Carme Forcadell en el Parlament, durante la aprobación de la Llei del Referendum.
En las últimas semanas hubo una importante participación de mujeres en política en general y en especial en el pleno del Parlamento catalán, durante las tensas sesiones de aprobación de las leyes (ya impugnadas) que dan paso a la separación de Cataluña del Estado Español; sin embargo, también hubo ataques de tipo machista y amenazas que no fueron rechazados de manera adecuada y contundente.
La presidenta del Parlamento, Carme Forcadell; Marta Rovira, portavoz de Junts Pel Sí y militante de Esquerra Republicana de Catalunya; Anna Gabriel, diputada por la CUP (Candidatures de Unitat Popular), todas que abogan por la independencia; e Inés Arrimadas, diputada del partido opositor Ciudadanos, estuvieron en el centro del debate, representando a sus bancadas, con discursos muy potentes y de claro liderazgo.
También tuvieron un papel muy importante Eva Granados del PSC, Esperanza García del PP, Maria Angels Martínez de Catalunya Sí que es Pot (Podem) y Mireia Boya de la CUP, así como es indiscutible el papel que juega hoy en la política catalana la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, en tanto que ganando lugar público Elisenda Alamany de Catalunya en Comú.
Tras una legislación que impulsa la paridad en los cargos electos al Parlamento, la presencia de mujeres se ha incrementado en relación a varias gestiones anteriores; sin embargo, no termina de ser igualitaria al número de hombres y el porcentaje femenino en las últimas legislaturas ha variado entre el 40 y el 38%. Esta participación paritaria muchas veces es rechazada porque desde la visión patriarcal se considera que no hay mérito en este tipo de elecciones, por lo que la actuación destacada de estas mujeres en política demuestra todo lo contrario.
Marta Rovira, representante de Esquerra Republicana de Catalunya.
Lideresas
La presencia de Forcadell fue destacada, obviamente por el cargo de Presidenta del Parlament pero especialmente por su desenvoltura durante las difíciles situaciones que se presentaron a la hora de proponer las leyes y durante su debate y aprobación. Ella se mantuvo fiel a su manera pausada y firme. En este proceso hubo ocasiones en que la falta de respeto estuvo al límite y se cuestiona el hecho de que si ella fuera hombre el tono de algunos diputados podría haber sido otro.
Rovira fue la encargada de presentar y justificar propuestas, así como de defenderlas y rebatir con aplomo y conocimiento posiciones en contra, tanto del Partido Popular como de C’s, a lo largo de las jornadas en que se trataron los proyectos de leyes.
Gabriel tuvo contadas intervenciones, al igual que en general quienes integran su partido, con lo que resultaron el grupo político que menor tiempo hizo uso de la palabra; sin embargo, cuando esta lideresa habló, con su tono inclusive dulce que contrasta con la dureza de su imagen y de sus convicciones, dejó, se podría decir, huella en comentarios positivos y reproducciones en las redes sociales.
Inés Arrimadas, que cuando asumió el liderazgo de su partido en Cataluña fue menospreciada y hasta ridiculizada en programas de televisión, hoy tiene presencia propia y un lugar incuestionable por el hecho de ser mujer.
Angels Martínez de Podem (Catalunya sí que es pot) salió en las pantallas de televisión de todo el Estado recogiendo las banderas españolas y por ello el líder de su partido, Pablo Iglesias, le exigió una disculpa, ella diciendo que no era fiel a una bandera franquista, sino a la republicana, mostro su carácter y solidez.
Anna Gabriel de la CUP e Inés Arrimadas de C’s
Insultos, amenazas y respuestas
En estas circunstancias, con unos días de separación, se presentaron dos hechos similares con dos de las representantes de los grupos políticos C’s y CUP, los cuales fueron resueltos de manera diferente.
El primer caso es el de un insólito exabrupto de una ciudadana independentista que, a través de las redes sociales, expresó su deseo de que a Inés Arrimadas la violaran en grupo, lo que le valió el despido de su fuente laboral, el rechazo generalizado de la sociedad a lo que dijo y a Arrimadas el respaldo inmediato de todas las fuerzas políticas.
El segundo caso pasó con la líder de la CUP Anna Gabriel que esta semana fue insultada soezmente y además amenazada de muerte, junto a otras personas correligionarias suyas, en pintadas realizadas en la ciudad de Valencia. La respuesta política general también fue de rechazo; sin embargo, paradójicamente, Arrimadas mostro su repulsa a estos hechos, aunque al final, y tras la posición que considera intransigente y equivocada del independentismo, agregó un criticado “qué esperan”.
Desde el feminismo y sus organizaciones se ha rechazado contundentemente la publicación en las redes sociales en contra de Arrimadas, así como también se repele con igual fuerza los insultos y amenazas, sin aceptar ningún justificativo, en contra de Gabriel.
