Fabiola Salazar.
En el barrio Plan 3000, de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia la pobreza tiene nombre de mujer. Fabiola Salazar, voluntaria del Proyecto Hombres Nuevos (PHN) trabaja para empoderar a las mujeres para que puedan valerse por sí mismas.
Este es un barrio marginal que tiene 360.00 habitantes con 52% de mujeres y 48% de hombres. Fabiola es una mujer humilde y valiente que se emociona cuando ve que muchas de las mujeres que acogieron hace más de veinte años, a través del Proyecto, tienen trabajo, una familia estable y pueden salir adelante.
Este año el PHN que impulsa el misionero leonés, Nicolás Castellanos, Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, en 1998, cumple su vigésimo quinto aniversario y preparan diversas actividades.
Hace 25 años no había escuelas. El PHN creó 10 escuelas y varias unidades educativas en el barrio. Desde la Parroquia Hombres Nuevos han hecho varias campañas para encontrar niños y niñas que no están escolarizados. “En un año dimos escolarizar 300 niños y niñas que sus padres no tenían recursos. El problema de las niñas en edad escolar es que muchas quedan embarazadas y unas terminan el bachillerato y otros no”, explica Salazar en una entrevista con La Independent realizada de Barcelona a Bolivia.
El equipo, con el padre Nicolás al medio.
Trabajan para empoderar a las mujeres ¿Cuál ha sido el resultado hasta ahora?
En estos últimos años las mujeres y hombres de este barrio boliviano han tenido posibilidades similares de poder hacer estudios secundarios e, incluso, ir a la Universidad. Pero no las mismas oportunidades y menos las mismas circunstancias.
Las mujeres se esfuerzan más. Por cada 3 mujeres que terminan el bachillerato hay 2 hombres. Mientras estudian, muchas de ellas quedan embarazadas y su vida cambia.
Son 25 años en los que el PHN ha dado muchas oportunidades a mucha gente, entre ellas a mí misma. Uno de nuestros objetivos es levantar la autoestima de la población boliviana porque si no es así no se puede salir de la pobreza. Trabajamos para que valoren sus propias capacidades y puedan salir adelante. Un ejemplo de esta evolución es nuestra asociación. El equipo Directivo ahora está formado por 7 personas y 5 de ellas somos mujeres.
El Proyecto otorga cada año becas y las mayores beneficiarias son las mujeres, llegan al 65%. Reciben 250 euros al año que les cubre la matrícula, fotocopias y transporte a una universidad pública. Como contraprestación hacen cuatro horas de voluntariado a la semana en las diferentes áreas del PHN.
Muchas han llegado tuvo una profesión y valerse por sí mismas. Son gimnastas o se dedican a la música, al turismo, a la informática o la psicología. Es muy importante remarcar que las mujeres se esfuerzan mucho para salir adelante solas porque saben que su papel es importante para que la familia tenga oportunidades. Es emocionante ver los resultados que hemos conseguido.
Salazar dando un taller.
¿Qué mujeres son las que atendéis mayoritariamente?
La situación de la mujer en Bolivia es muy compleja porque sigue habiendo mucho machismo, aunque las cifras digan lo contrario. El barrio Plan 3000 de Santa Cruz de la Sierra es una zona marginal. Según los datos oficiales las familias tienen unos 3 hijos en promedio, pero las que nos llegan al PHN tienen 5 y más. Muchas de ellas tienen hijos con más de un hombre y los maridos se ocupan de sus propios hijos pero no de los otros hijos que tenga la mujer. Así que ellas han de salir adelante. La mayoría de ellas trabajan en lo que llamamos comercio informal, es decir lavar ropa, limpiar las casas o bien vendiendo en pequeños mercados en el barrio.
En Santa Cruz no nos llegan muchas mujeres del interior, del Altiplano. Es una excepción con los temporeros en la época de cortar y recoger la caña de azúcar que acompañan a la familia entera, e incluso hacen trabajar los hijos.
Con la Fundación y el PHN que hemos creado a lo largo de este tiempo hemos llevado adelante un proyecto Microempresas Hombres Nuevos (MHN) que ha conseguido crear una microempresa que se llama “Limpia Dora” para que las mujeres tengan un trabajo remunerado digno. Ahora mismo tiene una plantilla de unas 30 mujeres, de las cuales el 80% son madres solteras. El resto tienen pareja pero trabajan con dificultades porque los hombres son muy celosos y no las dejan salir adelante.
