La doctora Elena Barraquer, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó sus prácticas en el Hospital Universitario Vall Hebrón de Barcelona.
En 1978 se le concedió una beca de investigación del National Eye Institute perteneciente al National Institutes of Health de Bethesda, Maryland, EE.UU, donde estuvo trabajando dos años.
Trabajó también en el Wilmer Eye Institute del Johns Hopkins Medical Institutions de Baltimore, en el laboratorio del eminente profesor W. Richard Green, desde 1980 hasta 1983; en el Sinai Hospital de Baltimore, de 1983 a 1984, y durante tres años se formó como médico residente en oftalmología en el Massachussets Eye & Ear Infirmary, de la Universidad de Harvard en Boston.
Luego entró como Fellow en el Departamento de Córnea y Superficie Ocular del Bascom Palmer Eye Institute en Miami, donde permaneció desde 1987 hasta 1989. En este Instituto participó activamente en las investigaciones para el desarrollo del láser Excimer LASIK que actualmente se utiliza para la cirugía refractiva de la miopía, hipermetropía y astigmatismo.
Desde 1989 hasta 2002 ejerció de oftalmóloga-cirujana jefe en el Studio Médico Associato Barraquer Bosio en Turín (Italia). A su regreso a Barcelona, en el 2002, asume el cargo de directora médica adjunta del Centro de Oftalmología Barraquer y coordina la atención al paciente.
Es de destacar su labor en la cirugía de la catarata, pues fue una de las médicos pioneras en la introducción en España de las primeras lentes intraoculares (LIO) en cámara posterior y de la extracción extracapsular de la catarata. Actualmente lidera la inclusión de lentes intraoculares multifocales.
La doctora Elena Barraquer, como directora ejecutiva del Programa de Cooperación Internacional de la Fundación Barraquer, viaja varias veces al año a los países en vías de desarrollo, para operar gratuitamente cataratas y con ello contribuir a la erradicación de la ceguera en estos países.
La periodista Julia Otero, que ha sido la encargada de entrevistar a esta mujer excepcional, ha recordado que ya en 1941 en la Clínica del doctor Barraquer se había hecho un trabajo social. En la clínica había otra puerta de entrada, el ‘Dispensario’, donde los mismos doctores de la clínica operaban a pacientes sin recursos.
La doctora Barraquer reivindica que “los médicos deberían tener espíritu solidario, los médicos deberían atender a todo el mundo que lo necesite”.
“En el mundo hay 40 millones de personas ciegas por cataratas, si cada oftalmólogo del mundo dedicara una semana al año a operar de cataratas, se podría llegar a acabar con esta enfermedad”, afirma la doctora.
La periodista informa que fue en el año 2003 cuando el doctor Joaquín Barraquer, conjuntamente con su hijos los doctores Elena y Rafael Barraquer, decidieron crear la Fundación Barraquer con el objetivo de proporcionar tratamientos oftalmológicos a las poblaciones en zonas deprimidas del mundo.
Así que el profesor Joaquín Barraquer, vendió su Mercedes 540K, regalo del Rey Faruk a su padre el profesor Ignacio Barraquer, del que sólo se conocían tres unidades en el mundo. El dinero obtenido por esta venta constituyó el capital inicial de la Fundación Barraquer.
“El primer año sólo atendimos a pacientes de Barcelona, en 2004 hice el primer viaje a Senegal, y el año pasado realicé 15 viajes de una semana a diferentes países para operar de cataratas”, recuerda Elena Barraquer.
Julia Otero se interesa por cuantas operaciones al día realiza la doctora en sus viajes. “He llegado a realizar 55 operaciones de cataratas en un día. El promedio es de 45-50. En Barcelona hago unas 17 al día”, le responde.
“¿Cuál es el trabajo que debéis hacer antes del viaje?”, le pregunta la informadora.
“Piensa que, por ejemplo, en Monzambique, sólo hay ocho oftalmólogos en todo el país. No es fácil convencer, hay que tener recursos y ganas. Aparte hay que salvar obstáculos, por ejemplo, en un poblado estuvo un grupo de estudiantes en prácticas que dejaron ciegas a cien personas. Convencer para que nos dejaran operar fue complicado.
