Es, dicen, en Cataluña, el primer sindicato creado y dirigido por mujeres y enfocado principalmente a un colectivo mayoritariamente femenino, que tiene, además, una precariedad laboral extrema y casos en condiciones similares a la esclavitud
Con los objetivos de lograr respeto y dignidad para su trabajo, una igualdad de condiciones y de derechos con el resto de los trabajadores y, fundamentalmente, poder negociar, decidir y luchar por su sector en su propio nombre y por sus propios intereses, el flamante sindicato de trabajadoras del hogar, Sindihogar, hizo este jueves un llamado a afiliarse a quienes realizan esta labor.
“El Sindihogar atenderá y representará casos individuales de trabajadores del hogar frente a sus empleadores, así también representará a sus afiliados de manera conjunta ante empresas o entidades que correspondan. Queremos ser nuestra propia voz y negociar en nuestro propio nombre”, dijo su presidenta Isabel Orella, en una conferencia de prensa.
En anteriores ocasiones, explicaron, ya hubo casos en otras provincias en las que determinadas organizaciones, como Cáritas, han negociado con los gobiernos regionales y organizaciones patronales determinadas condiciones de trabajo para este sector.
“Ahora estamos nosotras, para defendernos nosotras mismas”, dijo la presidenta. El Sindihogar no está afiliado a su vez a ningún otro sindicato.
“Nacemos independientes porque los sindicatos tradicionales y mayoritarios entre los trabajadores han consentido hasta la fecha en mantenernos discriminadas y porque queremos decidir por nosotras mismas, sin dictados de cúpulas políticas o sindicales”, agregó Verónica Orellana que es parte del directorio. Luego dijo que confían en que estos sindicatos mayoritarios, “lejos de sentirse molestos por nuestra independencia, nos den la bienvenida a esta lucha que sabemos será difícil”.
Denunciaron la precariedad laboral extrema en que se encuentran todas las personas que trabajan en hogares, limpiando casas, escaleras, oficinas, etc. o que cuidan ancianos y ancianas o niños, que, en algunos casos, llega a tener condiciones similares a la esclavitud.
Hasta octubre de 2011, en toda España se registraron 300 mil personas como trabajadoras del hogar en el Ministerio de Trabajo y Migración, de éstas casi 60 mil están en Cataluña. Sin embargo, según la Encuesta de Población Activa del INE, 700 mil familias emplean a una persona como trabajadora doméstica, lo que indica que más de la mitad de estas personas no tienen un trabajo regularizado.
“Esas cifras no son claras, seguramente son incompletas y no reflejan la realidad y no es porque nosotros no queramos sumar, o estar, o ser. Precisamente eso es lo que queremos, queremos ser, queremos estar, queremos que nos cuenten, que se sepa que existimos, que queremos cotizar, que queremos trabajar legalmente y que se nos considere como trabajadoras, como trabajadoras de verdad, con todos nuestros derechos”, dijo Orellana.
“Nuestra decisión de crear un sindicato se basa en que somos trabajadoras y trabajadores como los demás, como cualquier otro, y en que no se nos considera ni se nos trata legalmente como tales”, dijeron.
Hace unos meses, varias mujeres que realizan este trabajo se reunieron y junto a varias organizaciones, integradas principalmente por mujeres inmigrantes, como Mujeres Pa’lante, Diáspora Solidaria, Aomi, Papeles para Todos y Red Mixtura, decidieron crear el sindicato. El pasado 22 de octubre se aprobaron los estatutos de constitución y se eligió el nombre de Sindihogar / Sindillar.
Este sindicato pide que empleadas y empleados del hogar estén totalmente incluidos en el Régimen General de la Seguridad Social, rechazan todo régimen especial por ser discriminatorio, buscan el derecho al desempleo, quieren contratos por escrito, que se elimine el pago es especie, piden una tabla salarial que se revise según el IPC y tener pagas extras, además de vacaciones anuales y libranzas semanas.
Piden también que se elimine el “despido arbitrario que se esconde con el llamado ‘desistimiento patronal”, el cual se mantiene en una nueva norma que están a la espera de que sea publicada oficialmente. Esta norma obliga a quien tenga trabajando en su casa a una persona como empleada doméstica a hacerle un contrato a partir de la primera hora.
Esta norma, dicen, “es un avance, pero es insuficiente y es de riesgo para nosotros porque nos mantiene sin derecho a seguro de desempleo y fundamentalmente porque al mantener el despido arbitrario puede generar una ola de despidos”.
Elena Barba, secretaria del Sindihogar, resaltó su calidad de Catalana para afirmar que no se trata de un sindicato de inmigrantes. Dijo que pueden ser parte de éste tanto hombres como mujeres, aunque este sindicato se caracteriza por ser fundamentalmente femenino, como lo es el sector al que representa.
El sindicato afiliará a nacionales como extranjeros y, a éstos, tengan o no papeles. Así también a quienes trabajen por horas, jornadas completas o estén internas, además de quienes estén sin trabajo. Finalmente afiliará a quienes quieran ser parte de él porque comparten sus principios y objetivos.
“Actualmente formamos este sindicato más de medio centenar de mujeres, mujeres provenientes de 16 países de todos los continentes. Queremos que se sumen más, que vengan y se afilien, que defendamos todas y todos nuestros derechos”, dijo Barba.
