viernes 26 abril 2024

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De Mariúpol. Esperando la muertee

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Mariúpulo. Foto Istock

Salgo fuera entre bombardeos. Necesito pasear al perro. Constantemente lloriquea, tiembla y se esconde entre mis piernas.

Quiero dormir todo el tiempo. Mi patio, rodeado de edificios altos, está tranquilo y muerto. Ya no tengo miedo de mirar alrededor.

Enfrente, quema la entrada de la ciento quinta casa, número 105. Las llamas han devorado cinco pisos y mastican lentamente el sexto. En la sala, el fuego arde suavemente, como en una chimenea. Ventanas carbonizadas negras sin cristal. De ellas, como las lenguas, caen cortinas deslumbradas por las llamas. Me lo estoy mirando con calma sintiendome condenada a morir.

Estoy segura de que me moriré en breve. Es cuestión de días.

En esta ciudad, todo el mundo está constantemente esperando la muerte. Sólo desearía que no diera demasiado miedo. Hace tres días vino un amigo de mi sobrino mayor y dijo que había habido un golpe directo en el Parque de Bomberos. Los rescatadores murieron. Una mujer tenía el brazo, la pierna y la cabeza arrancada.

Me gustaría que las partes del cuerpo continuasen en su sitio, incluso después de la explosión de una bomba.

No sé por qué, pero me parece importante. Aunque, en cambio, todavía no serán enterrados durante el
bombardeo. Así nos ha contestado la policía cuando les hemos alcanzado en la calle y hemos preguntado qué hacer con la abuela muerta de nuestra amiga. Nos aconsejaron ponerla en el balcón.

¿Me pregunto cuántos balcones más hay con cadáveres en ellos?

Nuestra casa de la avenida Mir (Paz) es la única que se ha escapado de golpes directos. Casi se ha escapado
dos veces cuando han tocado las conchas, las ventanas han salido volando en algunos apartamentos, pero casi no se ha estropeado, en comparación con otras casas, y parece afortunada.

Todo el patio está cubierto por capas de ceniza, fragmentos de vidrio, plástico y metal.

Estoy intentando no mirar la enorme estructura de hierro que ha aterrizado en el patio infantil. Creo que es un cohete, o quizás una mina. No me importa, sólo es molesto. En la ventana del tercer piso, veo la cara de alguien y me da miedo.

Resulta que tengo miedo a los supervivientes.

Mi perro comienza a aullar y entiendo que ahora volverán a disparar.

Estoy de pie de día en la calle, y a mi alrededor hay un silencio completo como un cementerio. No hay coches, ni voces, ni niños, ni abuelas en los bancos. Incluso el viento ha muerto.

Sin embargo, todavía hay algunas personas aquí. Están cerca del lado de la casa y en el parking, cubierto
con ropa exterior. No quiero mirarlas. Me temo que veré a alguien conocido.

Toda la vida en mi ciudad ha sido desmenuzada en sótanos. Me recuerda a una vela parpadeante en 
nuestro compartimiento del sótano. Es tan fácil apagarla. Cualquier vibración o una suave brisa y la oscuridad llegará.

Estoy intentando llorar, pero no puedo. Me sabe mal por mí, por mi familia, por mi marido, por mis vecinos,
por mis amigos.

Vuelvo al sótano y escucho el vil cascabel de hierro que hay. Han pasado dos semanas y ya no creo que allí
hubiera otra vida aquí.

En Mariupol, la gente sigue sentada en los sótanos. Cada día les cuesta más sobrevivir. No tienen agua, ni
comida, ni luz, ni siquiera pueden salir al exterior por culpa del constante bombardeo.

Los vecinos de Mariupol deben vivir. Ayúdales. Explícalo a todo el mundo. Que todo el mundo sepa que siguen matando civiles.

*Escrito el 22 de marzo de 2022 por una vecina de Mariúpol, Nadiya Sukhorukova, traducido por Laura Olla AZ Palmer, enviado a La Independent a través de una red de mujeres solidarias. Desde Nastya Mallnychenko, que ha publicado el escrito en facebook, la compañera ucraniana Nika que hacía un curso de autodefensa feminista en Ca la Dona y ahora residente en Kyiv, pasando por Muntsa Otero Vidal.

“There is this journalist who survived Mariupol and now writes about her experience there. Her texts will give you nightmares, but people should know and never forget what is happening here. She is a really good writer, it made me think of Alliende’s descriptions of pinochet atoricities. Maybe you know of a place that could publish these stories in spanish or catalan?”.

“Hay una periodista que ha sobrevivido en Mariupol y ahora escribe sobre su experiencia allí. Sus palabras te harán tener pesadillas, pero la gente debe saber y no olvidar nunca lo que ocurre aquí. Es una muy buena escritora, me hizo pensar en las descripciones de Allende sobre las atrocidades de Pinochet ¿Quizás conozca algún sitio donde publican estas historias en castellano o en catalán?”

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Tona Gusi

Tona Gusi

Fundadora i Co-coordinadora de La Independent. També és psicòloga menció en Psicologia d'Intervenció Clínica i menció en Psicologia del Treball i les Organitzacions.
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