lunes 14 octubre 2024

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Nadia Llorens y la apuesta por la justicia social global

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  Nadia Llorens

“Una política crucial que beneficia a la humanidad no puede ser recortada. El gobierno tiene que asumir los compromisos adquiridos. No es necesario que España sea el país que más financia en temas de Sida o de Infancia, lo importante es que esa financiación tenga sentido común”.

 

Según el informe Aidwatch2014 realizado en base a un análisis exhaustivo de la ayuda oficial al desarrollo por parte de la CONCORD (red de ONGD europeas) el permanente incumplimiento en materia de cooperación para el desarrollo está debilitando la credibilidad de España y Europa. El informe destaca que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total de la UE, en 2013, se quedó en un 0,43% de la Renta Nacional Bruta (RNB); muy lejos de alcanzar el compromiso del 0,7%. En el caso de España, las cifras oficiales hablan de un 0,16% de la RNB, pero si se resta de la AOD inflada artificialmente, se dedica apenas el 0,14% de la RNB a la política de cooperación para el desarrollo. A nivel de Europa solo cuatro países europeos alcanzan o superan el 0,7%: Dinamarca (0,80%), Gran Bretaña (0,72%), Luxemburgo (1%) y Suecia (0,90%). Sin duda, una realidad desafiante para el sector de la ayuda al desarrollo, específicamente para el tercer sector en España, que ha sido impactado por la crisis económica.

La Independent dialogó con Nadia Llorens Diaz, especialista en organizaciones internacionales y desarrollo internacional, con más de diez años de experiencia acumulada en el ámbito humanitario y en el de cooperación internacional. Llorens nos compartió su mirada y análisis frente a este contexto.

 

Nadia como experta en cooperación internacional vemos que tienes dos miradas, desde tu experiencia en la ayuda humanitaria y desde la cooperación para el desarrollo. ¿Cómo valoras la mirada que ha tenido la cooperación española hacia las realidades de los países en desarrollo? ¿Crees que es una mirada reduccionista, eurocéntrica, o más bien una mirada más abierta hacia la justicia global?

Ha habido un esfuerzo tanto por parte de los organismos públicos como el gremio de las ONGDs, de intentar ver la realidad de los países con un IDH medio y bajo desde una perspectiva más o menos integral y global, con el fin de entender la cooperación como una cuestión de justicia social, a pesar de que la cooperación española es una de las más jóvenes de Europa. Es evidente que hay muchísimos países que llevan años de delantera a España apoyando la cooperación internacional e iniciativas de carácter humanitario, a través no sólo de buenas intenciones, sino a través de compromisos claros y rotundos cuyas actividades se han visto materializadas en sus presupuestos. También es cierto que dicho compromiso suele venir de la mano de un tercer sector más fuerte: más cohesionado, profesionalizado, visible y que involucra a la sociedad civil de otra forma. Es decir, no sólo queriendo extraerla sino sumándola a este cambio. Muchas veces, podemos decir que aquellos países que consiguen estos objetivos también cuentan con una sólida gobernabilidad, una sociedad civil más fuerte y unas prácticas de transparencia consolidadas. Sin embargo, se puede observar que en España, cada vez más, existe una demanda por parte de la sociedad civil no sólo en pedir justicia aquí, en nuestro país, sino de exigir justicia en los países donde trabaja la cooperación española. Esta es una realidad que ha impregnado la cooperación y va en aumento, a la cual han contribuido los medios de comunicación y las tecnologías de la información.

Desafortunadamente los temas humanitarios y de cooperación al desarrollo no están en las agendas del día a día de los gobiernos. En el caso de España hubo valiosos esfuerzos en términos económicos para apostar por el cambio social, desde la creación de una agencia especifica para la cooperación española (AECID) así como todo el trabajo que se hizo a su alrededor creando planes directores de cooperación, intentando propiciar una mejora de la coherencia de las políticas, la eficacia y la evaluación, todas sumando hacia el esfuerzo de la erradicación de la pobreza en los países en desarrollo. Y aunque la crisis actual está derrumbando esta realidad, creo que estos esfuerzos y el trabajo bien hecho dejan una base para retomar el trabajo. Desde hace 10 años ha cambiado mucho la forma de entender, comprender y dar visibilidad a otras realidades y de apostar por una justicia social global.

 

Ya que haces referencia al contexto de crisis en España, Oxfam Intermón en su informe “La Realidad de la Ayuda 2013”, señaló que el país ha recortado hasta un 70% la partida de ayuda internacional. Esta es una evidencia sin precedentes que, según ha indicado la organización, deja desatendidas a millones de personas. ¿Cómo valoras esta reducción?

