OPINIÓN
Era otoño de 2006. La sociedad catalana y española no oían la palabra crisis. Entonces las palabras que se escuchaban con más fuerza eran paridad e igualdad. Paridad porque desde hacía dos años y medio el gobierno de Zapatero había hecho un gobierno paritario mujer-hombre.
E Igualdad porque esta vez sí se había convertido en una de las banderas insignias tanto de los gobiernos del tri-partito en Cataluña como del español, que incluso había creado un ministerio para la igualdad y había elaborado una ley de Igualdad, lo que nunca antes se había hecho, y ni siquiera planteado.
Pero todo aquel impulso político y social yo encontraba que se olvidaba de una parte importante e imprescindible. La parte de los hombres. Olvidaba, por ejemplo, de preguntarse cómo podemos hacer cambiar las identidades masculinas de género en ser más igualitarias. Yo en aquella época me había apuntado a hacer un máster de igualdad de oportunidades organizado por la Universidad Autónoma de Barcelona y me había asociado a los Homes Igualitaris – Ahige Catalunya. Es de esta manera que gracias a compañeros de esta asociación de toda las “españas” me llegó la información de unas jornadas de Políticas para la Igualdad dirigidas a hombres organizadas por la Diputación de Sevilla. No lo dudé, me inscribí y solicité alojamiento, a pesar de mis escasos ingresos trabajando como mozo de almacén vía ETT.
En esa jornada me encontré muchos hombres de muchos sitios que se habían implicado en algún momento en alguna acción política para enviar un mensaje de cambio en la población masculina hacia una mayor igualdad de género. Recuerdo que había bastante presencia andaluza, y que de Cataluña era el único. Empezaba a ser consciente de que por Andalucía había varios grupos de hombres por la igualdad. En mi caso era el recién llegado que apenas conocía los compañeros de Ahige sólo por e-mails compartidos. Empezaba a tejer relaciones igualitarias entre hombres.
Pedro Zerolo. Foto blocs.mesvilaweb/valldalbaidi
Por la noche se había convocado una manifestación como colofón de la jornada. Desde la organización se animaba a los hombres asistentes a finalizar la jornada participando en la primera manifestación convocada por hombres contra la violencia machista. Que se sepa, nunca antes había existido algo parecido por las “españas”. Y allí estaba el activista por los derechos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales y en general para la Igualdad, Pedro Zerolo. Había venido expresamente desde Madrid para apoyar la jornada y al pequeño grupo de hombres que impulsábamos la manifestación. Éramos 30 hombres que empezamos a caminar con un interrogante sobre nuestra cabeza ya que nunca habíamos convocado una manifestación similar. A mí me dieron el altavoz y con mi mejor vozarrón empecé a animar a la población de las calles céntricas de Sevilla a sumarse a la manifestación. Fue un éxito. Se sumó tanta y tanta gente que no se podía caminar. En las fotos salieron muchos hombres portando el cartel. Pero Zerolo no salía. Se había quedado fuera de las fotografías expresamente. Se apartó justamente por no salir. Ese hecho siempre le agradecí. Con él en la foto de la manifestación ya no hubiera sido igual. Él no había participado en toda la jornada y podía parecer que quisiera aprovechar la foto. Zerolo ya era bastante conocido. Si hubiese salido, otras fuerzas sociales y políticas nos hubieran etiquetado. Y justamente él quería apoyar el pequeño movimiento de hombres sin que le colgaran etiquetas. No aprovecharse del momento pero participando y apoyando lo que realmente era: el inicio de un movimiento de hombres por la igualdad, ni más ni menos. Humildad, inteligencia, Inteligencia emocional e igualdad. Gracias Pedro!!
@ Pedro Zerolo twitter