serie de entrevistas
Hablamos con Esther Gutiérrez López, limpiadora en partos, endoscopia y morgue en el Hospital de Santa Caterina de Salt, como ella misma dice “quién viene y quién se va, cierro el ciclo».
Es trabajadora de una empresa que da servicio externo en el hospital y es delegada de prevención y miembra del sindicato Comisiones Obreras.
¿Como os afectó el estallido de la pandemia?
Se nos multiplico el trabajo, pasamos de limpiar una habitación y su higiene diaria a limpiar cualquier área: la sala de partos, las oficinas, de forma correcta y desinfectadas a tener que hacer no el doble sino multiplicado a la enésima potencia. Entrar en un despacho y pensar: la grapadora, el bote de tippex, los teclados… no sólo debía estar impecable, sino que debía ser de una exhaustividad tremenda. Poner mucha más atención a manetas, asientos, interruptores… todo lo que entraba en cualquiera de las plantas en las que trabajábamos, cualquier persona «desconocida» se debía limpiar con protocolo COVID, es decir, cualquier paciente que entraba por primera vez para una urgencia, para una visita… eso quiere decir ponerse los EPI, tres pares de guantes, ponerte bien el mono y todas las protecciones. Habíamos hecho simulacros y cursillos para el ébola, pero debimos reciclarnos, adaptarnos y hiperdependientes de hacerlo todo correcta y completamente. íbamos muy bien equipadas, en nuestro caso porqué la empresa tenía un remanente y no todo el mundo tenía la misma preparación. Aun así, te lo debes poner y quitar correctamente. Aparte del miedo lógico de infectarse o de contagiar a la familia. Algunas de mis compañeras, hubo brote en su planta y se contagiaron.
Sois un colectivo muy feminizado, invisible y en condiciones laborales muy mejorables.
Al trabajo de más se ha añadido que no ha habido un reconocimiento del 100% de la baja, solo el 60%. En otros casos se reconocía el 75% por ser de riesgo. A las limpiadoras de empresas externas no se nos ha reconocido ni se nos ha dado la gratificación que se ha dado a todo el sector sanitario. Podía tener una lógica que a las empresas externas no se asumiera desde el departamento, pero sí que se hizo con el personal sanitario de la empresa de diagnóstico por la imagen. Además, sea la empresa que sea nosotras vamos a estar siempre en el hospital y eso no se reconoce y en esta pandemia ha tenido una clara consecuencia discriminatoria. Nadie nos ha agradecido ni reconocido, cuatro aplausos, que o digo que no sean importantes, pero nos hemos visto en el centro y, a la vez, invisibles. Nadie del personal sanitario, se hubiera atrevido a entrar si nosotras no limpiábamos. Hay un sesgo clarísimo, es por ser limpiadoras que no lo han reconocido. Aun así, hemos marcado los tiempos y nos hemos ganado el respeto de todo el personal, somos profesionales formadas y ahora se ha visto de forma clara algo que quedaba muy al margen.
¿Cómo os habéis organizado durante toda la pandemia?
La sobrecarga de trabajo y todo lo que conlleva se ha asumido en base a nuestro esfuerzo. Lo que comentaba antes, no eran higienes «normales» como antes de la pandemia. Cualquier fluido nos complicaba mucho más la vida, no era solo limpiar sino una desinfección muy a fondo, y siempre con todas las personas del hospital en espacios seguros. Es cierto que había menos visitas y acompañantes. La conciliación ha quedado de lado porqué hemos pensado que nuestro papel era estar y hemos estado. Algunas compañeras han pedido excedencias o permisos para estar con menores o dependientes porqué no tenía cómo pero el resto nos hemos buscado la vida para poder cumplir con el trabajo. Cada día era una nueva batalla, no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar. No se nos incluyó en el Real Decreto en el que se determinó el contagio de los trabajadores esenciales como enfermedad laboral. Nos hemos manifestado para que se nos oiga.
¿Se ha entendido vuestro papel?
Las higienes de espacios «normales» no COVID se siguieron haciendo, pero todo era más complicado. Se veían menos personas en el hospital, pero estábamos en plena saturación. Quizás no estaba a rebosar de gente, pero estaba lleno de COVID, todas las plantas eran COVID. Tenemos 9 boxes de UCI, pero se tuvieron que abrir más: en urgencias un área de UCI, el hospital de día también UCI, paliativos lo trasladaron… todo era mucho más complicado, mucho más a fondo por el peligro que comportaba y seguíamos siendo las mismas, no hubo refuerzo y el tiempo a dedicar por limpieza se nos exigía el mismo. El esfuerzo ha sido tremendo i solos se han aumentado algunas horas de más en algunos casos. Sólo te pondré un ejemplo, la compañera que debe limpiar los vestuarios donde todo el personal del hospital se cambia y se ducha lo debe hacer en dos horas, ¡fue inhumano! Luego ha variado un poco pero no hay suficiente consciencia de la sobrecarga que hemos soportado.
¿Después de un año de pandemia el sector ha hecho una parada que ha reivindicado?
Aquí en el hospital se hizo la hora de paro convocado en toda Catalunya reclamando la gratificación que no nos han dado. Somos el sector más precario de un hospital y, en general, en la sociedad. El sector de la limpieza es el que menos cobra. Como somos personal esencial no podíamos hacer un paro de todo el día y solo hicimos un ahora por turno y sin posibilidad de negociar y nos pusieron un 60% de servicios mínimos en una hora de paro, eso impidió a mucha gente participar. No se nos ha reconocido igual que el resto de personal del hospital ni en la gratificación económica ni en el reconocimiento de enfermedad profesional y además se nos ha impedido seguir el paro, pero pensamos seguir haciendo cosas exigiendo nuestros derechos. Creemos que nuestra lucha es justa y esperamos que se nos reconozca.