OPINIÓN
Una marcha de antorchas ha recorrido las calles más céntricas de Igualada para conmemorar el 25 de Noviembre como Día Internacional para la erradicación de la violencia hacia las mujeres.
Salíamos del Ateneo Igualadí, donde se había llevado a cabo la Conferencia sobre “Mitos y realidades sobre el acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el ámbito laboral”, el acto institucional organizado por la Mancomunidad Internacional de la Cuenca de Òdena (MICOD) para conmemorar este 25-N. Cerca de un centenar de personas, en su mayoría mujeres, iniciamos una marcha de antorchas tras una pancarta donde se podía leer: el machismo mata y las mujeres decimos basta!.
Foto:carmel·la fotografias
En el transcurso del trayecto hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento se proferieron gritos como: “Ni víctimas ni pasivas mujeres combativas”, “NO es NO”, “Cuidar y frotar, también es trabajar”, “Yo paro, yo decido “,” Parir es un derecho, no una imposición “,” Aborto libre y gratuito “,” fuera rosarios de nuestros ovarios “, o” Viva, viva, viva, la lucha feminista “.
Para muchas mujeres mayores y jóvenes, participantes en manifestaciones similares en Barcelona, era un orgullo poder vivir una manifestación feminista por las calles de Igualada. La tradicional concentración con encendido de velas de otros años dio paso al relevo de la antorcha generacional, así -dicen las jóvenes- pasamos del victimismo de las velas en la actitud de hacer frente a la violencia con la fuerza de la llama de las antorchas, porque esta era -en todo momento- la actitud que acompañaba la marcha a través de su recorrido.
Al llegar a la Plaza del Ayuntamiento, como cada año, se ha leído -entre varias participantes- el manifiesto de la Red de Mujeres Feministas contra la violencia con el título “Contra la Violencia y la indiferencia: Subversión y Autodefensa feminista”. Se denunciaba, entre otras causas “la globalización de las violencias machistas contra las mujeres y las niñas; la falta de voluntad política para dar cumplimiento a la legislación vigente; la falta de dotación de los recursos económicos y humanos necesarios para la erradicación de la violencia machista y la desigualdad; la violencia estructural y simbólica que acogen y dan fuerza a todas las expresiones de violencia hacia las mujeres; la constante No credibilidad de la palabra de las mujeres; la culpabilización de las mujeres cuando desisten de seguir los procesos judiciales y denunciamos la victimización que estos procesos generan en las mujeres que deciden continuarlos; la reducción de las órdenes de protección para las mujeres; la violencia provocada y sostenida por los recortes, con la excusa de la crisis; la invisibilización y minusvaloración de las tareas de cuidado y civilización, realizadas mayoritariamente por las mujeres, frente la hipocresía de incluir al PIB del estado el producto económico de la prostitución, entre otros.
Porque “Seguimos y seguiremos” denunciante, recordando, expresando, gritando, clamando, hoy y siempre, que la violencia es responsabilidad de quien la ejerce, no de quien la padece; seguimos y seguiremos validando la experiencia de las mujeres supervivientes a la violencia; validando nuestra palabra ante la injusticia de la justicia que se nos ofrece; y seguimos y seguiremos libres, insumisas, rebeldes y amorosas, luchadoras pacíficas, diversas, ricas, valientes … Mujeres al fin “.
Por parte de las mujeres jóvenes también se leyó su propio manifiesto, incluyendo así una exitosa Marcha de Antorchas convencidas de que TODAS, JUNTAS Y LIBRES, seguiremos trazando el CAMINO DE LA PAZ.