miércoles 01 mayo 2024

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¿Década perdida para las feministas en Latinoamérica?

 

GinaVargas JoseAntonioGalloso Blogger

Foto JoseAntonioGalloso_Blogger

 

Hay ‘un retroceso y una arremetida muy peligrosa’ en el cambio de ciclo político conservador en Latinoamérica, indicaba la socióloga y feminista peruana Virginia Vargas en Barcelona. Pero la pregunta es ¿se beneficiaron realmente las mujeres cuando gobernaron más de una década los gobiernos progresistas o de izquierdas en esa región? La respuesta parece que es no.

 

 

Así lo expresaba Virginia Vargas,  cofundadora también del Centro de la Mujer Peruana  Flora Tristánen la presentación del libro: Rescatar la esperanza. Más allá del neoliberalismo y el progresismo. En el acto, realizado en el espacio ‘Contrabandos’, participaron otros de los autores: el profesor Joan Martínez Alier y  el antropólogo Arturo Escobar. La presentación corrió a cargo de Montse Benito de la ONG Entrepueblos, editora del libro. Aquí, sin embargo, solo se abordarán las políticas con respecto a los derechos de las mujeres.

 

 

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 Gina Vargas y Montse Benito en la presentación de Barcelona. Foto Lídia Vilalta

 

Procesos de re-patriarcalización

Para la reconocida socióloga feminista, hubo ‘heterogeneidad’ en la oleada progresista de gobiernos: “algunos confrontaron, inicialmente y en algunas dimensiones, el modelo neoliberal (Venezuela, Bolivia, Ecuador), otros fueron más complacientes (Brasil, Chile), uno más democrático y desarrollado (Uruguay) y otro con riesgos de autoritarismo (Paraguay)”.

Vargas visibilizó, sin embargo, unas ‘constantes’ en los procesos de re-patriarcalización de los supuestos gobiernos ‘progresistas’ de América Latina. Son los “muros con los que siempre topamos las mujeres: Derechos sexuales y reproductivos (DSR), diversidad sexual, paridad y laicidad”, afirmó. Su presentación coincide con el análisis que ella efectúa en el libro, en su capítulo Los feminismos en el laberinto de las izquierdas gobernantes en América Latina. Reflexiones inacabadas.

 

‘Izquierda, ¿con respecto a qué?’

La uruguaya Lilian CelibertiCoordinadora de la Articulación Feminista Marcosuropina en el libro que, precisamente esa ‘heterogeneidad de los gobiernos’ o ‘campo genérico de la izquierda’ ha sido uno de los ‘problemas para el debate político’. Porque había que confrontar las “prácticas dictatoriales” de Daniel Ortega  en Nicaragua, con “la beligerancia del socialismo” de Venezuela, “las propuestas descolonizadoras” de Bolivia, o “los avances en derechos” en Uruguay.  

Celiberti, que es también Coordinadora del Centro de Comunicación Virginia Wolf –Cotidiano Mujercoincide con el diagnóstico de Vargas al afirmar que, en la actualidad, “el aborto y la autonomía reproductiva de las mujeres, la diversidad sexual” y los conflictos por “la justicia ambiental, social, racial y de género”, aunque también “el uso y la gestión de los recursos naturales”, son las dificultades que “dividen o desafían a las izquierdas latinoamericanas” en el gobierno. Su capítulo se llama precisamente: Izquierda, ¿con respecto a qué?. 

 

 

LilianCeliberti ujccuritiba.blogspot.com

Lilian Celiberti. Foto_ujccuritiba.blogspot.com

 

Rafael Correa, suspenso total en género

Para ambas expertas, Rafael Correa, ahora ya expresidente de Ecuador, es el que suspende, y de largo, respecto a las políticas públicas de género, además de su personal y abierta actitud machista. “Hay retrocesos en el Programa de salud sexual y reproductiva, prevención del sida, educación sexual… Ha desaparecido la institucionalidad de género, que ha sido reemplazado por una oficina a cargo el Opus Dei” indica Vargas, además de resaltar diversos de sus posicionamientos personales.

En 2011, por ejemplo, Correa evidenció las “políticas patriarcales en sus discursos moralistas, confesionales y misóginos”: las “agendas abortistas, matrimonio gay, feminismo extremo, esos no son valores del pueblo ecuatoriano” llegó a declarar. En 2013 utilizó la misma terminología que los conservadores y las iglesias han esgrimido en Colombia frente al Acuerdo de Paz, al afirmar “creo que esta ideología de género, estas novelerías, destruyen la familia convencional”. Y para prevenir el embarazo de las jóvenes, Correa proponía oficialmente “la abstinencia antes del matrimonio” e impulsaba políticas de “fortalecimiento de la familia”.

Lilian Celiberti señala, por su parte, que las parlamentarias del propio partido gobernante, Alianza País, “han sido duramente increpadas”. Y cuando Paola Pabón presentó una propuesta para despenalizar el aborto en caso de violación, aprovechando que se discutía el Código Penal, “Correa amenazó con dimitir y ordenó a su partido votar en contra” de la propuesta. Pabón, con las diputadas Gina Godoy y Soledad Buendía que la secundaron, fueron “sancionadas con 30 días de suspensión en sus labores legislativas y se les prohibió hablar públicamente del tema”. 

