Denunciar la ‘miopía europea’ sobre las resistencias ante la colonización, descubrir las historias que encubrieron ‘los organizadores del olvido’ de nuestra guerra civil, o desvelar las ‘estructuras hegemónicas’ que esconde el cine.
Son los enfoques de 3 cineastas que han explicado sus trabajos en Barcelona: Filipa César, Helena Taberna y Lucrecia Martel.
Una conferencia a partir de imágenes fragmentadas (Archivo Irrelevante), en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona) y la proyección con debate posterior de Spell Reel (2017) en la Filmoteca, muestran el trabajo de rescate que la artista y cineasta portuguesa, Filipa César, ha realizado con el archivo fílmico analógico del Instituto Nacional de Cine de Guinea- Bissau (INCA -Instituto Nacional de Cine e Audiovisual), prácticamente abandonado y parcialmente destruido. Lo ha digitalizado en colaboración con el Arsenal-Institute for Film and Video Art de Berlín y lo aprovecha para hacer activismo y denunciar la ‘miopía europea’ sobre las resistencias que hubo ante la colonización.
Filipa César con Pablo La Parra en el debate del CCCB.
Africanos becados por el Instituto de Cine cubano
‘La lucha aún no ha terminado’ (Luta ca caba inda, en la lengua criolla de Bissau) es el nombre del proyecto con el que Filipa César ha puesto al descubierto la visión revolucionaria y pedagógica que la imagen tuvo para el líder Amílcar Cabral, porque en la guerra de liberación (1963-1974) contra los portugueses, las y los rebeldes, además de empuñar armas, cargaban cámaras para poder explicar con posterioridad la lucha anticolonial y la historia de Bissau, que aún carece de un Museo de Historia donde recoger esa Memoria.
En 1967, contaba César, y con el objetivo de aprender a realizar ‘cine militante’, de los 25 estudiantes de Guinea Bissau y Guinea Conakry becados por Cuba, dos de ellos, Flora Gomes y Santiago Álvarez estudiaron en el Instituto de Cine cubano de La Habana. En otro grupo que viajó a la isla en 1971, iba otra tanda de aprendices a cineasta: Teresa Cabral y Josefina Castro.
Amílcar Cabral, poeta, ingeniero agrónomo y educador
En ese 1967, recordaba la cineasta portuguesa, había 30 grupos étnicos en Bissau y Amílcar Cabral, que era poeta además de ingeniero agrónomo, creaba escuelas en la selva durante la guerra para que las y los ‘camaradas profesores’ “acabaran con la ignorancia a través de la educación”. Sólo así, mantenía Cabral “los hombres y mujeres perderán el miedo y se liberarán de la ignorancia”.
Filipa César entró en contacto con ese archivo Audiovisual de Bissau en 2011 y más tarde con Flora Gomes. En 2015 conoce en París a la fotógrafaAnita Fernández y en Berlín, al primer periodista de Bissau que viajó a la URSS y a Angola, trabajó con Cabral y fue otro delos documentalistas de la guerra y de los gobiernos socialistas posteriores: Sana na N’Hada.
Filipa César_Foto Centre Cultura Contemporània de BCN
En el documental Spell Reel, en el que César contrapone imágenes históricas con las reales, se ve y se oye a N’Hada explicarle cómo era ‘el teatro de la guerra’ y le muestra el Cuartel Bemberen, la sede de entonces del PAIGC (Partido Africano para a Independência da Guiné e Cabo Verde), el movimiento que organizó la lucha por la independencia.“Aquí yo filmaba y en la otra dirigía”cuenta Sana naN’Hada en la película que, además, resalta que “la muerte también estaba cerca de los cineastas” pues trabajaban “bajo las sombras de la guerra”.
El colonialismo y la esclavitud aún siguen operando
Uno de los objetivos del proyecto ‘La lucha aún no ha terminado’, es mostrar que “el colonialismo y la esclavitud no son del pasado, sino que aún siguen operando”. Por eso “hay que reconocerlo” mantiene la artista y para eso, César “recupera la importancia de los Movimientos de Liberación por el sustancial cambio que supusieron para las independencias africanas”. Y por eso ella lucha por su difusión. No sólo en Europa, sino también en África, para que se conozca su historia y se analice después. Los europeos deben saber que “el reparto del pastel colonial y la ocupación de África se hizo sin africanos, en la Conferència de Berlín (en noviembre de 1984 y duró hasta febrero de 1885)” recordaba en Barcelona. La convocaron, las potencias coloniales Francia y Gran Bretaña y la organizó el canciller alemán Otto von Bismarck.
