El Transeuropa Festival 2012 es un evento político y cultural de la red European Alternatives desarrollado en 14 ciudades europeas para promover formas alternativas de acción política desde la sociedad civil. En Barcelona, el 18 y 19 de mayo se presentó una instalación sobre el viaje migratorio que interroga sobre los nuevos lugares simbólicos y geográficos de frontera de “la Fortaleza Europea”.
Los documentales denuncian las políticas de inmigración de la Unión Europea como expresión de un acceso diferencial en la ciudadanía y muestra los mecanismos selectivos de movilidad. Tanto en un nivel conceptual como en el nivel de políticas y prácticas de exclusión y segregación, con las que Europa construye sus propios fantasmas geopolíticos contra los que combatir en macro y micro fronteras políticas, socio-económicas, étnicas, de clase y género que legitiman y estigmatizan la construcción del “otro” como figura de alteridad.
En el trabajo:”Fez. Ciudad Interior” de Toni Serra se muestra el acercamiento a otra cultura como “un espejo sobre nuestro propio mundo”. Mientras el mundo occidental frena el movimiento del “migrante transfronterizo”, el “turista global” disfruta del exotismo del “tercer mundo” en un “combate de concepciones culturales dominadas por el sistema capitalista” que le impide entrar en contacto con otros contextos socioculturales y conocer las ciudades interiores de ese “otro mundo”.
Por otro lado, “La For?t” del Colectivo Frontera Sur, muestra los efectos de las políticas de externalización de las fronteras de la UE con la “subcontratación de Marruecos” en el rol de gendarme del control de la frontera hispano-marroquí. Cerca de la valla que separa Ceuta de Marruecos, el bosque de Benyounes, la for?t, es la última etapa de un largo viaje para miles de personas del África subsahariana y en el que se autorganizan y construyen redes de apoyo como forma de resistencia a las violentas redadas de la policía marroquí. En muchos casos “un eterno viaje con un final incierto” como en la historia de Apollinaire en “Distancias” de Pilar Monsell, migrantes atrapados en las zonas fronterizas de montañas o personas expulsadas al desierto y obligadas a empezar de nuevo. Además se muestra la realidad en el puerto de Tánger, en Solo Valiente de Alex Muñoz, donde los niños esperan su oportunidad para esconderse en los bajos de un camión y pasar la frontera.
Fronteras como expresión también de una economía que decide quién es útil en el mercado neoliberal y que delinean nuevas formas de tiranías político-económicas orientadas a la explotación de los nuevos/as esclavos del XXI siglo incorporados en un mercado de la movilidad laboral flexible, precarizada y de bajo coste, los llamados procesos de deslocalización de multinacionales.
Europlex, de Ursula Bienman y Angela Sanders, muestra esta economía de frontera donde “se mezcla el contrabando con la legalidad, la economía sumergida de subsistencia con los grandes movimientos transnacionales de mercancía” en los que las mujeres marroquíes son víctimas y protagonistas a la vez, trabajando en el sector textil o en la industria alimentaria en Tánger, o como domésticas en Ceuta en condiciones de extrema explotación.
Mujeres marroquies explotadas para transportar mercancías
Una economía de frontera que mantiene el “primer mundo” en una posición privilegiada y esconde el colonialismo de la post-modernidad, constructor de un sistema-mundo de desigualdades económicas y socioculturales. Por esta misma razón buscamos mostrar una realidad tan cruda y chocante como la de las portadoras de contrabando, de las llamadas “mujeres mulas”, mujeres marroquíes que cada día cruzan la frontera entre Marruecos y Melilla cargando fardos de hasta 80 kilos.
Gracias al trabajo de denuncia de José Palazón Osma -asociación PRODEIN en Melilla-, pudimos conocer una realidad tan deshumanizante que ofrece “una imagen deplorable de la Frontera Sur de Europa más parecida a la Edad Media que a la del siglo XXI”. Mujeres que por pocos euros al día intentan dar un futuro a sus familias y a sus hijos/as, mujeres cuya condición pasa a ser noticia mediática sólo cuando alguna de ella muere aplastada.
El contrabando de las portadoras es el principal motor económico de la región del Rif después del “mercado del hachís”, un mercado deplorable que pasa desapercibido por parte de las autoridades. En algunas fotos presentadas en la instalación, la policía local de frontera se queda mirando impasible esta vergonzosa caravana de contrabando, “mujeres mulas” que se esconden detrás de los velos, mujeres dobladas por la carga de productos y mercancías para el mercado del mundo capitalista.
Por esta razón creamos la cartografía crítica en contra de la militarización de los confines y de la movilidad negada para abrir el camino hacia espacios sociales tras- fronterizos dinámicos, abiertos, libres y creativos en los que todos/as nos reconocemos como migrantes.
