Después de dos años de discusiones y demoras, las instituciones comunitarias han llegado a un acuerdo para conceder a los progenitores un permiso parental de cuatro meses, 2 de los cuales deben ser remunerados e instraferibles. El acuerdo, anunciado como inminente en distintos desayunos con la prensa, en la sede del Colegio de Periodistas, por la europarlamentaria socialista Iratxe García y el eurodiputado verde, Ernest Urtasun, integrantes ambos de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género, pretende dar un paso más en el ámbito de la conciliación en las familias europeas y reducir la brecha laboral de género entre hombre y mujeres en Europa.
De momento, el texto incluye 1) la regulación de un permiso de diez días cuando nacen las criaturas, que no existe en muchos países; 2) un baja de 4 meses libres para los progenitores de los cuales dos serán renumerados y no transferibles entre padres y madres. La remuneración de esos dos meses de permiso pagado será, por lo menos, el 65% del sueldo neto, pero se deja libertad a los países para fijar la cuantía si la quieren superior.
Esta medida afectaría al Estado español que concede 5 semanas desde 2018. Si se aprobaran los presupuestos del gobierno socialista se pasaría a 8 semanas este 2019 (12 en 2020 y 16 en 2021). Austria, Dinamarca, Eslovaquia, Finlandia y Hungría, también saldrían beneficiadas porque ahora tienen dos meses transferibles.
La directiva, que tendrá un plazo de tres años para concretarse y aprobarse por el Parlamento y el Consejo, tiene un tercer aparatado de derechos y es la posibilidad de que los padres, con menores de ocho años o con familiares dependientes, puedan reducir o flexibilizar la jornada laboral para el cuidado de las personas de la familia que lo necesiten. En este punto prácticamente toda la ciudadanía europea se beneficiaría porque solamente Holanda y Luxemburgo (también Gran Bretaña, pero ya va de salida) tienen esa posibilidad en sus normativas.