miércoles 17 julio 2024

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Drina Ergueta

Aborto en Bolivia: A la cárcel por rechazar ser cuidadora

Drina Ergueta

 

OPINIÓN

Las últimas modificaciones realizadas hace unos días al Código Penal boliviano sobre el aborto coloca todavía a las mujeres como delincuentes y sin opción plena a decidir.

 

Cualquier mujer que según parámetros sociales esté en condiciones adecuadas de ser madre y se encuentre en situación de un embarazo sano puede ser encarcelada tres años si aborta en Bolivia.

Varias organizaciones de mujeres han valorado positivamente que la Cámara de Diputados apruebe modificaciones al Código Penal que establecen las causas por las que sería permitido el aborto, ya que anteriormente éstas eran mucho más restrictivas.

Con la aprobación del artículo 153 de la norma penal, que aún debe ser tratado en el Senado y donde presionarán en contra las organizaciones religiosas, el aborto deja de ser punible cuando es producto de una violación o hay malformación del feto o hay riesgo para la vida de la madre.

Siempre que sea dentro de las primeras ocho semanas, también será posible abortar cuando la mujer sea estudiante, con lo que se busca ampliar de manera importante la protección a mujeres jóvenes y más tomando en cuenta que el índice de embarazo adolescente (entre 15 y 19 años) es muy alto en Bolivia, de 116 por cada 1.000, el más alto de Latinoamérica. ¿Y si no estudia? Todavía hay un abandono escolar femenino del 6% en secundaria y 2,5% en primaria. La pobreza y el machismo, entre otros motivos, son la causa y a quien es más vulnerable se le suelen sumar problemas, como un embarazo no deseado.

¿Qué le puede impedir a una mujer tener hijos? Pues que esté ya ocupada con la atención de otras personas, por eso la norma también permite que aborten las mujeres que tengan a su cargo a personas adultas discapacitadas o menores consanguíneos. O sea que cuide a ancianos, sus padres, a enfermos o a sus hermanos pequeños, además más de uno. Se encasilla a la mujer en los cuidados. Como ya se hace cargo de otras personas está bien que no sea madre. ¿Y si realiza algún otro trabajo que le ocupa muchas horas? ¿Si simplemente no tiene tiempo para atender a nadie?

También se establece que es posible abortar cuando ya se es madre de tres hijos. Así, bajo algún criterio, se acuerda en que esa cantidad ya es suficiente. Todo gira en torno a la capacidad de la mujer para atender a personas, es la principal pauta.

Había un criterio más que se intentó introducir y fue rechazado por ser excluyente, era el que permitía abortar a mujeres que se hallaran en extrema pobreza. Excluía a quienes no estaban en esa situación.

Si bien hasta cierto punto esta nueva normativa es un avance hacia la demanda de alcanzar que las mujeres sean dueñas de su cuerpo, se mantiene la concepción de que la maternidad y los cuidados son “naturales” y una obligación femenina y, además, que ello debe estar regulado desde el Estado.

No existe el criterio de reconocer el derecho a una mujer de decidir y que pueda decir “no quiero cuidar a nadie” porque no apetece en ese momento o nunca, porque no quiere sacrificar su carrera, porque no quiere tener ningún lazo de por vida con algún hombre, etc.

Por lo general, a los hombres no se les coloca socialmente en la obligación natural del cuidado de personas, sí de su manutención que significa dinero, pero no de su atención personal cotidiana que implica horas. Esta norma no hace referencia a los hombres, como si las mujeres se embarazaran solas.

Finalmente, existe la idea de que si se despenaliza el aborto las mujeres se dedicarán a la juerga y comenzarán a abortar a diestra y siniestra. Idea absurda. Ninguna mujer quiere practicarse un aborto porque sí, ninguna lo busca, todas intentan no tenerlo como se huye naturalmente de cualquier causa de intervención médica ya que está en juego su salud.

Es precisamente su salud la que debería garantizar el Estado despenalizando totalmente esta práctica tomada como última opción, legal, ante un embarazo no buscado. Datos oficiales indican que el 13% de las mujeres mueren por abortos mal practicados y se estiman que se producen 200 abortos cada día en este país andino.

Esta norma modificada sigue siendo insuficiente y muestra aún una sociedad profundamente machista; sirve, sin embargo, para que las mujeres encuentren más argumentos legales para justificar un aborto si es que se ven en situación de embarazo no deseado. 

 

(*)Columna de opinión publicada en SemMéxico, Página Siete y Los Tiempos

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Drina Ergueta

Periodista y antropóloga. Comunicación y feminismo son sus temas predilectos desde hace más de una década. Articulista en medios bolivianos y portales feministas de España/México.
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