La población de la Cataluña rural se ha masculinizado y envejecido de forma alarmante como consecuencia de la emigración de los más jóvenes que buscan trabajo y oportunidades en zonas urbanas. Aproximadamente un 50% de estos jóvenes son estudiantes universitarios que abandonan sus hogares para formarse y no vuelven por falta de oportunidades a su región.
Entre ellos destaca la problemática de la mujer con estudios superiores que en algunas comarcas es del 80% de paro.
Para combatir esta despoblación y fomentar el retorno y la inserción laboral de jóvenes en el medio rural, se ha desarrollado el programa ODISSEU – recientemente presentado a los medios de comunicación -, iniciativa conjunta de la Asociación de Iniciativas Rurales de Cataluña (ARCA) y de la Fundación del Mundo Rural, que ha sido impulsada por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural. (Esta información puede consultarse ampliamente Aquí i Aquí.
El paro crece entre las mujeres universitarias.
Las cifras de ocupación y paro varían según las comarcas y el género de sus jóvenes. En la Valle de Aran y el Pallars Sobirà los parados menores de 35 años suponen más del 40%. El Ripollés, en cambio, es la comarca que menos paro juvenil tiene entre sus parados, un 31%. El porcentaje de ocupación femenina (casi el 46 % en el conjunto de las comarcas rurales) cada vez se acerca más a valores paritarios, pero todavía hay una clara diferencia según territorios. Entre las comarcas con una mayor incidencia de paro femenino destacan el Solsonés, el Pallars Sobirà y el Alt Penedès, que superan el 48% de chicas entre el total de parados jóvenes.
Por regla general el nivel de estudios de las chicas jóvenes paradas es superior al de los chicos. Del conjunto de estudiantes de comarcas rurales, un 60% son chicas. En las comarcas de las Garrigues y la Terra Alta, las chicas suponen más del 80% de los jóvenes parados con estudios superiores.
Posiblemente estas cifras de paro se correspondan con los estudios elegidos y las posibilidades de trabajo. Así, vemos que el 79% de las jóvenes que se matriculan en la Universitat de Barcelona lo hacen en Medicina. Así mismo, de las inscritas en comarcas rurales un 88% cursa enfermería y también hay mayoría de mujeres entre el alumnado de Educación Social. Por el contrario, en ingeniería técnica agrícola el 56% del total son chicos y la incidencia más baja de chicas está en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Diversidad territorial
El estudio analiza en profundidad la diversidad territorial de Cataluña, especialmente en 5 comarcas: Alta Ribagorça, Noguera, Ribera de Ebro, Ripollés y Solsonès. Todas ellas concentran su actividad económica en diferentes áreas, ignorando que existen otras que tendrían que potenciar. También analiza la población de cada zona y sus necesidades, ofreciendo soluciones y recomendaciones. De todo esto hemos conversado con Anna Vilaseca y Eduard Taladrado, redactores del proyecto, del área de Sociología de la Fundación del Mundo Rural:
– ¿Según el estudio cómo es el territorio y qué son los nuevos yacimientos de ocupación? Cuáles son las propuestas estratégicas?
Nosotros nos hemos basado en el corpus teórico de los nuevos yacimientos de ocupación y los sectores emergentes, seguramente puede haber otros. Esta teoría se desarrolló en trabajos anteriores de la FMR del DRUAB ( Grupo de Investigación del desarrollo Rural de la UAB), que los adaptó al escenario rural y los cruzó con los focos de investigación y ocupación, obteniendo 17 ámbitos con potencial, que van desde la cura a la población, pasando por la elaboración y la comercialización de productos agroalimentarios, los transportes y la comunicación, la gestión de las nuevas energías y el agua, o la gobernación.
Los nuevos yacimientos de ocupación, no son un concepto nuevo, la Comunitat Europea los definió ya al 1993 (“Crecimiento, competitividad y ocupación. Retos e indicaciones para entrar al siglo XXI” CE 1993), y hacen referencia a desarrollar una economía mucho más orientada a la ocupación que al crecimiento. Las iniciativas que se desprenden, en general encuentran su marco idóneo en actividades que cubren necesidades sociales sin respuesta por parte de la oferta; actúan en mercados incompletos y de carácter de prestación local, y normalmente lo hacen en forma de microempresas, autoempleo, o iniciativas colectivas). Además, tienen un fuerte componente femenino. Sin embargo, también tienen muchos handicaps, amplificados en momentos como el actual, como una fuerte dependencia sector público y la dificultad para conseguir financiación ajena privada o los requerimientos de capacitación técnica. Se han hecho propuestas para cada uno de los territorios estudiados, a partir de esta teoría y del feedback de los agentes significativos de los territorios, en función de sus puntos fuertes con má potencialidad de desarrollo.
El envejecimiento de la población y el despoblamiento constante del mundo rural son un gran problema. ¿Podría cuantificarme en cifras la migración de jóvenes a zonas urbanas –la mayoría no vuelven- para estudiar en la Universidad?
Según los datos de la estadística de variaciones residenciales 2000-2009 del padrón municipal de habitantes en Cataluña, los emigrantes – no sólo los que van a la universidad, sino todos- hacia municipios urbanos ( mes de 10.000 habitantes,) , en este periodo fue de 154.773 jóvenes, el 50% de los emigrantes totales y el 8,2% de la población total, con casi paridad entre chicos y chicas. Hablamos de tendencias que se tendrían que poder revertir facilitando el regreso del capital humano formato a las zonas rurales de origen, para trabajar o iniciar actividades empresariales de valor añadido y que tengan un impacto en el bienestar de la población rural en general.
– ¿Lo que estudian los y las jóvenes y lo que se necesita en su territorio coincide? ¿Cuáles son sus recomendaciones?
En general, los proyectos de desarrollo económico de las zonas rurales no tienen bastante en cuenta el papel que tiene que jugar su juventud, y bien es verdad que las corresponde un lugar muy destacado. Antes que nada, hay dos premisas indispensables: el territorio tiene que saber “qué tiene” y “ningún dónde quiere ir”. Este planteamiento, que tendría que ser consensuado, nos permitirá ver como encajan los y las jóvenes e iniciar acciones que fomenten el acercamiento. Por otro lado, el regreso de los y las jóvenes en los territorios rurales tendría que ser una acción estratégica de gobierno.
Nosotros proponemos un modelo que básicamente el que se crean puentes de comunicación y concertación; por un lado, entre el mundo universitario y el tejido empresarial rural, y de la otra entre el contexto macro (Gobierno de la Generalitat y representantes empresariales o agentes sociales) y el escenario micro (administración local, tejido empresarial o asociaciones de empresarios). Creemos que estos sueño los dos frentes prioritarios a abordar.
– ¿Finalmente, cree que hay que poner de moda el hecho de “ser rural”?
No creo que se tenga que poner de moda “ser rural”, pues las modas suelen ser demasiado volátiles… Hay que poner en valor los atributos positivos de ser, vivir y trabajar en el mundo rural, de forma perdurable, fomentar una identidad positiva que generará apoderamiento, y dejar y hacer dejar definitivamente atrás la idea que asociaba “rural” a “atrasado”. Por eso, hay que dejar claro a todos los niveles y sobre todo a los medios de comunicación, la contribución del mundo rural, el sector agrario y sus empresarios y profesionales, a la riqueza y desarrollo del país.