Las Kellys conocidas por “las que limpian”, fundamentalmente en los hoteles, se dieron a conocer en el 2016, para reivindicar lo que la crisis del 2008 les arrebató y la reforma laboral del 2012 les agravó. Ahora les toca enfrentar una nueva crisis, la del Covid-19.
La Asociación Las Kellys hizo su presentación oficial a nivel estatal, a finales del 2016 en Barcelona, acompañadas de los otros grupos territoriales de Benidorm, Cádiz, Fuerteventura, La Rioja, Lanzarote, Madrid y Mallorca. Su objetivo radica en visibilizar la problemática de las camareras de piso para mejorar su calidad de vida. El funcionamiento es asambleario y cada grupo territorial gestiona sus portavoces. Trabajan en alianzas con diferentes colectivos compartiendo diferentes campañas a nivel territorial y estatal como: #ValemosMasQueEsto, #NoMasPrecariedad…
¿Cómo se desarrolla la jornada laboral de una camarera de piso?
La jornada laboral físicamente es muy dura y mentalmente estresante desde que se empieza hasta que se termina. Tenemos un horario de entrada pero no de salida. Una parte del trabajo es hacer de 25 a 30 habitaciones en 5, 6 u 8 horas, con 15 minutos para limpiar cada habitación, sin tiempo para comer, beber agua o ir al baño. El tiempo es nuestro peor enemigo, y si hacemos horas extras porque no nos ha dado tiempo terminar a nuestra hora, ese tiempo no es remunerado. Y si reclamas nos llaman problemáticas y el hotel le da un aviso a la empresa multiservicio para que no mande más a esa trabajadora. Al día siguiente nos cambian de hotel o nos dicen “que es lo que hay”, y si no te gusta nos enseñan la puerta de salida.
Los contratos de las multiservicios son temporales y están en fraude de ley por la infracotización en la seguridad social, el sueldo de la trabajadora es un 40% menos que el del convenio de hostelería. Y lo peor es que estos contratos prevalecen sobre el convenio sectorial establecido. No hay estudios de riesgos ergonómicos, el curso de prevención de riesgos laborales nos dicen que lo hagamos desde un ordenador el día que se firma el contrato, pero, ojo, que muchas veces los contratos no se firman hasta pasados uno, dos o más meses de estar trabajando en el hotel.
Realizan acciones de denuncia y movilizaciones por la pérdida de derechos y las rebajas salariales que han sufrido. Algunas compañeras han sido despedidas por eso, y otras, padecen situaciones de acoso y amenazas. Supongo que hay miedo en el sector. ¿Cómo lo combaten?
Hay acosos y despidos por el hecho de reclamar nuestros derechos o por sindicarnos. Hemos puesto denuncias en los juzgados y los jueces nos han dado la razón porque lo único que nosotras reclamamos son nuestros derechos, y ha habido y hay mucho miedo, pero con el miedo no vamos a ninguna parte y si no luchamos nosotras mismas nadie lo hará. Por eso ya no tenemos miedo, porque sabemos que lo que estamos haciendo es lo correcto.
En su presentación dieron a conocer un manifiesto para visibilizar la problemática de las camareras de piso, exigiendo unos cambios necesarios en el sector. Tal vez el más importante lo centran en la no externalización del servicio, ¿qué les supone?
La reforma laboral del 2012 abrió las puertas a la externalización, plantillas de camareras de piso fueron despedidas para luego pasar a ser subconTRATAdas, es decir, ahora nuestro jefe ya no es el hotel sino una multiservicios que abarata nuestro sueldo. Nuestras condiciones de trabajo empeoran cada vez más, y si antes la plantilla era de 20 camareras, con las subconTRATAS han reducido personal, y entre 10 o 12 trabajadoras hacemos todo el trabajo. Con lo que nos encontramos con más trabajo por menos dinero.
Por lo que hace al reconocimiento de enfermedades profesionales acaban de conseguir una sentencia favorable del Tribunal Supremo que les reconoce el síndrome del túnel carpiano. ¿Qué otras patologías asociadas a su trabajo tienen listadas?
Cómo consecuencia a la sobrecarga de trabajo nuestro cuerpo se resiente física y mentalmente debido a los movimientos repetitivos. Lumbalgias, cervicales, ciáticas, epicondilitis, tendinitis, dedo resorte, hernias discales, migrañas y mucho estrés, llevándonos a la depresión, provocándonos así la fibromialgia. Por ello en nuestras reivindicaciones exigimos que se nos reconozcan todas las enfermedades que tengan relación con el aparato músculo esquelético. Hasta el momento solo nos han reconocido el túnel carpiano y la bursitis.
Nosotras no queremos caer enfermas, no queremos ser una carga para la seguridad social ni para la sociedad. Queremos llegar a jubilarnos con salud y que podamos disfrutar de lo que nos queda con los nuestros.Queremos dignidad.
Desde que se organizaron como Las Kellys han tenido una gran actividad en redes sociales, en la calle, han estado en el Congreso, en el Senado, en el Parlamento Europeo, ¿qué valoración hacen de todas estas acciones?
