OPINIÓN
Una exposición: Mujeres Surrealistas y su conexión con Cataluña. Y un libro: Musas, mecenas y amantes. Mujeres en torno al surrealismo. Ambas propuestas tienen a la historiadora y crítica de arte Victoria Combalia como comisaria y autora.
Maruja Mallo: Caras i atletas.
Son dos propuestas atrevidas y que por primera vez en Barcelona, Cataluña, y en todo el Estado español se puede visualizar como una muestra importante de mujeres artistas que tuvieron con mayor o menor intensidad y por distintas causas una relación con nuestro país y con las que, una vez más con las complicidades que le son características, Victoria Combalia nos propone adentrarnos en el mundo artístico de las mujeres a veces ignorado y menospreciado. Pero no menos importante.
Vayamos por partes. La exposición inaugurada en la Galería Mayoral de la calle Consejo de Ciento de Barcelona, ofrece una atractiva muestra que incluye más de una veintena de obras de mujeres surrealistas, como Dora Maar, Frida Kahlo, Valentine Hugo, Maruja Mallo, Lee Miller, Leonora Carrington, Ángeles Santos y Remedios Varo, nacidas estas dos últimas en Cataluña.
Remedios Varo: Mujer o espíritu de la noche.
Una de las curiosidades ya destacada y que remarca Victoria Combalia en el texto del catálogo es que, aparte de las dos nacidas aquí, las otras por una circunstancia u otra tuvieron en un momento dado una relación con Cataluña, ya sea por haber visitado el país, caso de Valentine Hugo, que visitó Cadaqués y los Dalí con Bretón; de Maruja Mallo, que expuso en 1936 en Barcelona junto con Remedios Varo en la exposición “Logicofobista”, que tuvo lugar en la Librería Catalònia; o Lee Miller, amante de Man Ray, magnífica fotógrafa que visitó Barcelona en varias ocasiones y siempre acompañada de su marido, el historiador de arte Roland Penrose. Ciertamente de Frida Kahlo no hay constancia de ningún viaje, pero todo el mundo conoce la estrecha e íntima relación que mantuvo con el artista catalán Josep Bartolí.
Frida Kahlo: Autoretrato vaginal.
El recorrido por la muestra, que permanecerá abierta hasta el mes de abril, es atractivo por varias consideraciones, algunas de ellas ya apuntadas. Pero, sobre todo, porque nos ayuda a recuperar y visualizar a una generación de mujeres artistas, creadoras que a pesar de haber tenido un peso considerable en la creación artística han sido sistemáticamente marginadas del mundo del arte siempre dominado por los hombres.
Contemplar esta exposición de dibujos y de obras artísticas nos muestra un mundo rico, expresivo e incisivo que nos obliga a preguntarnos: ¿cómo es posible que hasta ahora, nadie se hubiera preocupado de ofrecer una muestra semejante? Cierto que las artistas que podemos contemplar no nos son desconocidas, afortunadamente en trabajos como los de Victoria Combalia y de otras personas que, como ella, nos han ayudado a recuperar la memoria artística de muchas mujeres. Y que en algún caso alguna retrospectiva han merecido. Pero cuesta imaginarse que hayan estado tanto tiempo en el limbo de la historia. Y sobre todo que no se hubiera hecho una exposición de estas características, donde podemos contemplar un conjunto de obras de artistas tan diversas pero tan significativas vez.
Ángeles Santos: Ánima que huye de un sueño.
El recorrido donde hay obras inéditas, hasta ahora, es apasionado y apasionante. Sí, Frida Kahlo sorprende y cautiva siempre, encontramos tres dibujos inéditos y nunca vistos aquí. Uno de ellos y por su excepcionalidad se muestra dentro de una urna de vidrio. Su título explícito, como siempre: Autorretrato como genitales (1944).
De Maruja Mallo: Caras y atletas (c.1945). De Remedios Varo: Mujer o el espíritu de la noche (1952). Y la del Ángeles Santos: Alma que huye de un sueño (1920)…
En el recorrido sin embargo se destaca un texto de Leonora Carrington que dice: “Si todas las mujeres del mundo decidiéramos controlar la población, si decidiéramos rechazar las guerras y la discriminación por razón de Sexo o Raza, y forzaran así los hombres a permitir que la vida prospere en este planeta, sería seguro un milagro”.
¿Quién no suscribe hoy estas palabras? ¿Y estas imágenes?
Y un libro:
Musas, mecenas y amantes. Mujeres en torno al surrealismo. Victoria Combalia. Editorial Elba. Barcelona, 2016.
Como liga extraordinariamente bien con esta exposición, creo de interés remarcar algunos pequeños apuntes de este libro, los más recientes de Victoria Combalia sobre la presencia de las mujeres en los ámbitos artísticos. Si en la exposición destacamos la de las mujeres artistas, en el libro la crítica de arte e historiadora remarca el papel de unas mujeres excepcionales como musas, (característica que reivindica), mecenas y amantes de destacados artistas.
Tanto en una como en otra faceta, mujeres como Valentine Hugo, Nancy Cunard, Peggy Guggenheim, Kiki de Montparnasse, Marie-Laure de Noailles o Joyce Mansour influyeron, ya no solo por su propia actividad artística, sino que también por la influencia que tuvieron y jugaron en figuras líderes en el campo de la creación artística.
Sólo a modo de resumen, de Valentine Hugo (1887-1968) podemos destacar que tan fue admirada por vanguardistas musicales de principios del Siglo XX como por entusiastas del surrealismo. Nancy Cunard (1896-1965), una rica heredera inglesa, fue autora de poemas, activista política de izquierdas, defensora de los derechos de los negros, editora y periodista.
Peggy Guggenheim (1898-1979), ¿quién no ha visitado sus museos en Nueva York o Venecia, alguna vez? Rica, famosa, coleccionista a la que le gustaba la buena vida, ha sido sin duda la persona que supo, según remarca Combalia, crear unos nuevos aires en el arte moderno norteamericano del Siglo XX. Mantuvo artistas, como André Breton durante su exilio en Estados Unidos, y descubrió a Jackson Pollack.
Kiki de Mointparnasse (Alice Prin) 1901-53), no sólo debe su fama a la fotografía de Man Ray (su amante) “El violín de Ingress” publicada en la revista “Littérature” en 1924 que la inmortalizó, según explica la autora del libro. Se la recuerda como señala, como modelo, pero también fue cantante en los cabarets de los años veinte.
Marie-Laure de Noailles (1902-1970), viscomtessa, fue una mujer de una amplia y extensa cultura, ejerció de mecenas y, según narra Combalia, en España fue conocida como la amante del pintor canario Óscar Domínguez y como mecenas del cineasta aragonés Buñuel.
Joyce Mansour (1928-1986) destacó en el campo de la poesía, poeta surrealista según Combalia, famosa por la crudeza y la violencia de sus poemas ya la vez madre de familia con una vida social muy intensa. La amistad era el motor de su vida, continúa diciendo Combalia, y el hecho de que aparezca en las páginas de este libro, dice, es: “porque mantuvo una amistad profunda con André Breton. Una amistad que, como señala, los franceses la llaman “une Amitié amoureuse”. Según la autora de este interesante y recomendable libro, Mansour y Breton se veían cada día en el período comprendido entre 1956 y 1966, año de la muerte de André Breton.
En la contraportada del libro leemos: “El relato de las vidas de estas mujeres, apasionadas y apasionantes, que aspiraban a ser obras de arte en sí mismas, nos transporta a un mundo insólito cuyo epicentro era la creación artística”.