Críticas insistentes contra los presidentes de Brasil y Argentina.
‘Fora Témer’, ‘Fuera Macri’ fueron algunas de las consignas que más a menudo se oyeron en el 14 EFLAC de Montevideo, porque las crisis políticas y sociales tuvieron su reflejo en muchas mesas donde se analizaron los efectos del neoliberalismo en personas y territorios. Conclusión general: ‘Repensar el capitalismo para poder lograr los derechos para las mujeres’.
El presidente argentino Mauricio Macri fue muy criticado por sus politicas neoliberales
Desde el primer día del 14 EFLAC (Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe), y bajo el Eje: Desafíos y perspectivas de la economía feminista, militantes, expertas y representantes de muchos de los 31 países presentes pero, sobre todo argentinas y brasileñas, se plantearon en distintas mesas y debates cómo aprovechar los compromisos de los gobiernos respecto a la Agenda 2030 de la ONU para impulsar una economía más incluyente para las mujeres. Sin olvidar que deben sumarse aportes ecologistas y de cuidado, acciones afirmativas de remuneración justa para las migrantes y la aplicación de la interseccionalidad para evitar brotes racistas y clasistas.
Las Mujeres de Negro (MdN) demandaron Igualdad y Justicia para todas las mujeres y se preguntaban si se requería un nuevo planteamiento de desarrollo que supere, por un lado, los modelos colonialistas que perviven bajo los cuales comemos y producimos y mercantilizamos y también, una redistribución de roles para trascender el poder y el empobrecimiento. Para las MdN hay que transformar la colonialidad y el capitalismo y plantearse metas a corto, mediano y largo plazo, más allá del 2030, asumiendo la reproducción de la vida y la sustentabilidad y con la negativa al extraccionismo.
Uno de los espacios de debate con mucha diversidad de mujeres donde se reivindicó la interseccionalidad
Tareas más emancipadoras y no micro proyectos
“La economía feminista está entrampada en conceptos y falta que sea más transformativa”, mantuvo la argentina Corina Rodríguez. Ella rescató el concepto de interseccionalidades -no sólo brechas de género e identidades sexuales sino de pobreza-, y planteó decir “no a los micro proyectos” y exigir “tareas más emancipadoras” para las mujeres. “Debe haber más diálogo entre la Academia y los territorios y discusiones sobre estrategias”, además de “plantearnos a qué espacios nos interesa intervenir de los Foros económicos”.
Una brasileña resaltó que hay un “retroceso en los derechos laborales en toda América Latina, en especial para las mujeres” que, en Brasil, afirmó, “somos más numerosas que los hombres”. Patricia, dirigente del sector textil de Chile, recordó que “en el mercado de trabajo las empresas de antes ya no existen ahora y que las mujeres trabajan en casa y son invisibles”. Por eso, planteó, “mencionar el modelo económico porque la derecha avanza en Chile y Argentina y ¿qué trabajos tenemos las mujeres en ese mundo laboral?” Por eso, señaló que “además de feminismo, hay que hablar de sindicalismo y de la fuerza de trabajo”.
La mexicana Marcilla, explicó que las Políticas Públicas, en la realidad, no asumen el género y, para ella, “el buen vivir tiene que ver con lo que podamos conseguir en nuestro propios países” porque “la política pública es sólo política de gobierno”. Afirmó que existen “economistas ‘generistas’ versus economistas feministas” y, en ese punto, recordó que en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) hay cátedras feministas especializadas. La uruguaya Alma Espino señaló que hay que insertarse en el poder para impulsar cambios” porque “el trabajo remunerado es fundamental, pero no cualquiera sirve para empoderar” a las mujeres; “existe pobreza de ingresos y de género”, afirmó.
Uno de los múltiples reclamos para una educación pública, laica y no sexista
Se necesita una formación y educación integral
Una maestra argentina planteó que “se necesita una Educación integral, -que ahora se está desarticulando, como todo- porque, si no tienes una ‘lectura violeta’ de los procesos, ‘no entendés’ nada”. Y puso el ejemplo del saludo al inicio de las clases: se da la bienvenida a los chicos y se invisibiliza a las niñas; falta una formación y educación integral”, subrayó.
