Del 8 al 11 de septiembre se ha celebrado en Costa do Sauípe (Bahía, Brasil) el décimo tercer foro internacional de la Association for Women´s Rights in Development (AWID), que cada 4 años es pionera en realizar estos encuentros.
En estos encuentros se analiza el estado, la visión de las mujeres individuales y organizaciones que trabajan para que el desarrollo de sus comunidades se logre desde la justicia de género. Se ha contado con casi 1.900 participantes de aproximadamente 130 países.
Los desafíos
Se preveía que la actividad fuera en mayo, no obstante conseguir que el evento sea en 2016 ha sido complicado por dos motivos que tienen que ver con la situación de injusticia de género que sufren muchas mujeres:
Primero, por la inestabilidad política que se vive en Brasil debido a la reciente destitución de Dilma Rousseff que desde diversas entidades y movimientos, tanto a nivel nacional como internacional, se ha denunciado como un golpe de estado encubierto. De hecho, el gobierno brasileño saliente iba a colaborar con este foro, que coincidía con algunas de sus políticas simpatizantes con los Derechos de las Mujeres.
Segundo, por el impacto que el virus zika podría tener en la salud de las mujeres participantes y sus hijas/s, al ser un encuentro en el que la mayoría de las personas participantes son mujeres.
No obstante, la asociación consiguió sortear todas las dificultades realizando el encuentro en un resort de lujo, ya que, aunque pueda parecer paradójico, era la única posibilidad de realizarlo. Las dos opciones eran claras: O era en Costa de Sauipe, o el foro debía cancelarse.
Feminismos negros
No sólo se llevó a cabo el evento, sino que este ha ido acompañado de una actividad sin precedentes: el Primer Foro Mundial de Feminismos Negros, realizado del 5 al 6 de septiembre, en el cual se ha elaborado un manifiesto de la diáspora afro repartida en todo el planeta. Dicho manifiesto se ha centrado en cómo la creación de una red global promovida por AWID espera contribuir a disminuir los grados de opresión y de violencia que muchas de las mujeres negras viven en todo el mundo.
Asimismo, este análisis ha permitido tener una visión de la realidad de quienes sufren doble o triple discriminación, poniendo como ejemplo la solidaridad entre movimientos de cualquier parte del planeta.
Un ejemplo de experiencia que se ha compartido ha sido la del primer encuentro de feminismos negros del África francófona, en el que se discutieron aspectos relativos a su identidad, se conformó un movimiento organizado y se trataron de establecer estrategias para que la creciente islamización de muchos países no provoque pérdidas de Derechos.
La resistencia solidaria
Cuando se habla de que algo es disruptivo/a se dice que produce una ruptura brusca. El foro también ha tratado de motivar a las y los participantes a que discutan sobre temas que pueden considerarse “tabú” o desde algunos aspectos incluso “radicales”. Para ello, ha puesto sobre la mesa diversas teorías y puntos de vista de todo del mundo para que sirvan no sólo como inspiración, sino como punto de partida para pensar que todo lo que pueda parecer complicado de conseguir depende sólo de cada contexto, y que siempre puede haber estrategias para alcanzar cambios.
Algunos ejemplos de creaciones disruptivas compartidos en plenarias han sido: el Festival internacional Queer celebrado en Túnez, la exposición del Enlace Continental Indígena de las Américas o las propuestas novedosas de autocuidado colectivo expuestas desde las mujeres trabajadoras domésticas.
La idea de esta resistencia solidaria es permitir que en las sociedades no se “etiquete” a una mujer o una persona con respecto a su supuesta identidad. Como bien ha resumido Khouloud Mahdhaoui, una de las ponentes, siempre se es “demasiado algo” para alguien: “demasiado francesa”, “demasiado mujer”, etc. Y es en base a eso que se te escucha. Al crear solidaridad y disrupciones se espera poder romper con todo esto.
La interseccionalidad
Como puede observarse, ha sido algo central en todas las discusiones aprender a trabajar por la igualdad y justicia de género, y por promover los Derechos de las Mujeres, desde un enfoque interseccional.
Sociológicamente hablando, existen diferentes categorías de discriminación, construidas social y culturalmente, que interactúan entre sí y que pueden llegar a ser múltiples y simultáneas. Algunas pueden causar mayor discriminación y otras menos, pero si van en conjunto puede ser que estemos llegando a una situación en la que una persona, que por mucho que haga, nunca podrá salir de la espiral de injusticia en la que se encuentra.
Por ello las personas con discapacidad, los feminismos jóvenes o las distintas identidades culturales, entre otras manifestaciones que pueden dar lugar a esta injusticia interseccional, han sido puntos centrales para AWID en este XIII foro. Porque la interseccionalidad no es sólo añadir problemáticas, sino utilizarlas para “co-crear” alternativas de cambio.
Construcción de una “nueva aldea”
Pero, sobre todo, las conclusiones del encuentro querían llevar a construir colectivamente una propuesta de “nueva aldea global” en la que no existan las situaciones de inequidad existentes, no sólo como una utopía sino para tener un horizonte de trabajo. Para ello el Fairless collective de India ha facilitado un espacio en el que se han escuchado contribuciones como estas:
Dilak Dirik, del movimiento de mujeres de Kurdistan: “He sido refugiada toda mi vida porque mi cuerpo siempre ha sido utilizado como instrumento político. Por eso considero que la noción de Estado hoy en día es lo contrario a la de democracia. La personas debemos hacer algo antes de que pase, no esperar a que pase”.
Organización CREA, de Nueva Delhi, India: “Desde nuestro movimiento imaginamos un mundo donde tanto la anticoncepción como los derechos sexuales y reproductivos son para todas y todos, partiendo de un espacio que es nuestro a nivel colectivo y no tuyo a nivel individual”.
Lolita Chávez, que se autodenomina como indígena de Abya Yala (latinoamérica): “En nuestro pueblo futuro, como indígenas, no caben ni los patriarcados ancestrales ni los patriarcados nuevos. Tu eres yo, yo soy tu, y por tanto lo que le pasa a los recursos como el agua nos pasa a todas y todos”.
Por tanto, en esta nueva aldea global que se propone a partir del foro de AWID, la base del trabajo para conseguir cambios será lo que apoyamos, no a lo que nos oponemos. Pero ¿Qué se necesita? ¿A quién? ¿Cómo? Hay muchas opciones, pero, sea como sea, lo principal es partir de una visión feminista y de las conclusiones de las charlas, que puedan ser aplicadas en cada aldea local.
