sábado 20 abril 2024

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Crear un mundo paralelo: ideas para una revolución energética

El 25 y 26 de octubre se ha realizado en la Pedrera de Barcelona el quinto Foro Euromediterraneo o  Global Eco Forum, que ha reunido a representantes de empresas, ONGs, e instituciones de la cuenca del Mediterraneo, para intercambiar prácticas y estrategias de sostenibilidad.

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En el Forum, además de la realización de un taller específico sobre Green Woman Entrepreneurship, (iniciativas femeninas en empresas verdes), ha habido una presencia activa de mujeres en todos los temas (desde el turismo rural, los y las ecoemprendedoras, les i las joves ecoactivistas. Entre las presencias extranjeras, mencionamos a Anne Beutling, de Global Reporting Iniciative (GRI, Holanda), Asma Masnour, del Tunisian Center for Social Entrepreunership, la inglesa Julie Hill, socia de Green Alliance y autora de los libros “Reinventar la rueda”, y “La vida secreta de las cosas”, Cecilia Nenci, de Sustain Values, etc.  Estaba presente también la directora de Politicas Ambientales del departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, Marta Subirá.

El Mediterraneo es ahora una de las dos fronteras más evidentes entre Norte y Sur, (la otra está entre  Corea del Norte y  Corea del Sur) donde hay una diferencia de casi 15 veces más en la renta per capita entre los Europeos y los Africanos.

Es al revés que en la Edad Media, cuando el mundo arabe prosperaba y Europa estaba inmersa en la pobreza, antes del Renacimiento y la Industrialización.  En las dos orillas del mar (donde se han ahogado millares de africanos que buscaban la prosperidad cruzando la frontera), el año pasado han surgido los movimientos populares de los Indignados y el de la “primavera arabe”, en búsqueda de mejores condiciones de vida, trabajo y participación polìtica. Han caído dictadores pero los sistemas de poder, como en Egipto, se han mantenido, y son noticias de todos los días los combates en Siria y las protestas  populares en el sur de Europa.

“La crisis pone al descubierto muchas contradiciones, sobre todo en los países arabes el tema de los derechos de la mujer, es uno de ellos”, ha afirmado en el Forum  la tunecina Soukeina Bouraui, de CAWTAR  “A pesar de  que las mujeres muchas veces jueguen un papel importantisimo para sacar a su familia de la pobreza, en muchos países se les impide la tenencia de la tierra y el acceso a la financiación, lo que limita sus planes. Hay muchas empresarias en el sector informal, y a ellas se están dirigiendo  programas de formación. Serían necesarios muchos más. En general, las mujeres debemos renegociar derechos adquiridos en los anteriores cumbres de Bejing, El Cairo, la Cumbre del Milenio, desde una perspectiva económica, apostando también al control de los recursos naturales”, agregó.

Por lo que se refiere al tema ambiental,  el libanés Arab Hoballah (director del área de producción y consumo sostenible del UNEP, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) ha recordado en pocos datos lo dramático de la situación del planeta. El 60% de los ecosistemas están dañados, los oceanos ya no tienen la capacidad de neutralizar los venenos que se les vierten, las emisiones derivadas de los combustibles fósiles siguen aumentando, pues los mecanismos de compraventas de derechos de emisión entre quien contamina y quien no, es solo un juego a suma cero, que desincentiva la alternativa energética. Aumentan también los costes de la producción de energía, por la progresiva escasez de combustibles fósiles, mientras se prevé la próxima entrada en la escena mundial, de dos o tres billones de nuevos consumidores, desde los países emergentes.

Es evidente que urge un cambio de modelo energético a nivel mundial, y allí están para todos las energía poderosas y gratuitas del sol, del viento, del mar, además de la biomasa y la geotermía.

Pero los gobiernos del mundo no se ponen de acuerdo sobre el cambio energético, como se ha visto en las últimas Cumbres sobre clima y medio ambiente, en Copenhaguen y Rio, por el simple hecho que los gobiernos son sujetos al poder de facto o “imperio”  de las compañias o lobbies petroleras, nucleares, agroalimentares,  etc. que tienen activos superiores al presupuesto de  muchos países y por lo tanto son los que en realidad toman las decisiones.

Por eso los políticos, por ignorancia o mala fe, repiten que la “producción limpia es un lujo”, basándose solo sobre los costes inmediatos de las energías renovables, sin tomar en cuenta los incentivos que han recibido las compañías petroleras por décadas, ni los enormes costes de las centrales nucleares;  tampoco consideran que almacenar residuos radioactivos (que resisten 100 mil años) significa simplemente postergar los daños dejándolos para las futuras generaciones, y hasta las más modernas centrales de carbón deben resolver el dificil problema de almacenar residuos de óxido de carbono. ¿Qué decir, además, de la prevista acceleración de las catástrofes climáticas? Solo el huracán Sandy hizo 15.000 millones de dolares de daños en la costa Nordest de los Estados Unidos.

Pero no hay tiempo para el pesimismo, han insistido varios ponentes del Forum, al contrario, mucho se está haciendo y más se puede hacer, a nivel de estados, grupos de estados, y grupos de ciudadanos, difundiendo experiencias exitosas en tema de sostenibilidad.

La Cumbre de los Pueblos en Rio, ha demostrado que la sociedad civil ha asumido un papel protagonico para defender el medio ambiente y la salud colectiva. Todas las revoluciones, de hecho, han nacido de la sociedad civil, y ahora es el momento de la revolución energética.

