OPINIÓN
Tenía 28 años, activista por los derechos del pueblo kurdo, se llamaba Helin Bolek y murió el pasado 3 de abril después de pasar 288 días en huelga de hambre.
Helin nació en Amer – Diyar bakir según la nomenclatura turca-, la principal ciudad del norte de Kurdistán. Era cantante del grupo Yorum, un grupo que que combinaba el folklore kurdo y el turco, fundado en 1985 y referente de la izquierda kurda, turca, anticapitalista y antiimperialista. El grupo ha sido desde hace años, objeto de persecución policial y 7 de sus miembros estaban arrestados en prisiones turcas, acusados de vínculos con el Partido/Frente de Liberación de los Pueblos Revolucionarios (DHKP-C), una organización de orientación marxista-leninista que se considera organización terrorista por Turquía, la Unión Europea, los Estados Unidos y el Reino Unido.
Ella y su compañero de grupo Ibrahim Gorcek -que lleva 296 días en huelga de hambre- reclamaban la libertad de los presos políticos y el fin de la persecución de la cultura kurda.
Paralelamente, desde el 21 de marzo, en plena pandemia global, Turquía cortaba el agua a los territorios kurdos de Siria. En los campos de refugiados de Siria no pueden hacer lo que se nos recomienda hasta la saciedad para combatir el coronavirus: lavar bien las manos, algo tan simple y tan importante como esto.
La política genocida de Turquía con el pueblo kurdo viene de lejos, pero Erdogan está siendo uno de los gobernantes más crueles y criminales. El cerco al pueblo kurdo es político, civil, militar, económico y en los suministros básicos. Ahora más de medio millón de personas no tienen asegurado el suministro de agua pero no es una novedad que Turquía lleve a cabo este tipo de vulneraciones, forma parte de su política genocida contra el Kurdistán.
Las milicias kurdas, hay que recordarlo, fueron imprescindibles en la lucha contra ISIS. Una vez se recuperaron los territorios, a nivel internacional se abandonó el pueblo kurdo y se empoderó Turquía. Turquía recibió miles de euros de la Unión Europea para hacer de frontera infranqueable, mantener las personas refugiadas en campos, amontonadas y en condiciones infrahumanas. Este dinero Erdogan lo ha utilizado en operaciones militares contra las milicias y los territorios kurdos, incluso llevó a cabo ataques militares en territorio del Kurdistán sirio. La persecución del pueblo kurdo por parte de Erdogan es constante, ahora utiliza el virus como arma.
La persecución política en Turquía por parte del partido y el gobierno que lidera Erdogan también es perseverante. El feminismo, la izquierda, cualquier oposición a su política es reprimida. Sólo hay que recordar las siete feministas detenidas el pasado 8 de marzo para cantar «un violador en tu camino» que fueron condenadas a dos años de prisión.
Yorum mantuvo un compromiso político en su trayectoria, las personas miembros han sufrido unas 400 detenciones y juicios en sus 35 años de existencia, durante los cuales han publicado 22 álbumes, el último de ellos llevaba por título «Ille Kavga» – lucha a toda costa-. El grupo tuvo que pasar a la clandestinidad en 2017 y pidió asilo político en el estado francés.
Helin murió y la policía turca la persiguió incluso muerta, atacando su funeral. La cantante solista de Yorum ha apagado su voz pero su mensaje, su reivindicación y su lucha se mantiene viva. No olvidemos.