Hay que vencer en origen, buscar financiación para estos viajes, enseñar qué deben hacer los médicos del lugar para que nuestros viajes sean fructíferos”, responde la doctora.
La periodista le pregunta si es posible enseñar a operar de cataratas a los médicos de estos lugares.
“Son países en los que no hay medios, si se estropea alguno de los equipos que usamos, no hay recambios, no hay lentillas. Nosotros trasladamos todo lo que necesitamos, incluso la medicación para el postoperatorio. Si se quieren formar, lo pueden hacer en nuestra Fundación, donde hay programas específicos y becas para poder realizarlos. Incluso les proporcionamos un lugar donde vivir mientras se están formando. Cuando viajamos a estos países, priorizamos operar al máximo número de personas”, le informa la oftalmóloga.
“El poso de EE UU alguna impronta habrá dejado en ti. Admiro que los grandes ricos americanos donen, mejor ‘retornen’, cantidades a las universidades donde han estudiado o a entidades que los han ayudado en algún momento de sus vidas”, plantea Otero.
“Mi poso de EE UU, el educativo especialmente. Estar en sitios distintos te da visiones distintas y ayuda a ver mejor lo que puedes hacer bien donde te encuentres. Los anglosajones tienen mucha más conciencia de que hay que ayudar ‘es nuestra obligación’, se dicen”, responde Elena.
“¿Has sentido miedo alguna vez?”, le pregunta la periodista.
“No soy miedosa. Los africanos son muy buena gente. Es más fácil que me muera en un accidente de coche (por la forma como conducen), que me rapten o maten”, responde risueña la doctora.
En las 89 expediciones que ha realizado la doctora Elena Barraquer ha llevado a cabo 11.000 cirugías y hay algunas historias personales que la han impactado especialmente como una de hace dos años: “Llegó un chico de 32 años con cataratas en los dos ojos y le faltaban diez días para casarse. Quería que le operáramos al menos un ojo para ver a su novia. Le operamos un ojo y al año siguiente el otro. O un chico de Senegal que operamos cuando tenía 15 años y se comunica regularmente con nosotros vía Internet, o un anciano de Kenia que, una vez operado, vio por primera vez a sus nietos, y nos regaló el bastón que tantos años había usado porque ‘ya no lo necesitaba'”.
“¿Qué hacéis para que os dejen entrar en estos países?”, pregunta Otero.
“Para entrar en ellos tenemos que ir de la mano de sus gobiernos o con la colaboración de fundaciones que ya tengan ‘un pie allí’. Ellos buscan los espacios donde operar, nos traducen, seleccionan a los pacientes que más necesitan ser operados… En muchos de estos sitios nosotros somos su única oportunidad”, aclara la cirujana.
La doctora Elena Barraquer, es vicepresidenta y directora ejecutiva de la Fundación, que se sostiene con donaciones particulares, que organiza cenas y eventos para recaudar fondos, a los que ella asiste con ilusión y a los que nos invita a participar. La doctora, que empezó viajando una vez al año, con estancia de una semana; que luego se alargó a siete semanas al año, ahora son 15 semanas al año las que dedica a esta labor social que según ella es “el sueño de su vida”.
Con un equipo móvil de personas muy formadas, con todos los instrumentos y medicación necesarios, Elena Barraquer viaja por el mundo y realiza una media de 45-50 intervenciones diarias, algunas veces la han acompañado como voluntarios sus dos hijos. En Senegal, Bangladesh, Gabón, Guinea Ecuatorial, India, Kenia, Marruecos, Nigeria o Congo, llega el grupo solidario de la Fundación Barraquer para llenar de luz los ojos de los pacientes sin recursos que nunca olvidarán la sonrisa y la cara de esta mujer que siempre pone por delante su apasionado espíritu solidario.
La Fundació RBA, presidida por Ricardo Rodrigo, fomenta actividades para la promoción de las ideas, el fomento del diálogo y la difusión de la cultura en todas sus vertientes. En este contexto organiza encuentros y entrevistas con personajes clave en el mundo cultural, deportivo, científico, periodístico, político o gastronómico. En esta ocasión ha sido la doctora Elena Barraquer quien nos ha transportado a su mundo solidario de la mano de la conocida periodista Julia Otero. Al finalizar la entrevista, los asistentes han sido invitados a un cóctel-cena en la terraza de la Fundació.