De las diversas asambleas de Mujeres a la Asamblea de convergencia de las Mujeres del Foro Social Mundial, ha habido todo un proceso asambleario de reflexiones y debates que se materializan en la llamada Carta de Solidaridad con la lucha de las mujeres del mundo, redactada el 9 de febrero de 2011 en Dakar, Senegal, durante el Foro Social Mundial.
Desde los Diálogos Feministas, la Asamblea de la Marcha Mundial de las Mujeres, la Asamblea de las Mujeres Africanas y otras sectoriales se realizaron muchos esfuerzos a fin de consensuar un documento final. El acuerdo no fue total ya que un buen número de mujeres marroquíes pertenecientes a organizaciones internacionales y otras mujeres senegalesas no aceptaron el apartado que hace referencia a las libertades de las mujeres saharauis, con respecto a los Derechos de los Pueblos.
En la asamblea de convergencia del día 10 estuvieron presentes la representante de la UNESCO Senegal, y las representantes de Vía Campesina, Marco Sur, Marcha mundial de África, Asociación de Mujeres para la Investigación y el Desarrollo, Género en Acción, Organización de Mujeres de Palestina, Asociación de Mujeres para el Desarrollo, y la Comisión de la Mujer del Consejo Africano entre otroas organizaciones.
Las diferentes participantes en la mesa explicaron el proceso de elaboración de la Carta y manifestaron la voluntad de que esta declaración reflejara todas las aportaciones y todas las capacidades de las mujeres. La Comisión Mujer, Género y Equidad del FSM 2011, donde se encuentran las principales organizaciones se encontraron previamente para poner manos a la obra en la redacción que luego sería compartida con el resto de las organizaciones y con todas las mujeres en la Asamblea de convergencia de las Mujeres.
La representante del Consejo Africano abría con estas palabras el debate sobre la propuesta de declaración: “Las mujeres hemos tenido una presencia remarcada y remarcable en este Foro Social Mundial”.
Las mujeres que conformaron esta fuerte presencia no pudieron celebrar con euforia su trabajo en el acto de clausura del FSM 2011, donde se había de leer la Carta. Al no ser aprobada por consenso total no fue objeto de lectura pública y sólo hubo unas palabras de las representantes de la Asamblea que a pesar del tropiezo recibieron el apoyo a su trabajo por parte de las mujeres del FSM con aplausos y gritos de aliento.
Una gran mayoría de organizaciones y mujeres presentes en el FSM han tomado pero el compromiso de difundir la Carta internacionalmente.
Carta de Solidaridad con la lucha de las mujeres del mundo, 9 de febrero de 2011 en Dakar, Senegal
En este año en el que el Foro Social Mundial, por tercera vez después de Mali en 2006 y Kenia en 2007, se une a los pueblos de África, nosotras, las mujeres de diferentes partes del mundo, reunidas en Dakar, conscientes de que la unión de nuestras fuerzas puede lograr un cambio, reafirmamos nuestra solidaridad y admiración por las luchas de las mujeres senegalesas, de las mujeres africanas y de las mujeres del mundo. Sus luchas, junto con las luchas de todos, hombres y mujeres, fortalecen la resistencia en la que todos participamos contra el sistema capitalista y patriarcal globalizado.
A día de hoy seguimos sufriendo las mismas crisis mundiales, económica, alimentaria, ambiental y social y constatamos con preocupación que estas crisis perduran y son más profundas. Aquí reformulamos nuestro análisis, de acuerdo con el cual estas crisis no son aisladas sino que son la expresión de la crisis del modelo que se caracteriza por la sobreexplotación del trabajo y del medio ambiente, y por la especulación financiera en la economía. Es por ello que las mujeres continuamos diciendo que tenemos que cambiar este modelo de sociedad, este modelo económico, este modelo de producción y consumo, que genera pobreza para nuestros pueblos y especialmente para las mujeres.
Nosotras las mujeres, sensibles con el respeto y la defensa de los principios de justicia, de paz y de solidaridad, tenemos la necesidad de avanzar en la construcción de alternativas para hacer frente a estas crisis: las respuestas paliativas basadas en la lógica del mercado no nos interesan.
No podemos aceptar que los intentos de mantener el sistema actual se hagan a expensas de las mujeres.
En este sentido, decimos no a la intolerancia y a la persecución de la diversidad sexual, y las prácticas culturales que atentan contra la salud, el cuerpo y el alma de las mujeres. Condenamos todas las formas de violencia contra las mujeres, el feminicidio en particular, la trata de mujeres, la prostitución forzada, el abuso físico, el acoso sexual, la mutilación genital femenina, los matrimonios precoces, los matrimonios forzados, la violación, la violación utilizada como arma sistemática de guerra y la impunidad de quienes cometen estos actos de horror contra las mujeres.
