Alba García
ESPECIAL POLÍTICAS DE GÉNERO
La feminista y Secretaria de Dones, Diversitats i Polítiques LGTBI de CCOO de Catalunya dice, en una entrevista con La Independent, que falta visión estratégica a la hora de reclamar políticas de género desde las organizaciones.
Alba García combina su trabajo en el Ayuntamiento de Sant Feilu de Llobregat, su función sindical y su militancia feminista que la lleva a constantes palestras de jornadas y seminarios para hablar del tema del que es experta: políticas de igualdad de género y de oportunidades, tema en los que tiene dos másters, además de ser licenciada en Geografía e Historia e Historia del Arte.
Alba García en una actividad de CCOO.
¿Cuáles serían las medidas más importantes para aplicar una política de género desde las instituciones del sector público?
Si pensamos en clave de género serían dos bloques de medidas: aquellas que pertenecen a las políticas que aun no siendo específicas de género tienen impacto sobre la vida de las mujeres, y aquellas que son específicas y necesarias para garantizar el principio de igualdad y no discriminación por razón de sexo y de género.
Entre las primeras destacaría las políticas sociales, es decir todas aquellas que hacen referencia a la salud pública y universal, a la atención social para garantizar también un acceso en igualdad a recursos de atención a la dependencia o a la crianza, las políticas educativas para que de manera estratégica incorporen el género de manera transversal y sean realmente coeducadoras, las culturales o las políticas activas de ocupación, de conciliación de las responsabilidades familiares y domésticas, de igualdad en las pensiones, contra la segregación de género, o políticas económicas que también deben plantearse desde la visión de género.
Añadiría, bajo mi punto de vista, las acciones para unos presupuestos con perspectiva de género y políticas tributarias también con visión de género.
En el segundo bloque…
En el segundo bloque, destacaría acciones, leyes o planes para mejorar y ahondar en el principio de igualdad, muchas de ellas en forma de políticas de acción positiva o acciones que afectan a las mujeres por el hecho de ser mujeres.
Es decir, estamos hablando de prevención y erradicación de la violencia machista, de seguridad pública, de igualdad salarial, acciones para romper el techo de cristal, para empoderar a las mujeres o para romper el suelo pegajoso (sticky floor).
Se trata de acciones para acelerar la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de toma de decisiones, de recuperación de la subjetividad femenina y la genealogía, y todas aquellas que en forma de planes estratégicos aceleren la igualdad hombre mujer.
Alba García, al medio, en la cabecera de una de las manifestaciones en Barcelona.
¿Qué es lo que no hacen o deberían hacer las organizaciones o representaciones de la sociedad, de la ciudadanía, para aportar a estas políticas?
Creo que falta visión estratégica, es decir que las políticas de género suelen percibirse como algo asociado de manera secundaria a si hay recursos o no hay.
Estoy segura de que si se tomara en serio la desigualdad de género en todos los ámbitos, se consideraría la oportunidad de planear un modelo de sociedad en que el género sea un valor añadido para pensar una economía más igualitaria para todo el mundo.
Es decir, por ejemplo, un modelo educativo integral en beneficio de habilidades y capacidades para corresponsabilizarse de la reproducción humana o un mercado laboral que no implique continuamente penalizaciones a las trayectorias laborales de las mujeres para atender responsabilidades de cuidados o la brecha en las pensiones.
Si hay presupuesto se piensa en género, también desde el punto de vista de la sociedad…
Así es y no debería. Creo que las administraciones públicas deberían asumir su parte de responsabilidad dedicando los presupuestos necesarios y que el resto de la sociedad debería asimilar lo estratégico de la igualdad para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de hombres y de mujeres.