Una información reduce la imagen de jugadoras de voleibol a un “culo bien formado”
La concepción del llamado deporte femenino por parte de uno de los diarios de información deportiva más importante de nuestro país, el Marca, es degradante, no sólo para las mujeres deportistas, sino para todas las mujeres. Así lo muestra uno de los contenidos de marca.com, concretamente el blog ‘fuera de juego, Las nalgas de voleibol’, en el que aparece una serie de fotografías de los culos de las jugadoras de voleibol de distintos equipos, como si se tratara de la información más relevante.
La periodista Maria Eugenia Ibáñez, muy reconocida en Cataluña tanto por su labor como por su trayectoria periodística, asegura estar “indignada” con el contenido de esta web del diario Marca y afirma que ha enviado la información al Instituto de la Mujer “por si consideran oportuno tomar alguna medida”.
Precisamente, la directora general de este organismo, Laura Seara, afirmó hace unos meses que “a pesar de los esfuerzos para lograr una mayor atención en los deportes femeninos y en los considerados como minoritarios, todos los propósitos se ven eclipsados, por la estructura de sensibilidad masculina de los medios de comunicación”. “Falta respeto a la hora de transmitir según qué noticias y se prioriza el lado erótico de la mujer deportista antes que su técnica. Se suelen mostrar imágenes morbosas”, criticaba. Viendo la “información” difundida por el diario Marca no le faltaba razón.
Maria Eugenia Ibáñez forma parte de la Associació de Dones Periodistes de Catalunya (ADPC) y colabora con la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (XIDPIC.CAT en Cataluña) y La Independent (agencia catalana de noticias con visión de género). Esta periodista, con 36 años de ejercicio periodístico diario, ha remitido una carta al director del Marca en la que asegura que “en mi doble condición de mujer y de periodista debo decirle que he sentido profunda vergüenza”, al ver el citado artículo.
“¿Ese es su concepto del deporte femenino? ¿Una nalga? ¿Carecen ustedes de un código deontológico que les impida reducir la imagen de una mujer a un culo bien formado? ¿Con qué criterios ejercen ustedes la profesión? ¿Qué problemas inconfesables tienen los responsables de los contenidos de esa web para convertir a la mujer en un simple objeto visual? ¿Cómo consiente usted que se denigre a la mujer de esa manera?”, increpa la profesional al director de la publicación.
Maria Eugenia Ibáñez concluye su carta afirmando: “Estamos en el siglo XXI, hay una ley de igualdad que persigue la violencia machista y ustedes agreden a la mujer a través de tratamientos indignos. Limítense a comportarse como seres racionales, informen sobre la actividad deportiva de la mujer, que no lo hacen, y controlen sus frustraciones de una manera más inteligente”.