¿Cuál es la realidad de las mujeres en las áreas rurales?
En la zona rural de la ciudad de Montero, donde hay una de las mayores plantaciones de caña de azúcar, tenemos unos hogares para poder atender a los hijos de los “zafreros” – los temporeros que vienen del interior y trabajan en la caña de azúcar-. Llevan a sus familias enteras y viven en campamentos en muy malas condiciones. Ofrecemos a los hijos que vengan a nuestros hogares de lunes a viernes para que puedan ir a la escuela. El fin de semana vuelven al campamento con la familia. Muchos padres llevan a sus hijos menores así ya aprenden una oficio. Las niñas con quince o dieciséis años ya están casadas y con hijos.
Algunas de las mujeres del proyecto.
La educación y la salud son objetivos fundamentales de su tarea y aspectos fundamentales para las mujeres ¿Con qué programas trabajáis?
En el área de la salud trabajamos con el Hospital Virgen Milagrosa donde realizamos varias campañas dirigidas a mujeres. Una de ellas es la campaña ginecológica que se realiza una vez al año. También en esta área tenemos cuatro comedores para erradicar la desnutrición. Este es uno de los objetivos de la promoción de las mujeres porque ellas llevan adelante el hogar y los comedores las ayudan mucho.
En todas las áreas de nuestro Proyecto el tema del género y de la igualdad es transversal no sólo para promocionar el trabajo de las mujeres sino también para que los hombres tomen conciencia del rol de las mujeres y lograr que el machismo en las familias desaparezca.
¿Cuál es el nivel de violencia machista que soportan estas mujeres?
Como en muchas sociedades latinoamericanas venimos de una historia donde prevalece el machismo y en nuestro entorno lo palpamos cada día. En los proyectos que desarrollamos en el barrio las mujeres siempre tienen que pedir permiso a los hombres para ir a los comedores o para realizar cualquier actividad y los hombres no siempre están dispuestos a permitirlo. No las dejan trabajar pero en cambio la educación de los hijos es un tema fundamentalmente de las mujeres. Desgraciadamente vemos que no hay un día o una semana que no se produzca violencia de género, incluso feminicidios. Veo cada día, a mi alrededor, violencia no sólo entre parejas sino también entre padres e hijas. Si a nivel general se dice que se ha avanzado algo en la igualdad a nivel micro sigue existiendo a nuestro alrededor violencia de género debido al fuerte machismo que hay.
Personalmente creo que he roto con este círculo vicioso. Antes pensaba que los hombres tenían el derecho de controlar a sus esposas, ser violentos y que la última palabra siempre la tenían ellos. Estaba traumatizada. No quería vivir lo que han vivido muchas mujeres de una generación anterior a la mía. Gracias al PHN he podido construir una familia, trabajo con lo que me gusta. Mi marido, Willam Martínez, también forma parte del Proyecto tenemos una hija de 7 años que espero aprenda a ser autónoma.
¿Qué otras instituciones trabajan para la igualdad de género en el Plan 3000?
Hay varias instituciones que trabajan con esta perspectiva pero muchas de ellas hacen actos festivos o reivindicativos en los que participa mucha gente pero luego no se ven los resultados porqué los hombres se siguen comportando como antes. En nuestra zona está el Defensor de los niños, adolescencia y asuntos generacionales. Se ha aprobado recientemente una ley integral para garantizar que las mujeres vivan una vida libre de violencia. Pero quedará en papel mojado porque, como te decía, no se cumple. A la hora de velar por los derechos de las mujeres, y nos hemos encontrado que en varias ocasiones prevalece el dinero. Si se hace una denuncia y el hombre tiene dinero, da por debajo de la mesa y el proceso se detiene.
¿Como mujer, cómo ves al nuevo presidente de Estados Unidos?
Para mí ha sido una gran sorpresa la elección de Trump con sus antecedentes. Pero debo decir que nuestro presidente, Evo Morales, es muy similar al de los Estados Unidos. Como mujer me siento defraudada por aquellas que han votado a un Presidente que ha utilizado a las mujeres como objetos y que las sigue denigrando a ellas y a todas las personas que no piensan como él. Trump no respeta que las personas tenemos que poder vivir con dignidad.