España es un país muy  joven a nivel democrático. En los años 80s recién comenzó a tener una democracia real. Y en este proceso, montar una arquitectura basada en la cooperación al desarrollo no fue tan sencillo. En España se creó una Agencia de cooperación al Desarrollo con sus respectivas normas y leyes a finales de los 80s. Y desde los 90s la cooperación empezó a implementarse de manera paulatina y tímida hasta que de forma vertiginosa y por intereses de nuestros gobiernos de querer aparecer en la foto del club de los grandes en el escenario internacional hubo una inyección considerable de dinero “invertido” en distintos fondos y programas, pero, ¿estábamos preparado para ello? ¿Cuánto sostenible era ello? El problema es que esto nos hizo creer que el Gobierno de España quería realmente apostar por la cooperación al desarrollo, pero tras la crisis vimos que era tan sólo una ilusión, y que España es una montaña rusa en muchos aspectos incluidos el de la cooperación al desarrollo internacional siendo incapaz de mantener firmes sus compromisos.

La arquitectura de la cooperación Española está volviendo a cambiar: menos compromiso, menor inversión, menor visibilidad de lo que pasa fuera de nuestras fronteras y unos criterios muchas veces algo clientelares.

 

¿Dónde están las prioridades entonces? Sabemos que los organismos que promueven la AOD se han marcado una agenda a nivel de países prioritarios. India, por ejemplo, para la cooperación internacional no es un país prioritario debido a sus índices macroeconómicos. Y sin embargo, la India que tiene unos índices de pobreza muy altos, así como violación a los derechos humanos. ¿Cómo hacer comprender a las entidades públicas de cooperación y a los estados donantes que es necesario continuar comprometiendo la financiación en estos países?

El hecho de encasillar a los países por el comportamiento de sus economías es un dato que no puede estar más lejos de la realidad y provoca una miopía enorme. En el caso de India, es injusto que los datos económicos indiquen que no es un país pobre, cuándo el mismo PNUD lo encasilla como un país de renta media tirando a baja. La transformación de un país no viene porqué esté dentro de un club o de otro sino en función del termómetro social, indicadores de educación, salud, género indican la temperatura del país. Las economías son cíclicas, se aceleran o se  desacelera. Últimamente hemos podido ver como la economía de algunos de los países BRIC se han visto ralentizadas, por ejemplo el caso de Brasil y lo mismo sufrimos en la India el año pasado antes de las elecciones que dieron la victoria al ahora Presidente Modi.

La India es uno de los países con mayores desigualdades del mundo por metro cuadrado, más del 40% de la población no tienen electricidad, agua potable, ni saneamiento sin sumar otros derechos básicos primarios totalmente ausentes o deficientes como la educación o la sanidad.

En la India, como en tantos otros países del mundo, el gran acento se tiene que poner en los principales problemas que carecen sus sociedades, las necesidades reales que tienen sus poblaciones, especialmente aquellos segmentos considerados muy pobres pues viven incluso debajo del umbral de la pobreza y situación de alta vulnerabilidad como las mujeres. India necesita un crecimiento sostenible. El desarrollo tiene que ser visto y entendido como la libre expansión de las necesidades básicas de las personas.  Como una política crucial que beneficia a la humanidad.

 

¿Consideras que hay posibilidades de que la cooperación internacional de un giro en este sentido? o crees que hay un interés que va mucho más allá de la cooperación internacional en sí misma, y que tiene relación cada vez más con intereses e inversiones económicas.

Sólo hacer falta hacer un análisis de los países miembros del CAD para darse cuenta que la arquitectura de la cooperación internacional está cambiando y es evidente que la crisis ha “facilitado” dicho cambio, cambios que van en la línea de reducir la AOD. NO obstante también hay que añadir que de la misma forma que el mundo es cambiante la AOD también lo es. Cada vez hay más y distintos actores participando, las reglas de juego también están cambiando así como las prioridades.

Un ejemplo es la cooperación Sur – Sur cuyos socios y reglas de juego son distintas de las que se establecieron en la Declaración de Paris o en Accra. China es un ejemplo claro, que actualmente está apostando por la cooperación con países africanos. No podemos negar que su política de cooperación es una política de intereses, por ello existe un cambio en las reglas de juego, menos trasparentes muchas veces y sin seguir los pilares que se asentaron. Sin embargo, el sector cuenta con una base sólida que viene desde los años 50, como resultado del trabajo y de la voluntad de muchos actores para trabajar de forma más eficiente y eficaz. Si bien es cierto que no podemos negar que el interés económico prima hoy más que nunca, nuestros pilares se basan en  unos criterios que pueden asegurar no sólo eficacia, sino también transparencia.