 

Bolivia, violencia machista e institucional

En cuanto a Bolivia, la socióloga peruana indica que la Constitución introdujo “contenidos feministas: paridad y alternancia, equidad de género, orientación sexual, idioma, religión, ideología, filiación política, embarazo, nacionalidad y no violencia hacia la mujer en todas sus formas y reconocimiento del valor del trabajo doméstico”… Es decir, que se ha avanzado en las cuotas de paridad, sin embargo, “Bolivia es el país con más violencia machista de América Latina: la nueva Ley ha permitido aumentar las denuncias, pero no disuadir a los hombres de ser violentos”, lamenta.

Vargas recoge además en el libro análisis que demuestran que “la década económica dorada que ha vivido Bolivia con Evo Morales cojea en avances sociales, justicia, tráfico de influencias, violencia machista”…. Incluso “el presidente se ha visto afectado por pleitos con hijos e hijas no reconocidos que reflejan esa falta de responsabilidades paternales”. Y ella afirma que “estos incidentes dejan antecedentes nefastos sobre el uso y el mal uso de las leyes de acoso sexual y acoso político”.

La Ley de acoso político impulsado por las feministas bolivianas fue “una ganancia para toda la región”, sostiene (aunque tardó 11 años en aprobarse de 2001 a 2012) pero, en su propio país, ha significado que “la mayor presencia de mujeres en política provoca los intentos de los hombres políticos de expulsarlas de este espacio” y “arrebatarles un derecho adquirido” por las mujeres en Bolivia.

 

Gina Vargas wikipedia

Gina Vargas_Wikipedia

 

Bancada evangélica en Brasil contra las mujeres

Celiberti recuerda que las feministas brasileñas, pese a ser las impulsoras del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en Latinoamérica, son ignoradas y muchas veces criticadas por la ‘bancada evangélica’ que actúa contra los derechos de las mujeres, tanto en el Parlamento, como en los monopolizados, conservadores y racistas medios de comunicació  de Brasil.

La socióloga Vargas lo atribuye a “errores en los cálculos y negociaciones políticas” lo que desembocó en el golpe contra la presidenta Dilma Roussef en 2016. Ella entrevistó en 2013 a parlamentarias del Partido del Trabajo (PT) y explica que habían negociado tener algunas de las Comisiones de ‘mayor’ peso político y económico (Finanzas, Comercio…) pero dejaron en manos de la ‘bancada evangélica’ –que luego defenestró a Roussef- la Comisión de Derechos Humanos (DDHH). “Fue tal la arremetida contra los derechos de las mujeres”, afirma Vargas, que “las feministas del PT y sus aliadas, organizaron una Comisión de DDHH paralela, con voz en el Senado, para evitar su avance”.

Sobre el caso de Venezuela, Vargas encuentra ambivalencias: el presidente Hugo Chávez era un ‘feminista socialista convencido’ opina, pero no ha habido avances en el tema del aborto, ni la unión/matrimonio del mismo sexo. “Nicolás Maduro ha abierto el debate sobre el aborto pero en un escenario de confrontación política” nada propicio.

Celiberti recuerda por su parte que en 2007, en Nicaragua, “la pareja presidencial impulsó la penalización del aborto” incluso “el terapéutico, tras más de un siglo de vigencia”. Esa república centroamericana sigue siendo “uno de los cuatro países del mundo que no reconoce el derecho al aborto, ni siquiera en situaciones de riesgo de muerte de la madre”, afirma esa comunicadora.

En cuanto a El Salvador, resalta que “un amplio número de salvadoreñas que sufrieron  emergencias obstétricas durante el embarazo continúan siendo encarceladas bajo la sospecha de haber tenido un aborto inducido”, y después han sido “condenadas por cargos de homicidio”. En este sentido, recoge declaraciones de la militante y activista feminista Morena Herrera que señala que “uno de los primeros obstáculos para avanzar es esa posición ambigua y no responsable por parte de los estados”.

 

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Foto_feminismo-latam

 

Conflicto centrado en las políticas sobre la sexualidad

Mientras en otros períodos el “conflicto entre el Estado y la iglesia católica era por cuestión de tributos, propiedades de tierra o de régimen político”, en la actualidad, señala Lilian Celiberti, “está centrado en la sexualidad y el diseño de las políticas públicas (DSR, píldora del día después, métodos anticonceptivos) o en las formas de las familias y los derechos de homosexuales, lésbicos, travestis y transexuales”.

No se está ante una “diferencia de opiniones”, sino “ante el uso y el ejercicio” de “la hegemonía de la iglesia católica como tutelar de la moral pública” que, recuerda, la colonización le permitió. Y los sectores conservadores, continua analizando, “han dejado de lado la cuestión étnica y de clase y se han centrado en el asunto de género, las libertades sexuales y la anticoncepción”.  