Una dirigente sindical de la UGT (União Geral dos Trabalhadores) de Brasil exigió más acciones de la OIT (Organització Internacional del Treball) y de la ONU para “proteger algunos trabajos, porque hay mujeres que laboran en lugares insalubres”. Otra brasileña recordó que “existe una dinámica de mercado en la que hay distintos trabajos y clases” y reclamó el derecho al trabajo y la soberanía para nuestros países” y exigió la marcha del Presidente: ‘Fora Temer’.
En cuanto a los trabajos de cuidado que debería asumir el Estado, Minguez, una mexicana que vive en Suecia, planteó que hay que incluir y explicar las estructuras económicas desde las bases de la educación e informó que algunas investigadoras británicas ya producen modelos de contabilidad doméstica y se puede aprender de ellas.
En el espaio ‘Rojas‘ se recordaron a las primeras revolucionarias que ya mencionaban la división sexual del trabajo
Cuestionar los valores del capitalismo y las lógicas de consumo
Fabiana de Montevideo recordó que “las negras que sirven a las mujeres blancas están en precariedad” porque “la Ley de Acción Afirmativa no se aplica y las feministas la deberían apoyar” y solicitó “guarderías a tiempo completo y revisar todos los privilegios”. Nadia de Chile reclamó “marcos teórico-éticos y estrategias para cuestionar el sistema de valores del capitalismo y las lógicas de consumo que nos atraviesan”. Para ella, hay que atender “las necesidades reales, no las impuestas por el mercado y saber qué valoramos nosotras”. Por otro lado, para elaborar las estrategias “se debe reconocer que el sindicalismo de hoy es una forma organizativa insuficiente” porque “no cubre los trabajos precarizados”.
Claria de la Central de Treballadors de l’Argentina , recordó que en ninguno de los temas que se trataban constaba “el término trabajo en la economía feminista; hay que redefinir el concepto de trabajo dentro del feminismo porque las mujeres trabajamos desde pequeñas”, afirmó. También asumió la interseccionalidad, para incluir “clase, género y etnia o raza, además de las organizaciones sociales y comunitarias” en todas las perspectivas.
Algunas de las numerosas sindicalistas brasileñas, en la sesión del Plenario
En el resumen quedaron los ítems de: cómo sumar las condiciones de trabajo y los sindicatos hacia la igualdad; cómo concretar las intersecciones necesarias (raza, género y clase) a las brechas económicas; vincular la Academia con todas las mujeres para transformar la economía y colocar la discusión del género en las escuelas.
‘En Brasil, en un año tuvimos un retroceso de 100’
Nuevas aportaciones en el debate recordaron, en palabras de una mexicana, que “desde Beijing las feministas les hemos hecho el trabajo a los gobiernos” y afirmó que “nada se cumplió porque no era vinculante; tampoco en los Objetivos del Milenio” y se cuestionó, por tanto, “por qué decimos ‘aprovechar’ los compromisos adquiridos” cuando no se cumplen. Lucía del Paraná brasileño, resaltó que “en un año tuvimos un retroceso de 100 en privatizaciones, en el trabajo y en las tierras” y lamentó que “mis tres nietas encontrarán el país peor que yo cuando comencé mi militancia” hace muchos años.
Una argentina, mientras anunciaba un taller sobre la OMC (Organización Mundial del Comercio) y otra mesa económica posteriores, expresó que “hace falta una economía más crítica” que mencione “el despojo, la migración, la precarización y flexibilización laboral además de la nueva avanzada del libre comercio y sus políticas con las semillas y las patentes sanitarias”.
En los espacios abiertos del Recinto del Prado, también se formaron grupos de discusión
Tania Sánchez de Bolivia añadió que debían incluirse también “los temas tributarios y la fiscalidad en la economía feminista en esas alianzas con la Academia” porque, en “esa arremetida neoliberal que tenemos en nuestros países, debemos saber cómo desmenuzamos los temas económicos en salud, educación y sostenibilidad”. Una uruguaya indicó que “hay que avanzar como en una escalera sin fin para sumar al feminismo”, además de la interseccionalidad “a los hombres y a los sindicatos porque el enemigo es el patriarcado que domina en sus cabezas”. En definitiva, repensar la economía de mercado para la inclusión de todas las personas.
