jueves 07 noviembre 2024

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Laila Vila: Acceso a la educación para mujeres, derecho pendiente en Marruecos

Laia Vila 1

Laia Vila

La Delegada de Novact en el Magreb asegura que Marruecos es uno de los países donde más exagerada es la desigualdad de género, donde, además, la participación política de las mujeres es muy baja.

 

Sólo un diez por ciento de los cargos políticos los ocupan mujeres. Mujeres como las diputadas Naima Ben Yahia y Fátima Gouiama, que han venido a Cataluña invitadas por las organizaciones NOVACT y SUDS en el marco de su proyecto ‘Venus. Reforzando la participación de la mujer en la política y la educación en Marruecos”, afirma Laia Vila, responsable de la Delegación de Novact en el Magreb y a quien entrevistamos.

 

Laia Vila

Laia Vila (izquierda), con las parlamentarias de Marruecos Naima Ben Yahia y Fatima Gouiama, en una reunió en el Institut Català de les Dones

 

La desigualdad de género es muy grande en Marruecos. ¿Qué datos destacarías para constatarlo?

Marruecos se encuentra en el puesto 154 en el índice Gender Gap, que mide anualmente la posición de la mujer en los diferentes países del mundo. El principal problema que tiene Marruecos vinculado a la defensa de los derechos humanos de las mujeres es el acceso a la educación. Hay un alto porcentaje de analfabetismo a nivel global en el país, situado en el 35%, más o menos. Si hablamos de las mujeres a nivel rural puede llegar, en algunos pueblos, hasta el 98%.

La segunda causa de discriminación de las mujeres viene ligada a la dificultad de acceso al mercado de trabajo, lo que limita mucho su capacidad de desarrollarse y ser autónomas. Un tercer nivel de discriminación de la mujer está vinculado con la ley, porque, a pesar de que la Constitución garantiza la igualdad entre hombres y mujeres, encontramos leyes, como la que regula la herencia, donde esta igualdad no se traduce en una realidad concreta.

Y el cuarto nivel de desigualdad es la participación política. Sólo el 17% de los parlamentarios son mujeres. No sólo eso. El sistema de cuotas que existe para garantizar la incorporación de mujeres y jóvenes al Parlamento y a las instituciones públicas es discriminatorio porque las cuotas para jóvenes sólo están consideradas para hombres jóvenes. Se invalida la posibilidad de incorporar más mujeres a través de la lista de jóvenes.

 

Parlamentarias como Naima Ben Yahia o Fátima Gouiama no lo tienen precisamente fácil, por lo tanto.

Naima es la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género que se ha creado recientemente en el Parlamento de Marruecos y Fátima es la secretaria. Naima forma parte de la oposición y Fátima, del grupo del Gobierno. Es una Comisión interparlamentaria y, por tanto, están presentes todos los grupos políticos. Su trabajo es intentar hacer avanzar la participación política de las mujeres.

¿Cómo lo hacen? En octubre hay elecciones legislativas en Marruecos y están en plena campaña de incidencia política para hacer cambiar algunas medidas del reglamento que rige las elecciones. Una de estas medidas es que ahora las mujeres sólo pueden estar un mandato en el Parlamento mientras que los hombres pueden repetir. Las listas nacionales que funcionan por cuotas de mujeres y jóvenes impide que las mujeres puedan repetir. Una segunda medida es que la lista de jóvenes también incluya mujeres. La cuestión más importante que quieren cambiar es que la cuota de mujeres suba del 17% actual al 30%.

Si todo esto sucediera habría un Parlamento mucho más feminizado y se garantizaría una mayor participación política de las mujeres.

 

Tal y como están las leyes actuales, pues, Naima Ben Yahia y Fátima Gouiama, no podrían ser diputadas en el próximo Parlamento de Marruecos.

Ahora mismo están moviéndose en el ministerio del Interior, en otros ministerios, con los líderes de sus partidos, para modificar estas leyes y están confiadas en que podrán repetir en la próxima legislatura.

 

El Parlamento marroquí acaba de aprobar una Ley contra la Violencia hacia las Mujeres, pero su texto ha sido criticado desde el sector feminista.

Este Parlamento ha aprobado recientemente dos leyes que afectan directamente a los derechos humanos de las mujeres. La primera es la Ley del Trabajo Doméstico. Aquí hay un gran problema porque, en Marruecos, las trabajadoras domésticas viven, en muchos casos, en la casa de las personas para las que trabajan. Esta ley se veía como una gran oportunidad para eliminar el trabajo y la explotación de niñas pero no ha acabado de funcionar plenamente porque se ha fijado la edad legal mínima en los 16 años y los grupos de la oposición querían subirla hasta los 18 sexuales para evitar situaciones de violencia y acoso sexual. Hay que tener en cuenta que si estas chicas pierden el trabajo pierden también la casa donde están viviendo y eso las hace muy vulnerables.

También se ha aprobado con una cierta controversia la Ley contra la violencia hacia las mujeres. Cuando entras en el articulado de la ley te encuentras con que se refiere a cualquier tipo de violencia, contra los niños, contra los abuelos,… No es exactamente una ley contra la violencia de género.

 

¿En qué consiste vuestro proyecto ‘Venus. Reforzando la participación de la mujer en la política y la educación en Marruecos’?

Este proyecto parte de la premisa de que el principal foco de desigualdad no es sólo la participación política de las mujeres sino también el acceso a la educación. Esta es una de las causas subyacentes del desigual desarrollo de las mujeres y de su limitada participación práctica en el ámbito político.

Constatamos esta vinculación entre el acceso desigual a la educación y el bajo ejercicio de la participación política y estamos elaborando un estudio para mostrarlo. También estamos capacitando a mujeres miembros de partidos políticos con el objetivo de que puedan acceder al Parlamento, que estén formadas en liderazgo, se animen a tomar la palabra, sepan gestionar conflictos,…

Este programa de refuerzo de capacidades incluye visitas como la que han hecho Naima Ben Yahia y Fátima Gouiama a las instituciones públicas catalanas.

Ahora iniciamos un tercer componente del proyecto que consiste en la incidencia política para apoyar la propuesta de cambios de reglamento que impulsan Naima y Fátima con el objetivo de asegurar que el nuevo Parlamento de Marruecos sea más igualitario entre hombres y mujeres.

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Drina Ergueta

Periodista y antropóloga. Comunicación y feminismo son sus temas predilectos desde hace más de una década. Articulista en medios bolivianos y portales feministas de España/México.
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