 

Eres optimista…

Creo que hay que relativizar a pesar del declive en el que estamos sumergidos. El cambio no siempre tiene que ser negativo. El hecho que cada vez hayan más actores involucrados tampoco tiene que ser malo siempre y menos cuando hay un respeto por el trabajo que se hace y en seguir contando con el trabajo y expertise del sector. Cada vez más en muchos países nos encontramos con las Public Private Partnership, el hecho que otros agentes también quieran contribuir no tiene que ser malo de por sí, lo que ocurre es que muchas veces esto precisa de un tiempo para que todos los actores se acostumbren entre ellos.

 

Hacías referencia a los derechos humanos de las mujeres de la India. Durante el mes de noviembre pasado se realizó el Foro ONG Beijing+20, alternativo al de los estados, para dar cuenta cómo había avanzado la plataforma de Beijing con sus doce esferas a favor de los derechos humanos de las mujeres en las políticas de desarrollo, y su exigencia hacia los estados ha sido mayor inversión en los derechos sexuales y reproductivos y en colocar en la Agenda del Desarrollo post 2015 con más énfasis el avance en la igualdad entre hombres y mujeres. ¿Qué opinión tienes al respecto?

Muchas veces tendemos a la generalización. Creo que es difícil estandarizar una misma lectura para todos los países. Habrá países que han hecho sus avances y habrá otros países que aún no. Todos los puntos que se recoge en la Plataforma de Beijing son un reto. No obstante y en mi opinión el mero hecho que se tenga que elaborar una declaración, y una comisión exclusiva para las mujeres evidencia de un problema real. No hay plataformas o comisiones exclusivas para los hombres, pero sí para las mujeres. Y es que en la actualidad continuamos siendo el sector de población con mayor vulnerabilidad, más discriminado y más invisibilizado a nivel mundial.

En mi opinión es positivo que muchos organismos internacionales hayan creado agencias para los derechos de las mujeres, porque ayuda a visibilizar los problemas, las desigualdades y abusos que impactan en la vida de las mujeres en todo el planeta, no sólo en países en de IDH medio o bajo. El hecho que Organizacines como la ONU se democraticen y acerquen más a los problemas es un punto muy importante. Por ejemplo, en la Asamblea General de la ONU de 2014, se dejó un espacio para promocionar una campaña de género, lo que más interesante me pareció es que no sólo se refería a la discriminación de las mujeres en países que tienen el IDH bajo, sino que se refería a las desigualdades de género que hay en todo el mundo, aquí en Barcelona, o en cualquier rincón el planeta, donde las desigualdades son siempre enormes, a pesar de la existencia de marcos legislativos favorables a los derechos de las mujeres (en los países de renta alta), por tanto el desafío para los derechos de las mujeres lo tenemos no sólo en los países en desarrollo, sino también en los nuestros.

 

Desde tu experiencia en este sector, cuáles son los retos fundamentales que tiene la cooperación española, tanto los organismos públicos, privados como las ONG.

El reconocimiento por parte de los Gobiernos que la cooperación al desarrollo también es una política pública. El gobierno ha de asumir los compromisos adquiridos. No hace falta que España sea el país que más done en SIDA o en Infancia, pero es importante que tenga un poco más de sentido común, que sea más equilibrada y más sostenible, y con un análisis real de sus prioridades con sus capacidades, porque se trata de personas y su dignidad.

En cuanto a las ONG, me parece que tenemos que hacer autocrítica. Pues durante la bonanza económica hubo un crecimiento espectacular, y las crisis nos ha demostrado que quizás muchas de ellas a pesar del buen trabajo que han realizado algunas de ellas, muchas no han sido sostenibles. La auditorías y la transparencia puso en evidencia esta realidad que estuvo oculta durante mucho tiempo. Ahora el reto de las ONG es consolidar su experiencia, su credibilidad y fomentar la rendición de cuentas. Se ha de planificar con seriedad y transparencia, siendo realistas de las capacidades humanas, técnicas y económicas con las que contamos, sin perder nuestra apuesta por la justicia social y el bienestar humano.

 

¿Qué destacarías de tu experiencia de trabajo en cooperación al desarrollo?

Ver otras formas de entender la vida en otras culturas te enriquece como persona, y a la vez hace que tengas una mirada distinta a la vida.

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