La buena noticia es que  es posible un cambio rápido a la energia sostenible y limpia, como asegura la cooperativa catalana “Som Energia”, pues ya hay las tecnologías adecuadas para agregar energía limpia a la red, y cualquier usuario de la red electrica convencional puede pedir sin coste alguno acceso a la energía renovable.

En algunas regiones de Alemania, Austria, Dinamarca y Portugal se ha ampliamente superado el porcentaje establecido por la UE de alcanzar el 20% de la producción eléctrica en 2020 a través de energias renovables. Finlandia y Suecia han promulgado leyes sobre sostenibilidad, Alemania ha renunciado al nuclear y ha apostado a las energías renovables.

El fisico alemán, Gerhard Knies es entre los fundadores de un gran proyecto de cooperación entre 80 empresas de Europa y Norte de Africa para producir energía eléctrica a través de paneles solares en el desierto, Desertec. Como  ha explicado en el Forum,  se trata de una forma para crear empleo y reducir conflictos debidos a la falta de petróleo.

Sin embargo, hay factores que los megaproyectos energéticos, como Desertec, no toman en suficiente consideración, ha afirmado Hermann Scheer, uno de los promotores de la ley alemana de las energías renovables, en su libro  “La revolucion energ-etica”, publicado por Icaria pocas semanas antes de su muerte, en 2010.  Muchas veces, por ejemplo, las poblaciones se oponen al paso de lineas de alta tensión en su territorio, y esto puede prolongar los tiempos de ejecución y aumentar los costes del proyecto.  La alternativa  existe, segun Scheer,  y puede ser realizada 100% ya, sin aceptar limites o cuotas de la Unión Europeas: es la difusión descentralizada y libre de las energías renovables.  Mejor aún si de forma integrada, por ejemplo utilizando paneles solares en las fachadas de cristales de los edificios o a lo largo de autopistas. Es fundamental que en esta revolución democratizadora de la energia, la gente esté informada, pues la difusión de una tecnología lleva a otra: a más pedidos de coches electricos, por ejemplo, aumentará también la producción de energia eléctrica a nivel local.

En fin: Sin esperar un improbable consenso universal sobre políticas energeticas, es posible construir “un mundo paralelo”, donde la economía se conjugue con la ética, como ha afirmado Gianluca Solera,(coordinator de la Red de la Fundación Euromediterranea para el Dialogo entre Culturas Ana Lindh en Egipto). Por eso debemos cuestionarnos, como individuos y colectivos, sobre qué vale la pena producir y consumir, aceptando también una perspectiva de decrecimiento.

Por ejemplo, ¿es necesario consumir tanta carne cuando sabemos que su producción exige mucha agua y tierra? ¿Para fomentar el turismo o ampliar las construcciones hay que destruir paisajes, como se ha hecho en ciertas zonas de España o Italia?

Sobre el controvertido tema de la necesidad de decrecimiento en un planeta con recursos finitos, introducido por Serge Latouche en Francia, actualmente se están produciendo reflexiones también en los países anglosajones, como la del inglés Tim Jackson con su ensayo “Prosperidad sin crecimiento” (publicado por Icaria e Intermón Oxfam)  relacionándolo a un nuevo concepto de prosperidad, no unicamente material.

Entre los representantes de “este mundo paralelo” que está surgiendo desde la sociedad civil se han presentado entre otros en el Forum las organizaciones de Comercio justo entre productores del Sur del mundo y los vendedores al Norte (Fair Trade), el comercio sostenible de maderas, (COPADES), las finanzas sostenibles, o sea las que evalúan el impacto ambiental de las actividades a financiar,  y el turismo rural sostenible.

“Sé tú el cambio que esperas ver en el mundo” decía Gandhi. Así lo pensó la diricción de la empresa grafica El Tinter, de Barcelona, cuando, sin que ninguna institución la obligara, decidió usar tintes y procedimientos ecológicos, tal y como contó su directora Antònia Barba. Despuès de las dificultades iniciales, ahora tiene más clientes, y ha ganado un premio medioambiental. Ha sido suficiente un grupito de estudiantes de varios países en una universidad americana para lanzar un movimiento de sensibilización ecológica que ha realizado 1500 performances en todo el mundo, componiendo con personas el número 350, (la cantidad admitida de carbono en una partícula de aire, mientras ahora ya hemos alcanzado 435) como explicó Laia Garcia.

Paul Efmorfidis, un profesor griego que no llegaba a fin de mes, un día acompañó como traductor a un extranjero a visitar una empresa de colchones. Los consideró de mala calidad, y decidió usar productos naturales y gratuitos, (como hojas de eucaliptos) y poner el mismo una empresa. Ha llorado muchas veces por las dificultades encontradas, pero ahora con sus socios tiene tiendas en varios países, una de ellas en Barcelona, la COCO.MAT.

Estas son solo unas de las pequeñas-grandes historias de este “mundo paralelo” que se está ampliando día a día.

En el Forum se sintió con fuerza la energía de los jovenes eco-activistas o eco-empresarios, como los de la organización HUB, nacida en Londres y presente ahora en los cinco continentes, que agrega jóvenes para iniciativas de cambio y empresariado social (había representantes del sur de Italia, de Tunez, Marruecos y Barcelona).

Sí, hay que ser el cambio que quieres ver en el mundo, como decía Gandhi, pero no trabajando solos. Hay que trabajar juntando energías entre varias organizaciones, ha recomendado el libanés Arab Hoballah, sin ser soberbios, con humildad y constancia, pues la puesta en juego es alta: o nos salvamos o nos ahogamos juntos, como ha recordado, una vez más, el fisico alemán Gerhard Knies.

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