Escrito por Eulàlia Solé. Diario Feminista / La Independent
Novelista y poeta, la vida de Grazia Deledda, nacida en Nuoro, Cerdeña, en 1871, nos ofrece ciertos rasgos novelescos dibujados por la época en que nació. Vino al mundo una década después de la unificación italiana, en el seno de una familia pudiente y numerosa. Su padre fue alcalde del municipio, en tanto que la madre, muy religiosa, crio a sus hijas e hijos con sumo rigor moral.
La joven recibió en casa clases particulares de un profesor de confianza, primero en sardo, luego en italiano, idioma en el que, al constituirse Italia, tuvo que adentrarse para sus aspiraciones literarias. Ambiciones que no impidieron que también ella formara una familia numerosa, de siete hijos al casarse en 1899 con Palmiro Madesani, funcionario del Ministerio de Finanzas. El matrimonio la condujo hasta Roma, cuando en Cerdeña ya había colaborado en las revistas La Sardegna, Piccola rivista y Nuova Antologia, y publicado con cierto éxito, en 1895, la novela Almas honestas.
Pronto la crítica comenzó a valorar positivamente sus obras, las cuales, des de 1900, comprendieron tanto la narrativa como el teatro y la poesía. Las dificultades inherentes a la vida humana impregnan sus creaciones, llenas de amor, de angustia por la culpa, de consciencia del bien, posible secuela del rigor de la educación materna. Quince obras publicó en vida, a las que añadir la póstuma, El cedro del Líbano, algunas de las cuales han sido llevadas al cine. En 1926, diez años antes de su fallecimiento, recibió el Premio Nobel de Literatura.
En Cerdeña, un recuerdo ferviente de Grazia Deledda ha adquirido forma de museo. La casa donde nació es actualmente el Museo Deleddiano, y en ella pueden visitarse su dormitorio, el comedor, el salón, el pupitre donde probablemente escribía. Por lo demás, también como homenaje, en Nuoro la calle donde Grazia Deledda nació lleva su nombre.
Eulàlia Solé