El llegar a diferentes lugares o al Parlamento Europeo, ha sido una experiencia positiva porque hemos hecho extensiva nuestra problemática y reivindicaciones. Hemos compartido nuestra lucha con nuestras vecinas de Francia, Italia, Reino Unido, Berlín, porque la precariedad es un mal que está en todas partes. Por eso es necesario crear alianzas, vínculos de unión y solidaridad para trabajar conjuntamente.
Decíamos que tienen una gran actividad en redes sociales y han realizado también un documental “Organizar lo imposible”. En él se dirigen a distintos actores como a la clase política, pidiéndoles que apoyen la Ley Kelly. ¿Qué respuesta han tenido?
Cuando sacamos la llamada Ley Kelly en 2017 (Modificación del artículo 42 del Estatuto de Trabajadores donde diga que: La actividad principal de una empresa NO se debe externalizar, en nuestro caso sería el hotel), el PSOE lo llevó al Congreso de los Diputados para sacarlo adelante, pero hasta ahora no han hecho nada. Recalcamos que la Ley Kelly serviría para todos los demás sectores con trabajos esenciales.
La externalización solo ha servido para quitarnos derechos, para explotarnos, para dividirnos. Y eso tiene que cambiar. También exigimos la derogación de la “Reforma Laboral” que ésta fue la causante para dar cabida al fraude empresarial.
Otros actores importantes son los sindicatos. Uds. les pedían que condenasen, sin matices, la externalización de la actividad. ¿Lo han conseguido?
Con respecto a los sindicatos UGT y CCOO en su día hablamos con ellos para pedirles o exigirles que condenasen la externalización (en ese tiempo se estaba negociando el convenio de hostelería de Cataluña) pero ellos ya se habían puesto del lado de la patronal. Todo este tiempo nos han vendido como mano de obra barata, son los sindicatos de la patronal.
En septiembre del 2018 nos conformamos como “Sindicato Las Kellys Cataluña” y hemos formado secciones sindicales en algunos hoteles de Barcelona.
Hacen suyo el grito de “Si nos tocan a una, nos tocan a todas”. ¿Han establecido alianzas, en este tiempo, con colectivos de mujeres y organizaciones feministas?
Si tocan a una nos tocan a todas, es nuestra frase. Lo decimos en nuestra pancarta, esa es nuestra bandera, y la llevamos con mucho orgullo. Mantenemos alianzas con diferentes colectivos y organizaciones feministas porque de hecho nuestro trabajo está feminizado, el 90% de trabajadoras somos mujeres. Invisibles pero fundamentales para el funcionamiento de los hoteles. Piden tolerancia cero con aquellos que externalizan. ¿De qué manera se las puede apoyar a la hora de contratar un hotel si desconocemos la política de la empresa? Se puede preguntar en recepción o mejor a la camarera si está o no externalizada, y ponerlo en TripAdvisor que eso preocupa mucho al hotelero.
Si la precariedad ya era grande, ahora la pandemia la agrava. ¿Cómo enfrentan la actual situación?
La crisis de esta pandemia ha afectado mucho más a las trabajadoras porque cuando se declaró el estado de alarma todas las camareras que estaban trabajando subcontratadas fueron despedidas fulminantemente, quedándose así sin opción a cobrar el ERTE. Estas trabajadoras se tuvieron que acoger al paro si es que tenían acumulado, y si no tenían paro han tenido que acogerse al subsidio o alguna ayuda. Durante todo el estado de alarma muchas trabajadoras han estado comiendo en comedores sociales, viviendo de las ayudas de colectivos que se volcaron a ayudar en los barrios. No tenían ni para pagar los gastos de los suministros básicos como el agua y la luz. Muchas trabajadoras con sus hijos y familia han sido desahuciadas porque no han podido pagar el alquiler de sus viviendas. Han tenido que cambiar de profesión y ahora están trabajando en residencias, geriátricos o de limpieza en estos lugares.
Esta es la realidad en la que nos han metido los gobiernos y políticos con sus malas gestiones y su incompetencia. Por eso estamos aquí, nosotras, Las Kellys que nacimos de esa precariedad, hartas de sufrir en silencio, pero ahora tenemos claro que esto lo vamos a cambiar. Ya es hora de que la sociedad deje ese silencio en el que han vivido atrapadas, hay que revelarse, y luchar por nuestros derechos, dignidad por el respeto porque las y los trabajadores somos seres humanos, y queremos que se nos trate como tal, con respeto. Luchamos por un mundo justo, por una sociedad evolucionada con derechos y que nadie se crea mejor ni peor que los demás, todos somos iguales. Esta crisis nos ha puesto a todos en el mismo saco. Hay que aceptar que este sistema económico social mundial ha petado ya. Ahora nos toca a todos luchar por un futuro próspero, debemos trabajar por un modelo de riqueza NO sustentado en el fraude, sino en la HONESTIDAD. Entre todas lo lograremos porque con perseverancia y con empeño todo es posible.