De modo que, cuando en las sociedades ya existe una ‘cultura democrática más igualitaria’ sostiene la comunicadora Celiberti, “el territorio de control del ‘otro’ se desplaza entonces a los cuerpos. Y la sexualidad y la reproducción se convierten en los nuevos ejes de las estrategias discursivas” de esos grupos, afirma. (Lo vemos en Colombia, Brasil…).  

 

 

Es más fácil el matrimonio igualitario que el aborto

Por eso, afirma, ha sido “más fácil conquistar el matrimonio igualitario que el derecho a decidir interrumpir un embarazo”. Para Celiberti no se trata de “estar a favor o en contra”, sino que es el propio “concepto de libertad” el que ella reclama, porque “es el que pone límites a la acción de regulación e imposición de normas estatales punitivas en la vida de las personas… mas allá de lo que cada quien piense”. Para Celiberti “el estado debe habilitar y reconocer el proyecto autónomo que cada mujer quiere hacer de su cuerpo y su vida”.

También por eso, explica Celiberti,el derecho a decidir la interrupción del embarazo, ha sido siempre ‘un campo de conflicto’ en la relación de las feministas con los gobiernos y partidos de izquierda. Y esos ‘nuevos paisajes de conflicto’ se agregan a “los tradicionales de segregación: territorial, laboral, de género, de generación identitaria y de clase” mantiene.

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Foto Cotidiano Mujer

 

Regreso al modelo económico exportador primario

La socióloga peruana, pasa una pátina económica a sus reflexiones e indica que en principio, esos ‘gobiernos progresistas’ “confrontaron el neoliberalismo y la idea del ‘buen vivir” (incluso se incorporó en las Constituciones de Bolivia y Ecuador, señala), pero ahora están “formateándose” hacia una “lógica desarrollista y  extractivista” que regresa al modelo exportador primario (minería y agronegocios).

Eso supone para la cofundadora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán que “están distanciándose y debilitando a los movimientos sociales que los llevaron al poder: indígenas, ambientalistas, feministas y grupos de derechos humanos” y también se están “olvidando las agendas feministas”. Y ahí volvemos a los cuerpos femeninos, resalta, porque “los impactos del neo extractivismo afectan al ecosistema, a los territorios comunales y a la vida cotidiana” pero también “a los cuerpos de las mujeres por la violencia, trata, alcoholismo y prostitución” que se genera, sobre todo, en las zonas extractivistas.

De modo que “el Estado sigue siendo colonial, patriarcal, neoliberal”, y debería modificarse. Para ello, Virginia Vargas se hace distintas preguntas: a) ¿“cómo descolonizar esa mirada masculina que no se cuestiona (y) que pone al hombre como centro y medida de todas las cosas?” y b) ¿cómo armonizar diversas normativas en una sola noción de derechos, que sea referente de diversas cosmovisiones y tenga una mirada intercultural?. Porque “nohay des-patriarcalización si no hay descolonización “y porque las mujeres, afirma, “somos diversas, por clase, edad, raza y sexo”. 

 

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 Lilian Celiberti Foto Cotidiano Mujer

 

 

Subvertir lo íntimo y transformar las relaciones de poder

 

La coordinadora de la Articulación Feminista Marcosur le aplica un barniz ideológico y al final de su apartado expresa que “estamos en un cruce de caminos: por un lado, hay una mayor conciencia de derechos (con nuevas conflictividades) y por el otro, se hacen obvios los déficits teóricos e institucionales de la izquierda para construir nuevas orientaciones del cambio simbólico, cultural y  político”.

 

Y alerta que, precisamente  “esos son los cambios prioritarios de la derecha política y fundamentalista” para su ‘cruzada conservadora’. Así que Celiberti plantea que “se trata de construir hegemonía desde prácticas políticas que se dan en múltiples espacios” y  al propio tiempo, plantea realizar “acciones de subversión en lo íntimo, lo privado y lo público” para transformar la sociedad y las relaciones de poder. Eso sería para ella la izquierda.

Estos temas y otros, de seguro se tratarán en el 14 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (14EFLAC)  Diversas pero no dispersas’, que se realizará en Montevideo (Uruguay) del 23 al 25 de noviembre de este año 2017 y en el que ambas expertas participarán junto ponentes como Morena Herrera de El Salvador, la guatemalteca Ana Cofiño, la mexicana Daphne Cuevas, la dominicana Altagracia Balcacer y Line Bereiro de Paraguay, entre otras.

 

Los ejes propuestos para las Asambleas son 10: Cuerpos, subjetividad y derechos; Racismo y discriminación; Violencias urbanas: vivienda, movilidad; Desafíos y perspectivas de la economía feminista; Democracia, Estado Laico y fundamentalismo; Los nombres de los feminismos; Guerras y resistencias: expulsiones, tierra y territorio; Violencias de género. Ni una menos; Autocuidado, protección y buen vivir feminista; Autonomía y poder: dilemas y desafíos. También habrá actividades auto-gestionadas. El 14 Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) finalizará el día 25 con una marcha, que se unirá a la de las Mujeres de Negro y cuando ambas se unan se leerá un mensaje de Minou Tabarez Mirabal, hija y sobrina de las hermanas dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960.

 

 

 

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