Secuencia del archivo historico con mujeres de Guinea Bissau en Spell Reel
Para Filipa César, “el cine debe ser radical y crear conocimiento” y ser como una “asamblea para reflexionar sobre las condiciones del presente”. Esto es lo que pasó en Bissau, en las localidades de Boé, Beli, Lorés, Bafatá, Cacine, Cacheu y Catió, como se ve en el documental Spell Reel. En él las mujeres supervivientes de la guerra comentaban la experiencia que vivieron a partir de algunos aspectos de la filmación. Es una ocasión perfecta “para cuestionar la neutralidad de la historia y tejer relaciones entre las luchas del pasado y las del presente”. Así se anunciaba en la conferencia del CCCB: Archivos rebelados. Trabajar con imágenes supervivientes, organizado por el Institut d’Humanitats de Barcelona. Y así ha sido.
La Iglesia Católica, fundamental en la Santa Cruzada
Otra memoria que nos han secuestrado es la de “la guerra civil española, sobre la que dicen que existen muchas películas y no es verdad”, afirmaba la cineasta navarra Helena Taberna también en la Filmoteca de Catalunya, al presentar su película La buena nueva (2008). Un film que nace de las memorias de Marino Ayerra, un párroco que llega a Alsasua (Navarra), poco antes que acabe la guerra civil. La directora afirmó que lo ha “enriquecido con ‘licencias personales’ (hacerla en Alzania, mostrar el rio, crear la historia de amor…) y en especial porque “los actores y figurantes de Alsasua que sobrevivieron, vinieron a Alzania para el rodaje”; además, “la hija (del cura) reconoció a su padre” en la filmación.
Helena Taberna_ foto Euskadiko Filmategia
“La Santa Cruzada no habría existido, sin la ayuda de la Iglesia Católica”, afirmaba; sin ella, “tampoco habrían ganado la guerra” los que se levantaron contra la República. Y como “la literatura y el cine sirven para recuperar la memoria, porque no sólo queremos contar tumbas” explicó Taberna, ella “descubre las historias que encubrieron ‘los organizadores del olvido’ porque quiere “reflejar la revolución interna de las y los perdedores de la guerra” y con ello “evitar que los maten otra vez con el olvido”.
Tras recordar “las dos vertientes que tuvo la Iglesia católica: de verdugo (con el apoyo a la falange y a los fascistas, como se ve en el film) y de víctima, (porque algunos curas fueron asesinados”), la directora señaló como terrible que la Iglesia “no hubiera limpiado el dolor y la pus de la guerra” con posterioridad.
Imagen de la pelicula Yoyes de Helena Taberna
Restituir a la comunidad y la resistencia de las mujeres
En la charla posterior, compartida con Marta Selva de Drac Màgic , Helena Taberna explicaba que La buena nueva es “un acto de restitución de la comunidad” y sobretodo de la “resistencia de las mujeres a la ocupación”, que se desconoce. La cineasta señalaba que, “las organizaciones de mujeres acabaron en el olvido cuando acabó la guerra” y por eso hay que recuperar sus actividades y acciones y, en este caso, “rescatar la cooperativa” del film, “porque existió.”
La película pasa al final “de lo grotesto a lo solemne”, con un acto de redención del párroco hacia los hombres asesinados ante las mujeres con velas en la oscuridad y bajo la música de la Pasión según San Mateo (de la Sinfónica de Varsovia). Pero Taberna no dejó que esta secuencia fuera la última, sino que el largometraje acaba con una escena en un tren porque “hay que respirar al final”, afirmó. La música, protagonista como el paisaje en la película, es de Angel Illarramendi.
Secuencia del film Extranjeras de Helena Taberna
Fidelidad al feminismo, a la conciencia vasca y el oficio del cine
Helena Taberna es protagonista de una de las actuales retrospectivas de la Filmoteca de Catalunya, impulsada por la Euskadiko Filmategia(Filmoteca Vasca) porque considera que su obra “mantiene una fidelidad indestructible a los principios feministas, a la conciencia vasca y al oficio del cine”. Con su productora Lamia , la directora inició en 2003 una línea editorial de materiales didácticos fílmicos y de género y en 2006 fundó con otras directoras del estado español CIMA, La Asociación de Mujeres Cineasta y de los Medios Audiovisuales.
El pasado fin de semana, presentó tres películas, pero sus 5 largometrajes, además de cortos y documentales aun pueden volver a verse desde este viernes 14 de Junio. Entre ellos su ópera prima Yoyes (2000) –película de referencia mundial sobre ETA- el documental Extranjeras (2003) –una crónica de la vida cotidiana de unas migrantes en Madrid- Nagore (2010)- una investigación sobre el asesinato de una joven en las fiestas de San Fermín- y su último film, Acantilado (2016), donde explora el mundo de las destructivas sectas.