‘Interseccionalidad’ para vincular género, raza, desigualdad y clase
El término interseccionalidad, universalizado por los movimientos negros estadounidenses y por la activista y profesora Angela Davis, surgió de nuevo en otras mesas, en especial el de la presentación del Informe de ONU Mujeres: El progreso de las mujeres en América Latina y el Caribe 2017. Transformar las economías para realizar los derechos. La interseccionalidad se vinculó a las brechas de género y raza, pero también de desigualdad y clase; se señaló que deben evitarse retrocesos en el empoderamiento económico, en Derechos Sexuales y Reproductivos (DSR) y en violencia, sin olvidar la dimensión ambiental y ecológica.
Declaraciones a la prensa local poco antes de la manifestación contra la Violencia hacia las Mujeres
El debate estuvo a cargo de Alma Espino (CIEDUR), Corina Rodríguez (CIEPP) y la brasileña Graciela Rodríguez, de la Red Internacional de Género y Comercio , Capítulo Latinoamericano (IGTN-LAC). En la mesa, esta última recordó que hay que trazar “estrategias generales y específicas”, es decir, “plantear ideas para estrategias integradas desde lo macroeconómico a lo más específico”.
6 estrategias para evitar retrocesos en el empoderamiento
Para conseguirlo, la experta sugirió leer atentamente las 6 estrategias planteadas en las Recomendaciones del Informe de ONU Mujeres que son: 1. Reconocer, reducir y redistribuir el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado; 2. Avanzar en la construcción de sistemas de protección social universal con enfoque de género; 3. Crear más y mejores empleos y transformar el trabajo a favor de los derechos de las mujeres; 4. Fomentar relaciones de familia igualitarias que reconozcan la diversidad de los hogares en la región y los derechos y deberes de las partes; 5. Crear las condiciones para el goce efectivo de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: la maternidad como opción y 6. Contener los efectos adversos de la desaceleración económica en la igualdad de género.
Graciela Rodríguez consideró que “son un aporte fantástico para el movimiento feminista por la cantidad de datos” que incluyen y para poder “hacer frente a la onda neoliberal, para las naciones sin Estado y para los Estados bajo control de las empresas transnacionales (ETN)”. En su opinión, “las estrategias 1 y 4 –las que afectan al trabajo doméstico y las relaciones familiares- son las más importantes porque las demás son Políticas Públicas” y pueden diluirse con los actuales recortes sociales.
La mesa que presentó el Informe de ONU-Mujeres El progreso de las mujeres en America Latina y el Caribe 2017
Alerta ante la ‘ideología de género’ y los fundamentalismos
Es en “esas cuestiones subjetivas del empoderamiento” –el punto 1 y 4- donde Rodríguez considera que “hemos perdido terreno”. Por ello, “debe repensarse la forma en que hemos actuado porque sólo hemos incidido en políticas públicas” y hay que “encarar las familias, los hombres y las lógicas de empoderamiento de las mujeres”. Y, sobretodo resaltó que “debemos hacer frente a la ‘ideología de género’ y lanzar una alerta porque las mujeres son captadas por los fundamentalistas”.
Para apoyar su explicación Graciela Rodríguezañadió “datos de Brasil: el 47% de las familias no conviven con padres; el 10% de niñas y niños no tienen apellido paterno y eso tiene un gran efecto en la sociedad” afirmó. Tampoco hay que olvidar, señaló, los impactos que suponen los terremotos, el cambio climático y las privatizaciones y puso el ejemplo de “la ciudad de Manaos, porque afecta a los servicios públicos como el agua y, de rebote, en el trabajo de las mujeres. Y esto no se ve, si las feministas no nos levantamos, añadió; presentar estrategias es una necesidad”.
En el debate, una ingeniera metalúrgica de la Central de Trabajadoras y Trabajadores de Brasil (CTB) añadió que en su país “las privatizaciones afectan al petróleo, la electricidad y al agua y recordó que “a los 100 años de la Revolución Rusa, los derechos que habían nacido entonces se están perdiendo”; Ya “estamos en la 4ª Revolución indicó, y en Brasil las discusiones están más adelantadas que las que tenemos aquí”, lamentó.
Una mexicana insistió en que para el empoderamiento económico “hay que trabajar los términos monetarios y el dinero para modificar el uso que hacen los hombres y las mujeres” porque “ellos se dedican a las propiedades y valores y ellas a las necesidades básicas y las cosas de chicas”. Otra brasileña explicó cómo tuvieron que “pensar sus propias alternativas, al no tener transporte colectivo ni otros servicios, cuando el agua se acabó por culpa de la construcción de la carretera transamazónica”.