Hoy más que nunca estamos sedientos y sedientas de un cambio de valores. Ya llevamos toda la historia de gestión, decisión y poder casi al 100% masculinos en economía. Es necesaria una reconsideración de todo lo hecho y de cómo ha sido hecho. Una revisión.
Un 95% de los consejos de dirección de las principales empresas globales son masculinos; en el Estado Español sólo hay un 9% de mujeres en los consejos de dirección. No hay mujeres directoras creativas en las agencias de publicidad españolas y en cambio hay muchas en cargos intermedios. Sin embargo, el poder de decisión de compra es en un 80% de los casos femenino.
Sólo hay una presidenta de banco mujer en toda España, sólo un 1% de los cargos directivos son para mujeres. De hecho cuando se hace la búsqueda en Google dice: “Quizás quiso decir: mujeres vaqueras”. Sin comentarios.
Un 70% de la voz en off de los anuncios es masculina. ¿Por qué? ¿Para autorizar?
Más del 60% de las empresas nuevas las están creando empresarias mujeres.
Estos y muchos datos más se presentarán y analizarán en la mesa redonda que la agencia de comunicación Peixandco -primera especializada en la comunicación en femenino- organiza el próximo 29 de noviembre y que se llama ‘La economía es masculina, el consumo es femenino’.
Mensaje para comunicadores y comunicadoras
Esta paradoja, de que los bancos y el poder económico han sido conducidos por hombres y en cambio el consumo real cotidiano, el éxito de las marcas en la calle y la economía doméstica los han gestionado y decidido las mujeres, es lo que a nosotros, las y los profesionales que creamos marcas y comunicación, nos ha de afectar y modificar.
No se pueden seguir enfocando las campañas de la misma manera ni con los mismos valores si se ha comprobado que lo “masculino” no ha funcionado.
En comunicación será pertinente ir hacia la transparencia, la ética, la empatía y la complicidad. Hemos ponernos de verdad en la piel de la persona que utiliza, compra y recomienda el producto porque si no es de verdad, la mujer (o el consumo femenino) no lo aceptará. Hay marcas que ya entienden esto y no quieren maquillar más la realidad.
Vamos hacia la era de la publicidad inspiracional-donde me veo, valores con los que me identifico-, ya no convence el aspiracional-la de los anuncios y eslóganes que nos querían igualar y comparar lo que no somos ni nunca seremos-.
Parafraseando Alvin Toffler (escritor y futurista estadounidense) lo he llamado, “La cuarta ola, la femenina”.