OPINIÓN
La violencia contra las mujeres es una pérdida económica para el mundo de hasta un 5,2 por ciento del Producto Interno Bruto global y en México es del siete por ciento, según datos del organismo de Naciones Unidas para la Mujer (ONU Mujeres).
Por ello la campaña de los 16 días de activismo para Erradicar la Violencia contra las mujeres, es una llamada a todos los países para invertir en las mujeres y parar la violencia que no solo atenta contra la democracia, sino que significa pérdida en productividad y desarrollo.
Esta tarde en la Secretaría de Relaciones Exteriores, la representante en México de ONU Mujeres, Ana Güeznes entregó el Protocolo de Atención Consular para personas víctimas de Violencia basada en Género, que se elaboró en colaboración con la Unidad de Política de Igualdad de Género en la Cancillería, que dirige Guadalupe Gómez Maganda.
En presencia del grupo reconocido y galardonado por su apoyo a migrantes, Las Patronas, se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en la que Güeznes destacó el papel fundamental de México para incluir la perspectiva de género en todos los organismos bilaterales y en los acuerdos globales, y recordó, que hemos comenzado el segundo año en que las naciones decidieron poner fecha de caducidad a la violencia y la discriminación 2030.
La representante internacional llamó a acelerar el paso, trabajar por la igualdad y la no discriminación, reiteró que la violencia contra las mujeres es violencia contra la sociedad y contra la convivencia democrática.
Recordó ante decenas de trabajadores y trabajadoras de la Cancillería que en 2030 las ambiciosas metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, enfatizan la eliminación de la violencia contra mujeres y niñas como un objetivo principal que requiere hoy de soluciones innovadoras y de nuevas alianzas.
Afirmó que tenemos la obligación de activar un compromiso reforzado global, y en México, incrementar la inversión en las mujeres y en la prevención de la violencia, mejorar las estadísticas y acelerar el ritmo para el empoderamiento de las mujeres. Sólo eso nos llevará al logro de la igualdad sustantiva, una igualdad en los hechos y resultados.