El esqueleto de la mujer estaba en una tumba formada por tejas
Un equipo de investigadores liderados por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), entre ellos Nuria Armentano, de la Unidad de Antropología Biológica, ha encontrado los primeros restos antiguos de un teratoma ovárico calcificado en la pelvis del esqueleto de una mujer de la época romana. El hallazgo, realizado en la excavación de La Fogonussa (Lleida) confirma la presencia en la antigüedad de este tipo de tumores, muy difíciles de localizar en el estudio de restos antiguos. Dentro de la pequeña masa redonda se han hallado cuatro dientes y un pequeño trozo de hueso.
(Foto: International Journal of Paleopathology)
Los teratomas contienen restos de materia orgánica, como pelo, dientes, huesos y otros tejidos y suelen ser benignos. Es la primera vez que se hace referencia en la literatura científica de un teratoma ovárico en restos tan antiguos, como el encontrado en esta investigación, y ha sido publicada en el International Journal of Paleopathology.
El tumor encontrado es una formación redondeada incompleta de superficie rugosa, del mismo color y textura que los huesos, de unos 43mm de longitud y 44mm de diámetro. Se localizó en la parte derecha de la pelvis del esqueleto de una mujer de entre 30 y 40 años de edad, y de unos 1.600 años de antigüedad, procedente de la necrópolis romana del yacimiento arqueológico de La Fogonussa (Lleida). El estudio macroscópico y el escáner permitieron identificar en su interior cuatro dientes de morfología anómala, dos de ellos adheridas a la pared interna del tumor, y un pequeño fragmento de hueso.
Un hallazgo excepcional
“La calcificación y preservación de las paredes externas de este tumor son excepcionales, ya que lo normal en este tipo de restos es que se conserven sólo las estructuras internas y desaparezcan las externas, muy frágiles”, explica Assumpció Malgosa, coautora del estudio.
Pocas veces se han podido realizar diagnósticos similares en contextos arqueológicos, entre otros motivos por la dificultad de detallar con precisión su naturaleza, ya que pueden ser cálculos renales, fibromas, teratomas, restos de arterias, y un largo etcétera. Además, este tipo de tumores calcificados son difíciles de reconocer durante la excavación y se pueden confundir fácilmente con piedras.
Imágenes de los restos excavados. Se puede apreciar el tumor calcificado en el lado derecho de la pelvis.
(Foto: Iltirta Arqueologia)
Dos imágenes con vista macroscópica del teratoma ovárico, con dos dientes adheridos en su interior.
También se hallaron dos piezas dentales más y un pequeño fragmento de hueso. (Foto: Antropòlegs.lab)
Los teratomas son asintomáticos en el 60% de los casos; pero en ocasiones, cuando son voluminosos, provocan torsiones y problemas funcionales de los órganos cercanos por compresión. El embarazo parece favorecer algunas complicaciones de los teratomas, como dificultades en el momento del parto. Sin embargo, actualmente es difícil que lleguen a crecer, y menos aún a calcificar, porque se detectan muy pronto y se intervienen rápidamente.
Escavaciones en La Fogonussa, Lleida
En el caso de la mujer romana, los investigadores no descartan que el tumor le causara la muerte, aunque no lo pueden precisar. También cabe la posibilidad de que viviera con el tumor calcificado, sin más complicaciones, durante toda su vida.
El esqueleto analizado se recuperó en el año 2010 durante la excavación de 46 tumbas de La Fogonussa, en Lleida, y formaba parte de un total de 87 esqueletos. Estaba completo y bien conservado, enterrado en una tumba de tejas.
En este trabajo científico han participado investigadores de la Unidad de Antropología Biológica de la UAB, de Antropólogos. Lab, del Instituto de Medicina Legal de Cataluña, del Hospital Universitario Sagrado Corazón de Barcelona y de la empresa Iltirta Arqueología de Lleida.
Más información: “An ovarian teratoma of late Roman age”. Armentano, N. Subirana, M. Isidro A. Escala O. Malgosa A. International Journal of Paleopathology 2 (2012) 236-239.