicanos”, afirmó.
Marta Bolinches, abogada, miembra de IRIDIA, Centro para la Defensa de los Derechos Humanos, que también ha sido técnica del Observatorio para la Igualdad de la UAB, apostó por tener un mismo acceso a los recursos, considerando que el tiempo también es un recurso. Recordó que temas como la igualdad y la justicia social, la discriminación y las violencias (recordó que en los Países Catalanes ha habido 27 feminicidios), hay que resolverlos urgentemente. Y en cuanto a la brecha salarial, señaló que las mujeres en Cataluña cobran 7.000 euros menos al año que los hombres, y esto representa cobrar 1 euro menos de cada de 4.
Para Bolinches es el momento clave para plantearnos un nuevo modelo de vida, hacerlo ahora y replantearlo ahora. Ante la cultura patriarcal hay que hacer valer esta conciencia entre todos y todas pero “hay que cambiar la manera de organizarnos como sociedad y como familias, que es la causa infecta de la desigualdad de género”. Criticó los dos modelos de construcción hombre y mujer y división estructural del trabajo, que marca a las mujeres como responsables domésticas, reproductivas y de cuidado y los hombres como productivos mercantiles y autores de actos públicos. “Una división binaria que conlleva construir una personalidad determinada que permite que el sistema económico se reproduzca: Una mayoría explotada de forma gratuita e invisible y por tanto infravalorada en sueldos y jornada y en doble jornada. Tareas de cuidado que las hacen con mucho menos tiempo o bien contratan a otras mujeres de clase social inferior, que a su vez las deja de asumir en sus familias en otros países de origen o bien las han de traspasar a familiares y amistades “.
Centrándose en la remuneración, Marta Bolinches avisa que la brecha salarial del 26 por ciento difícilmente será reversible ya que la alianza entre el capitalismo y el patriarcado le sale a cuenta al Estado. Es la “calidad de vida” de los 7.000 euros año. Y a la gente mayor que tan a menudo suple las aportaciones de familiares que ahora se encuentran en paro, no se le está dando respuesta a las necesidades de cuidado ya que las rentas bajas no pueden garantizarlas.
Esta abogada puede atestiguar en primera persona los problemas de pobreza de la vejez en el barrio de San Antonio. Ella ha sido vecina y ha sufrido la descentrificació que afecta a tanta gente, a tantas mujeres, las que por la brecha económica mencionada se encuentran en peor situación.
Hacen falta pues cambios estructurales de cómo se organiza la vida, ya que hasta ahora se ha optado por un modelo heterosexual y de familias nucleares de padre y madre, afirmó Bolinches que acabó su intervención con la reflexiòn: “El feminismo es revolucionario porque nos hace replantear la vida”.
Beatriz Cantero, Doctora en Didáctica de las Ciencias Experimentales por la Universidad Autónoma de Barcelona, licenciada en Bioquímica por la Universidad de Concepción, Chile, hizo su intervención mediante el video “La mente en pañales” basado en un experimento donde el hecho de vestir a un bebé rosa o azul demuestra el cambio de trato que le hace todo el mundo, desde ser buena y bonita o serás bailarina, cuando el bebé lleva la ropa rosa a decirle que fuerte eres y serás futbolista cuando lleva la ropa azul. También la manera de cogerlos varía sustancialmente.
Cantero prosiguió su explicación denotando las características que otorgan según sexo, racionalidad y sensibilidad, las diferencias entre sexos género y los derechos educativos, la socialización de género en características y rasgos psicológicos. Se trata de una construcción binaria y no se diferencian las consideraciones identitarias de sexo, orientación y expresión.
Para esta científica, hay una visión más interdisciplinaria, promover el descubrimiento de las mujeres en la ciencia, cambiar las apreciaciones (por ejemplo en Pisa se dice que las niñas siempre les parece, más que los niños, que les ido peor la prueba). Así en las carreras de cuidado el 70 por ciento de estudios de la salud los hacen las mujeres y son el 90 por ciento en educación, y entonces estas carreras pierden valor. Por el contrario las ingenierías las estudian mayoritariamente hombres. Tener cuidado pues de la coeducación y los currículos ocultos será pues imprescindible.
Beatriz Cantero lo ejemplifica con la frase de Rita Levi-Montalcini: “volver a las mujeres el sentido de seres pensantes y responsables de sus actos”.
Apostar por la pedagogía feminista, hacer la ciencia cercana y cotidiana a las mujeres y repensar las ciencias y género es lo que hará cambiar las preguntas de la ciencia. Así un estudio del profesorado de Cataluña se basa en 5 áreas: lenguaje no sexista, gestión del aula no sexista, historia de las ciencias, saberes femeninizantes y valores éticos en el aula. En cuanto a la interseccionalidad hay que trabajar: género, clase, etnia / origen, diversidad funcional, saberes orientación / identidad, religión y educación.
Para terminar su intervención, Cantero quiso manifestar su crítica al hecho de que un 20 por ciento migrantes no pueden votar, no puede ser ciudadanía aquí.
El debate posterior fue muy largo e intenso enmarcado en las palabras de una trans australiana: “el patriarcado no tiene una sede central”.
Se habló de las carreras de ingeniería y la discriminación que se ejerce por parte de algunos maestros desde los institutos, de las diferencias ocultas de la gestión del aula a la discriminación vertical que lleva a paradojas como que de catedráticas de ginecología sólo haya una este año.
Se habló de soluciones mediante acciones positivas como la de pasar por los institutos presentaciones hechas por mujeres, trípticos con más énfasis de la parte social para ingeniería matemática (el resultado ha sido altamente positivo). Por otra parte también hay pocas campañas dirigidas a los hombres para que hagan carreras de cuidado.
También fue motivo de debate si una conciliación familiar legalmente establecida, conllevaría un nuevo modelo social que arrastra a los hombres hacia los cuidados. En Suecia, por ejemplo, hay clases de economía doméstica desde los 10 años, lo que hace que a los 18 la juventud ya sea autónoma y actúe sin tantos roles establecidos. Fue también debatida la posibilidad de contabilizar en la nueva república en el PBI la economía de cuidados, establecer una reciprocidad económica o que el estado cubra con ayudas económicas las tareas de cuidados. Evidentemente, el aumento de salarios equitativamente y la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad.
En el marco del proceso constituyente, se habló del artículo de la Constitución mexicana donde se señala: el derecho al cuidado, los servicios públicos universales de calidad y accesibles, los derechos de la infancia y la vejez, y el derecho al tiempo libre ya un horario laboral facilitador. Todos ellos como derechos sustantivos.
Sobre el papel de los hombres también se habló mucho, sobre su papel el 8 de marzo, si los hombres deberían hacer huelga laboral para hacerse cargo de los cuidados y servicios mínimos ya que la huelga de las mujeres debería hacer hincapié en la huelga de cuidados. Huelga de cuidados, estudiantil, laboral, de consumo, etc. Huelga donde las mujeres son las protagonistas. Huelga que muchas kellys no pueden hacerla, recordaron.
Los hombres deben asumir su responsabilidad, al igual que en el colonialismo (en el contrato de matrimonio dice que las tareas deben ser compartidas). El problema de los hombres es de incompetencia, y por lo tanto se debe hacer el esfuerzo y, si ya se hace, es necesario compartir y convencer a los compañeros.
