OPINIÓN
Es año de elecciones diversas y el panorama de la política electoral, candidaturas, acuerdos, desacuerdos y posibles alianzas, es lo que marca la actividad política de carácter más doméstico.
Y cuando digo doméstico incluyo las municipales, las autonómicas y también las legislativas a nivel estatal, porque la alta política, la que marca nuestra cotidianidad de verdad, se decide bien lejos de nosotros.
Unas elecciones diferentes
Estas serán, en todos estos ámbitos, unas elecciones diferentes, básicamente porque la generación que se movilizó el 15-M de 2011 empuja con fuerza, tiene ganas de cambiar las cosas y desconfía de la política que se ha llevado a cabo después de más de treinta años de democracia. Una gran parte de esta generación joven no sufrió la negación de libertad y de derechos de la dictadura franquista y, todo lo que se hace, les puede parecer poco o insuficiente. Es absolutamente legítimo, pues los y las que lucharemos bajo el franquismo para vislumbrar las libertades y la democracia tampoco estamos satisfechos de cómo se nos han ido secuestrando estos derechos y libertades arrancadas a base de lucha y esfuerzos que vienen de lejos.
Los movimientos sociales y la democracia
Con estos precedentes el debate se produce a diferentes niveles. En primer lugar se debate la pervivencia de los movimientos sociales independientemente de quien gobierne en las instituciones, pero en segundo lugar, las mismas personas que participan de estos movimientos tienen ganas de ponerse a la otra esquina y esforzarse por hacer realidad sus aspiraciones. Se buscan nuevas formas de asociarse considerando caducas las formas de listas avaladas por partidos políticos y de acuerdo con la constitución, una constitución que se nos presenta como intocable en cuanto a la forma de Monarquía que tiene el estado y a la amenaza de intervención del ejército si se quiere salir del marco de las autonomías, pero que desde las formaciones políticas que defienden la alternancia en el bipartidismo no dudaron ni un momento en modificar -en pleno mes de agosto- para garantizar el pago de la deuda al gran capital.
La promoción de una alternativa “controlada”
Consciente del desgaste del gobierno del PP, como curándose en salud por si se daba este bipartidismo, el recientemente fallecido D. José Manuel Lara, conocido empresario editorial, decidió potenciar dos cadenas de televisión diferentes a la vez. A estas alturas nadie puede negar la plataforma mediática que Pablo Iglesias ha tenido en las tertulias televisivas. La ardua tarea de oposición que están llevan a cabo los Diputados en el Congreso de Izquierda Unida, invisibilizada, minimizando así los efectos que podría tener el potencial crecimiento de una fuerza de izquierdas que viene de lejos, que es crítica con las políticas económicas de los últimos gobiernos, y que podía ser una amenaza incontrolada.
Jóvenes que desconfían de quienes les han precedido
Es propio de la situación de los y las jovenes que, al adquirir un cierto grado de madurez, se quiera dejar atrás lo que han encontrado, como desconfiando de ello, y quererlo cambiar por sí mismos. Y eso es lo que esta pasando. Mucha juventud universitaria, que ha alcanzado una conciencia política teórica, desde la ciencia y la no experiencia, se ve ahora con corazón de llevar a cabo lo que ha estudiado. Algunos y algunas han participado en movimientos sociales, pero muchos otros se estrenan ahora.
Un amasijo de propósitos de izquierda fraccionados
Hay una diferencia de cómo se organiza lo que es la derecha con cómo la gente quiere asociarse desde la izquierda, aunque estos términos hoy están un poco desdibujados (la prioridad de la soberanía nacional ha predominado por encima de otros temas de carácter social más propios de la izquierda). La derecha toda una, los intereses económicos son muy claros y es fácil lograr compensaciones económicas para ser seguidores o seguidoras (cargos, compensaciones, etc …). Pero en la mochila de la gente que se declara de izquierdas sólo hay voluntad, la de trabajar por el bien común desde la honestidad, con ideologías y / o ideas que los mueven.
Personalismos inevitables
de esta forma la gente que se reclama de la izquierda, por naturaleza tiene algo que decir -y por tanto- su derecho a participar, por lo tanto las formas organizativas son clave para cohesionar un colectivo que es susceptible a ser mandado. Querer someterlo todo a la asamblea responde a esto. Es ideal, pero a efectos prácticos se suele imponer quien tiene un carácter más fuerte o es más intransigente, dificultando la eficacia del trabajo que deben realizar. Hay que detectar a tiempo las personas aprovechadas por no pudrirse todo un cesto …
Entre la asamblea y / o la organización
Apostando por esta forma más participativa siempre he optado por estar organizada a nivel colectivo. Lo que nunca he hecho es trasladar directivas ajenas por encima de la voluntad de todos y todas las participantes, sino esforzarse para facilitar el éxito de las propuestas del trabajo de grupo.
Desde el centralismo todavía
Nos llenamos la boca de autonomía pero la pauta se marca a nivel de los partidos ubicados en una capital que no renuncia a su centralismo. Las expectativas de cambio generan extrañas alianzas entre quienes-desde la alternancia bipartidista- blindan aquellos acuerdos que pueden poner en peligro su modelo de estado. Se habla de la nueva y la vieja política y nadie duda ya de presentarse a las instituciones, pero la izquierda se presenta más fraccionada que nunca.
Las dificultades de articular la diversidad
Todo el mundo habla de ir a la una, pero nadie quiere que se le confunda con el de al lado. Para hacer frente al Goliat que tenemos delante tenemos que usar el ingenio de David y hacer frente con fuerza que tenemos desde abajo. Ahora no es momento de sacar pecho para medir las fuerzas de uno y otro, como dicen algunos, ahora es la hora de poner en práctica lo que es esencial para la gente que se reclama de la izquierda: la capacidad de convivir en la diferencia, considerar que la diversidad es nuestra carta de naturaleza y que el reto pasa por poner por delante lo que nos une respetando la singularidad de cada uno. Diversidad de hombres y mujeres, de jóvenes y mayores, de estudiantes y trabajadores, de nacidos en casa y venidos a casa de otros lugares …
Unos ejemplos culinarios
A menudo pongo ejemplos culinarios para ilustrar esta propuesta: no es lo mismo que ponemos todo tipo de verduras en una olla y hacemos un puré (que pierden su gusto particular) que si hacemos una ensalada donde podremos mezclar todo tipo de ingredientes. Cada uno preservará un sabor singular que, en combinación a los demás ingredientes, le dan al plato aquella riqueza y variedad que nos alimenta. Y a la hora de aliñar no nos preocupemos, podremos poner el aceite y el vinagre en un solo aceitera, estos elementos no se mezclarán y mantendrán la función de ensalada con el gusto que deseemos. No ha comido ensaladas con ingredientes exóticos provenientes de otros lugares del mundo ?. Yo sí, y me gustará poder descubrir nuevos. Este es mi deseo.