Todavía seguimos diciendo que no a una sociedad que no respeta los derechos de las mujeres, que no les permite el acceso a los recursos, a la tierra, al crédito, al empleo en condiciones dignas, donde el capital, con el fin de crecer, hace precarios los empleos de las mujeres.
Condenamos el acaparamiento y la colonización de las tierras de los agricultores y campesinos, bajo cualquier forma, por los Estados o las empresas transnacionales, y condenamos los cultivos transgénicos, que son perjudiciales para la biodiversidad y la vida.
Decimos no a la carrera armamentista y la carrera nuclear, que se realizan a expensas de la inversión de los Estados en los programas sociales, sanitarios y educativos.
Condenamos una sociedad que pone a las mujeres en la brecha del acceso al conocimiento y a la educación, y donde las mujeres son discriminadas y marginadas en la toma de decisiones.
Decimos no a los conflictos armados, las guerras y las ocupaciones. Decimos SÍ a la paz justa para los pueblos oprimidos.
Por todo ello, nos proponemos reforzar nuestras luchas para que nuestros países tengan soberanía económica, política y cultural frente a las instituciones financieras internacionales. Queremos la cancelación de deudas odiosas e ilegítimas y una auditoría ciudadana que permitirá a los pueblos lograr una reparación de los daños: las mujeres no deben nada, son el primer acreedor de la deuda odiosa. También pedimos la aplicación efectiva de la tasa Tobin.
Reivindicamos la soberanía alimentaria de los pueblos y el consumo de productos locales, el uso de las semillas tradicionales y el acceso de las mujeres a la tierra y a recursos productivos.
Queremos un mundo donde los hombres y las mujeres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades en el acceso al conocimiento, la escolarización, la alfabetización, la educación y a los puestos de toma de decisiones, y los mismos derechos laborales y salarios justos.
Exigimos un mundo donde los Estados inviertan en la salud de las mujeres y de nuestros hijos e hijas, sobre todo en la salud materna.
Pedimos la ratificación y aplicación efectiva de todas las convenciones internacionales, en particular el de las Convenciones 156 y 183 de la OIT.
Queremos la democratización de la comunicación y del acceso a la información.
Nos solidarizamos con las mujeres palestinas por la reivindicación de un Estado palestino democrático, independiente, soberano, con Jerusalén como capital y el retorno de los refugiados de conformidad con la Resolución 194 de las Naciones Unidas.
Nos solidarizamos con las mujeres de Casamance para el retorno de la paz.
Apoyamos la lucha de los pueblos en Túnez y Egipto por la democracia.
Apoyamos a las mujeres de la República Democrática del Congo por el fin del conflicto.
Apoyamos a las mujeres kurdas para que tengan una sociedad democrática, ecológica, libre e igualitaria entre mujeres y hombres, y donde exista el derecho recibir educación en su lengua materna.
Nos solidarizamos con el derecho a la libre determinación para las mujeres saharauis de conformidad con la resolución de la ONU, y para encontrar una solución pacífica, de conformidad con la Carta del Foro Social Magrebí.
Nos solidarizamos con todas las mujeres víctimas de desastres naturales, como en Haití, Brasil, Pakistán, Australia…
Nos solidarizamos con los millones de mujeres y niños refugiados y personas desplazadas.
Hacemos un llamamiento para el retorno a sus tierras y la libertad de circulación.
Proponemos la creación de redes de alerta e información sobre y para las mujeres que se encuentran en zonas de conflicto o de ocupación. Proponemos el 30 de marzo como el Día Internacional de Solidaridad con el pueblo palestino y hacemos un llamamiento para un boicot a los productos que provienen de la ocupación israelí. Hacemos un llamamiento para la realización de un Foro Internacional de Solidaridad con la lucha palestina en el 2012.
Reconocemos las luchas de las mujeres en el mundo y hacemos nuestras sus reivindicaciones: lo que le sucede a una de nosotras, nos sucede a todas. Es por eso que debemos luchar todas juntas.
Dakar, 11 de febrero de 2011
Organizaciones firmantes:
Marcha Mundial de Mujeres
La Vía Campesina
La Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM)
Articulación Feminista MARCOSUR
Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE)
CADTM
ANCHO
UBM – Unión Brasileña de Mujeres
CEBRAPAZ
CTB
CUT (Brasil)
Fundación Internacional de la Mujer Libre
Movimiento Democrático por la Libertad de las Mujeres (DOKH)
Oficina de Paz de las mujeres kurdas
Centro de Mujeres UTAMARA