La directora argentina Lucrecia Martel antes de la rueda de prensa
Hegemonía estructural de la clase media blanca
Vivimos en una ‘estructura hegemónica de clase media blanca’ decía la directora de cine Lucrecia Martel. “Eso se ve cuando, por nuestras actividades, esa clase media nos juntamos en el mundo: nos parecemos bastante”. Y es que “hay un supremacía visual y una estructura hegemónica; un dominio desde hace tiempo”. Es como una “cámara de reberberancia de las voces de otros”; “repetimos muchas tonteras de la televisión”, afirmaba la premiada cineasta argentina.
También hay que hacer frente a “la idea del enemigo” y la creencia de “que existen los héroes”. Las grandes productoras cinematográficas “utilizan la tecnología para someter a los otros” con guerras, con militares o con personajes que ganan. Pero ¿cómo se salva a la gente? se preguntaba. “Debemos pensar sobre algunas cosas” y descifrar su sentido. Tampoco se resuelve el patriarcado o la cultura machista cambiando héroes por heroínas. La película Wonder Woman, no resuelve la obligación de tener “una cintura de avispa o cómo nos pegan a las mujeres”, opinaba.
Riambau, Martel y la representante de La Aceleradora de Cine en la rueda de prensa en la Filmoteca
Una narrativa precisa es la partitura sonora del film
Por eso, uno de los objetivos de Martel consiste en “quitarme mi estupidez de blanca” y su tarea en el ámbito cinematográfico es “saber cómo filmar ese marasmo de voces diversas”. Porque “cuando dos personas hablan, hablan más de 2 personas”. Para la reconocida directora latinoamericana “un diálogo es estar escribiendo el sonido de la película: la partitura sonora”, porque “no es lo qué se dice, sino cómo se dice”. Hay que “construir una narrativa precisa” y ella lo hace a partir del sonido. Se pueden cerrar los ojos en una película de terror, pero no los oídos, porque “es lo inevitable en el cine”.
Estas y otras reflexiones las explicaba Lucrecia Martel en una rueda de prensa en la Filmoteca, en una sesión dedicada a presentar el proyecto La Aceleradora de Cine que promueve la cooperativa La Selva. Ecosistema Creatiu (https://www.laselva.coop) en la que 45 cineastas -32 mujeres- de 16 países (de América, Asia y Europa) filmarán 45 historias en una única localización durante 10 días. La experiencia termina este 15 de Junio, cuando se visionen en el auditorio de la SGAE de Barcelona los trabajos realizados.
Anuncio de la Aceleradora de Cine: El So d’Estiu
Innovar dinámicas de creación y realización con una directora
La Aceleradora de Cine es un nuevo concepto de producción diseñado por la Cooperativa La Selva que consiste precisamente en “acelerar el proceso creativo” en esa difícil, lenta y compleja industria cinematográfica, con “la innovación de las dinámicas de creación y realización de una película, poniendo al servicio de la creatividad las herramientas básicas de producción, de la mano de un/a gran director/a de cine que, con su experiencia y técnica guía el proceso”.
Y, en este caso, es Lucrecia Martel la encargada de liderar este experimento (El sonido del verano), con su personal concepción sobre la construcción de la narración a partir del sonido, además de la dirección de actores y la postproducción. Porque, como señalaba en la rueda de prensa la directora argentina, ella “no vive del cine, sino de dar clases, porque “nadie trabaja sólo en el cine; firmamos con plata de los otros”.
Fotograma de la película Zama de Lucrecia Martel
Segunda retrospectiva tras el fin de la Mostra de Film de Dones
Precisamente El Deseo es la productora de la obra de Lucrecia Martel, desde que Pedro Almodóvar ‘quedó impactado’ al ver La Ciénaga (2001), su ópera prima, que forma parte de la retrospectiva que la Filmoteca inicia este 13 de Junio, con su última película Zama (2017) que tendrá presentación y coloquio posterior con la directora. El ciclo incluye sus otros largometrajes: La niña Santa (2004), La mujer sin Cabeza (2006), además de La Ciénaga y algunos cortos inéditos aquí.
Y finalmente, señalar que ya se ha finalizado la 27 Mostra Internacional de Films de Dones de esta primavera, que según su directora Marta Nieto, ha continuado restituyendo la memoria de las pioneras en el cine, además de presentar las miradas de Claire Simon al mundo de la Educación y los espacios formativos en la adolescencia yla de Bárbara Hammer queha descubierto identidades y placeres lésbicos; también se ha traído el universo simbólico de dos cineastas libanesas. Y tal como señalaba el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, en la primera presentación,“hemos superado la paridad” porque este mes de Junio y Julio tenemos una amplia ‘mirada en femenino plural”.